DÍAZ SÁNCHEZ, C. Breve historia de la vida
cotidiana de la Iberia prerromana. Costumbres, cultura y tradiciones.
Madrid: Nowtilus, 2019.
En
el s. I a. C. habitaron en la Península Ibérica un elevado número de pueblos
separados no por fronteras claramente delimitadas, sino por su origen, lazos
familiares y de clan, sus creencias y sus
modos de vida y de organización social. En este ensayo, Carlos Díaz nos ofrece
una exposición detallada de la organización económica y social, las
manifestaciones religiosas, los ritos funerarios, el arte, etc. de la
civilización tartésica (que ocupó una extensa área de las actuales provincias
de Cádiz, Huelva y Sevilla y el sur de Extremadura), de los pueblos ibéricos
(situados en la vertiente del Mediterráneo, parte de Andalucía, y adentrándose
por la cuenca del Ebro), de los pueblos celtibéricos (con los arevacos
numantinos como máximo exponente), de los pueblos del interior peninsular (vacceos,
vettones…) y de los pueblos del noroeste (galaicos astures y cántabros). Debido
a la época de la que se trata, el autor ha contado preferentemente con las
aportaciones de las fuentes arqueológicas no siempre de fácil interpretación.
Afortunadamente, disponemos de un buen número de yacimientos, algunos con una
importante información. También ha contado con las fuentes literarias de
autores antiguos (Estrabón, Plinio el Viejo, Ptolomeo, Avieno…) y con estudios bibliográficos actuales.
La
obra comienza, tras una exposición del contexto histórico y geográfico de estas
civilizaciones, se estructura en cinco capítulos: nacimiento, infancia,
adolescencia, adultez y senectud. Traspone lo más característico de estas
edades de la persona a diversos aspectos de la historia de los pueblos y
civilizaciones de los que se ocupa: Tartesos, Civilización Ibérica,
Civilización Celtibérica, pueblos del interior y pueblos del noroeste. Lo hace
de una forma individualizada para cada una de estas civilizaciones aunque sin
dejar de señalar sus relaciones, a veces muy estrechas..
El
primer capítulo, Nacimiento, trata del origen de
estos pueblos que, debido a su antigüedad, casi siempre se presenta confuso y
ha sido objeto de debates historiográficos. El autor expone las distintas
interpretaciones sobre la procedencia y asentamiento de cada uno de las cinco
civilizaciones de las que ocupa.
La
infancia de las personas es una época que discurre preferentemente en la casa.
Ello da pie a que en el segundo capítulo (Infancia)
se trate de la arquitectura doméstica: la casa. Se explica sus formas y la
evolución de las mismas, los materiales, los suelos, las techumbres, la
decoración, las dimensiones… Una tarea compleja debido a lo perecedero de
muchos de los materiales que se utilizaron en su construcción. Se explica
también la jerarquizada organización social
y familiar de estos pueblos y de la incidencia que tuvo en ellas el
contacto con los colonizadores mediterráneos (mucho más patente en los pueblos
del litoral).
En
su adolescencia, las personas pretenden ser útiles y contribuir a la defensa de
la comunidad. El tercer capítulo, Adolescencia,
está dedicado a la arquitectura militar y al armamento. Se analiza la diversa
arquitectura defensiva (unos pueblos, como los celtibéricos, protegen sus
poblados con murallas con fosos, otros, como los ibéricos, utilizan otro tipo
de construcciones defensivas). Se hace un repaso a los distintos tipos de armas
ofensivas que utiliza cada una de estas cinco civilizaciones: espadas, falcatas,
puñales, lanzas, jabalinas… Y también a las defensivas: escudos, cascos,
corazas, grebas…
El
capítulo cuatro, Adultez, trata de las
ocupaciones típicas de esta etapa de la vida: los oficios y el arte. La
agricultura (no solo cerealista, aunque sí principalmente) y la ganadería constituyen
la base principal de la economía de todos estos pueblos. Junto a éstas, señala
el autor la importancia de la minería en lagunas zonas y la de las distintas
actividades artesanales en todos estos pueblos (metalurgia, armas, cuero,
textiles…). Fue muy importante la alfarería que experimentó un gran cambio con
la llegada del torno alfarero. Los distintos tipos de cerámica y sus motivos
decorativos son señas de identidad de estos pueblos. Muy interesante fue
también la orfebrería (torques, collares, brazaletes, diademas, anillos…) que
experimentó un mejor acabado y elaboración en los pueblos que tuvieron más
contacto con los colonizadores del Mediterráneo. ¿Y qué decir de la importancia
del arte ibérico con piezas tan impactantes como la Dama de Elche, la Bicha de
Balazote, la Gran Dama Oferente….? ¿Y de los verracos vettones de los que se
han ofrecido diversas interpretaciones sobre su significado?
Durante
la senectud, los seres humanos comienzan a ser considerados más sabios y tener experiencias religiosas
más profundas (con las numerosas excepciones que acompañan a las
generalizaciones), así que este capítulo, Senectud,
está dedicado a los espacios religiosos y los ritos funerarios. Se
constatan grandes peculiaridades de los
espacios religiosos de cada uno de estos pueblos: en Tartessos se han
identificado espacios religiosos de influencia oriental dedicados a divinidades
como Asatarté o a Baal; en el mundo celtibérico los espacios religiosos están
relacionados con espacios naturales como fuentes, lagos, montañas…y sus dioses
están relacionados con el mundo celta (Lug, Matres…). Algo parecido sucede en
la cultura vaccea. Las necrópolis constituyen una fuente inagotable de
información sobre la vida de estos pueblos y su organización social
(diferencias entre las jerarquías y el resto, entre los guerrero y los que no
lo son….), de sus ritos funerarios dentro de los que predomina la cremación entre
los Iberos, celtíberos, vacceos, vettones y pueblos del noroeste (aunque estos
practican también la inhumación), los tipos de tumbas u hoyos donde depositan
las cenizas, el ajuar… Destaca la costumbre vaccea de exponer los cadáveres de
los guerreros para que los devorasen los buitres, animales sagrados.
Esta
obra nos ofrece una magnífica síntesis de la vida cotidiana de estos pueblos, cuya
diversidad presenta una gran riqueza cultural que fue perdiendo terreno ante el
ímpetu conquistador de Roma. Una ardua tarea, que es agradecer, debido a la
naturaleza de las fuentes. Se agradece el glosario y la amplia bibliografía.
La
obra en la Web de la editorial: