VARAS,
Azael. Breve historia del Antiguo Egipto.
Madrid: Nowtilus, 2018.
Desde que las tropas
napoleónicas hicieron sus incursiones en el país del Nilo y dieron a conocer
algunas de las maravillas de su civilización y, especialmente, desde que poco
más de un siglo después H. Carter descubrió la tumba de Tutankamón, todo lo
relacionado con la civilización del antiguo Egipto ha despertado gran fascinación
e interés en Europa Occidental. Multitud de publicaciones, de carácter más
científico o más divulgativo, han tratado de satisfacer esta curiosidad. Aunque
esta abundancia editorial hace que no sea fácil, Azael Vargas confiesa en la
introducción que se ha propuesto escribir esta obra con un enfoque un tanto
original, olvidando una descripción cronológica de los hechos más relevantes, “pretende invitar al lector a realizar un
ejercicio un poco más interesante, tratar de ver el antiguo Egipto con lo que
los historiadores del arte llaman el ojo de la época”. Algo muy sugerente
que, mi modo de ver, ha conseguido.
El contenido de la
obra se presenta dividido en capítulos que se corresponden con los principales períodos de esta civilización milenaria
desde el asentamiento de sus primeros
pobladores de origen nómadas hasta la caída de Egipto en poder de Roma tras la
derrota de Cleopatra y Marco Antonio en la batalla de Accio (31 a. C.). Pero
esta división no significa que se relate una historia de los hechos de cada
reinado, se trata más bien de fijarse en las realizaciones más importantes de
cada época en los campos de la religión, la cultura, el arte funerario, las
relaciones comerciales… y también en algunos hechos de armas y en las acciones
y decisiones de algunos personajes determinantes como: Djoser (que encargó la construcción de la primera
pirámide), Esnefru (constructor de pirámides e iniciador de fructíferas
relaciones comerciales con el exterior), Mentuhotep (que dio a su pueblo una
prosperidad de la que es exponente su tumba en Deir el-Bahari), Hatsepsut (cuyo
recuerdo trató de borrar su sucesor), Tutmosis III que llevó las fronteras de
Egipto a su máxima expansión tras sus victorias sobre el rey de Qadesh y sobre
Mitani, Akhenatón y su reforma religiosa que venía gestándose desde tiempo
atrás, Tutankhamón (cuya tumba, con su sarcófago y abundantísimo ajuar, nos ha
dejado con la boca abierta), Ramsés II constructor de los templos de Abu Simbel
y vencedor sobre los hititas en la batalla de Qadesh (que tal vez no fue una
victoria total como presentó la propaganda oficial en esculturas e
inscripciones), Ramsés III que tuvo que enfrentarse a los pueblos del mar, a
una huelga de trabajadores y a un complot palaciego que acabó con su vida,
Alejandro Magno, Cleopatra y Marco Antonio.
No se puede escribir
sobre el antiguo Egipto sin comenzar por hacer mención a la importancia del Nilo, el río que da la vida al país: fertilización de
la tierra con sus crecidas que pronto aprendieron a calcular, vía de
comunicación esencial, abastecedor de agua y de pescado, etc.
A lo largo del texto
se va a prestar especial atención a lo que el autor denomina los tres símbolos más importantes del antiguo Egipto.
En primer lugar los jeroglíficos. La escritura,
herramienta fundamental para el Estado, aparece muy pronto, a fines del IV
milenio (los jeroglíficos más antiguos se encuentran en la tumba U-j de
Abidos). Explica qué representan, los distintos tipos, los soportes, la ardua
tarea de su desciframiento, las distintas formas de escritura, la formación y
el status de los escribas, etc. El último jeroglífico fue grabado en agosto del
año 394. El segundo símbolo son las momias, muy
importantes dada la creencia de que era posible renacer siempre que se
conservara el cuerpo y el funeral se acompañara de los ritos y ajuar adecuados.
De las primeras momias naturales de época predinástica (enterramientos en las
secas arenas del desierto) se pasó a un complicado proceso de momificación. El
tercer símbolo, el más universal, son las pirámides
relacionadas con el culto funerario. El autor detalla las principales pirámides:
la escalonada de Djoser en Saqqara (la primera construida, diseñada por Imhotep), las pirámides de Esnefru
(primeras pirámides perfectas), las pirámides de Keops (la edificación más alta
del planeta durante unos 4000 años), Kefren y Mikerinos de la necrópolis de
Giza con su esfinge, las de pequeños bloques del Reino Medio… Explica su
finalidad, su estructura, cómo se trasladaron los bloques de piedra, las
técnicas de construcción, la mano de obra… Los textos de las pirámides son un
conjunto de textos mágicos y rituales que facilitan la apoteosis del rey y su
unión con Ra.
La religión es objeto de especial atención. Desde
el Reino Antiguo se potenció mucho el culto a Ra, padre de todos los dioses. A
partir del Reino Medio, Amón se convirtió en una de las principales divinidades
que acabó uniéndose a Ra: Amón-Ra. El aumento del poder del clero de Amón,
poniendo en peligro el poder del faraón, llevó a Amenhotep IV (que cambió su
nombre por Akhenatón) a llevar adelante una profunda reforma religiosa que
transformó las formas de culto. A partir de Tutankhamón el clero de Amón recuperó
su poder y se borró todo indicio de la obra de Akhenatón. En la obra, se
desentraña el significado de algunos de los mitos más
importantes como el heliopolitano de la creación, el de Osiris y su
lucha contra Seth, el de la creación de
Ptah narrada en la piedra de Shabaka. Se explica la finalidad y forma de los
principales templos como los del complejo
funerario de Giza, el de Mentuhotep II, el de Karnak, los de Abu Simbel, el Luxor
o los templos greco romanos que algunos no consideran genuinamente egipcios.
Maat (verdad
transcendental, orden, justicia,
equilibrio entre el orden y el caos) explica las reglas del arte egipcio durante milenios: orden, simetría,
equilibrios y proporción. El autor se ocupa de la decoración de templos,
pirámides, mastabas y otras tumbas, sarcófagos y ataúdes. El arte funerario nos ha dejado maravillosos testimonios
de sus creencias, costumbres y modos de vida. El Libro de los Muertos, un
conjunto de textos funerarios y fórmulas para superar el viaje al submundo, el
juicio de Osiris y posterior renacimiento, se convirtió en una gran fuente
iconográfica.
En resumen, un estudio
ameno del antiguo Egipto escrito con un enfoque original y teniendo en cuenta fuentes muy diversas y las últimas investigaciones.
Completan el texto un
anexo con el listado de reyes y dinastías, una actualizada bibliografía,
listado de textos y fuentes, algunas páginas y recursos Web y un índice de las
116 imágenes que contine el texto.
La obra en la Web de
la editorial (con el índice y comenzar a leer):