GARCÍA CÁRCEL, R.: “El demonio del Sur. La Leyenda
Negra de Felipe II”. Edit. Cátedra. Historia, Serie Mayor. Madrid, 2017.
El profesor García Cárcel, que ya escribió en 1992 un libro
sobre la Leyenda Negra en un ambiente de
euforia olímpica como confiesa en el Prólogo, en la presente obra se replantea
la cuestión, veinticinco años después, en un ambiente muy distinto, más
convulso y menos eufórico. El estudio se centra en la figura de Felipe II (“el demonio del Sur” como le denominó
Voltaire), el rey cuyas actuaciones y decisiones contribuyeron a dibujar una
opinión negativa de su persona y gobierno y, por extensión, de España y los españoles. Sobre este Rey se
proyectaron las principales acusaciones vertidas por la Leyenda Negra.
El autor señala, también en el Prólogo, que el objetivo
principal de este libro es explorar la complejidad de la personalidad de Felipe
II. Así, va a tratar de la personalidad
del Rey y de las principales actuaciones y decisiones políticas de su reinado que
alimentaron la Leyenda Negra, tanto referentes a la política interior (Inquisición,
integrismo religioso, colonización de los territorios americanos, Antonio Pérez,
D. Juan de Austria y, especialmente, el tema de las relaciones con su hijo, D.
Carlos) como a la exterior (Países Bajos, Portugal, Francia, Italia). Para
desentrañar todo este mundo tan complejo, el autor va a utilizar un gran
abanico de fuentes de orientaciones diversas: cronistas contemporáneos,
descripciones de embajadores, historiadores desde el s. XVII a la actualidad,
etc. intercalando muchos fragmentos de sus obras.
Tras una introducción en la que se analiza el concepto de
Leyenda Negra como un conjunto de críticas negativas hacia España: cuando se
forjó y quiénes contribuyeron a ello (incluidos los propios españoles), cómo ha
sido tratada por la historiografía, la instrumentalización política que se ha
hecho de ella en algunas épocas, la actual revisión de la figura de Felipe II, etc.
La obra se estructura en cuatro grandes apartados. En el
primero de ellos, se explican los antecedentes de la Leyenda Negra antes de
Felipe II cuyos orígenes, para algunos autores, como S. Arnoldsson, se remonta
a las actuaciones en la Edad Media de la corona de Aragón durante la ocupación
de Nápoles y Sicilia. Las actuaciones de Carlos V en Europa (especialmente las
relacionadas con los protestantes) originaron una cascada de descalificaciones
contra su persona, tampoco gustaron sus ambiciones imperiales en el interior
(revuelta comunera). Estas críticas, a veces muy duras como por ejemplo las que siguieron al Saco de Roma,
trataron de ser acalladas por Felipe II que no dudó en bloquear muchos escritos
de cronistas contemporáneos.
En el segundo apartado se aborda el perfil de Felipe II. Como
suele ocurrir con personajes de gran protagonismo histórico, contó con una gran
cantidad de apologetas y detractores. Para referirse al Rey se emplearon los
calificativos más diversos: oscuro, prudente, indeciso, suspicaz, trabajador,
flemático, calculador, religioso,
burócrata, receloso de su entorno, distante, asesino… Analiza cómo ha tratado
este perfil del Rey la historiografía desde el s. XVIII a la actualidad. Felipe
II fue consciente de que muchos españoles no le querían y se preocupó por
detener y contrarrestar la erosión de su imagen. Se detiene en los hechos
relacionados con Antonio Pérez (revuelta
aragonesa y su consiguiente dura represión) y pone de reiele lo que este
personaje aportó a la Leyenda Negra (especialmente a través de las diversas
versiones de “Las Relaciones”). También alimentaron las críticas al rey los
conversos descontentos ante las disposiciones de limpieza de sangre, los
moriscos que protagonizaron una revuelta en 1568, los sufridos pecheros ante el
aumento de la presión fiscal (las críticas a la presión fiscal comenzaron desde
1575 y se radicalizaron en 1588-91 con los Millones, maximizándose en 1595-98).
El tercer apartado se ocupa del gobierno de Felipe como un
rey despótico, represor de las disidencias de cualquier tipo y fanático para
mantener la ortodoxia religiosa (“martillo
de herejes”). Hace un detallado repaso a la política exterior del rey en
sus diversos escenarios, en los que dejó varios descontentos que alimentaron la
Leyenda Negra. Los abusos contra la población indígena de América, divulgados
por varios coetáneos, especialmente por el Padre Las Casas (considerado por
algunos como el verdadero padre de la Leyenda Negra) cuya obra encontró gran
eco en los más diversos ámbitos. El Rey se ganó muchos enemigos en diversos
países de Europa. El apoyo de Felipe II a los católicos en las guerras de
religión en Francia (se le llegó a señalar como inductor de la Noche de San
Bartolomé) fue la causa de la aparición de muchos escritos y panfletos
antiespañoles. El matrimonio de Felipe II y María Tudor (gran represora de los
protestantes), con el objetivo de aislar a Francia y asegurar la defensa de los
Países Bajos, despertó cierto recelo en la población inglesa, pero fue durante
el reinado de Isabel II cuando creció la hostilidad de Inglaterra hacia Felipe
II y España. El autor se detiene en desarrollar el apoyo inglés a los rebeldes
de los Países Bajos y a la piratería y, especialmente, en la formación, partida
y fracaso de la denominada con ironía Armada Invencible. Por cierto, destaca
cómo la reciente historiografía inglesa y española han llegado a una feliz
sintonía en el tema de la Armada. El autor analiza diversos panfletos y
pasquines ingleses contra España y el carácter de sus gentes.
La actuación de Felipe II en los Países Bajos fue otra de las
fuentes fundamentales de la Leyenda Negra. Explica el profesor García Cárcel cómo
actuación del Duque de Alba (se detiene en su biografía) con hechos como la
ejecución de Egmont y Horn tuvieron gran impacto en la opinión pública que se
materializó en la aparición de muchos panfletos antiespañoles. En este contexto
apareció la “Apología” de Guillermo de Orange (1581) en la que se acusa al Rey
de incumplimiento de sus obligaciones en los Países Bajos, de utilizar una violencia
y crueldad desmedidas contra los protestantes, de su actuación en América, etc.
Incluso llega a calificar de parricidio la muerte del príncipe D. Carlos e
incluso insinúa que el Rey dejó morir a Isabel de Valois para casarse con Ana
de Austria. La Apología fue un aldabonazo para la opinión pública europea.
Otra fuente de descalificaciones provino de Portugal. Si bien
hubo sectores a favor y en contra de la anexión de Portugal a España,
aparecieron muchos textos portugueses que muestraban el temor a involucrar a
Portugal en la política exterior de Felipe II. Fue Antonio, Prior de Crato, el
derrotado pretendiente al trono portugués, el que, desde el extranjero, vertió
duras acusaciones contra Felipe II (rey tirano y parricida) y España (“nación
perversa”). Una de las críticas más feroces contra Felipe II fue la de José de
Texeira que se metió tanto con la vida pública del Rey (actuaciones en América,
Países Bajos…) como con la privada (vida amorosa con Isabel de Osorio,
matrimonio con sus sobria Ana de Austria, relaciones con D. Juan de Austria y,
especialmente, lo referente al príncipe D. Carlos).
La cuarta y última parte la dedica a desentrañar el caso de
D. Carlos, un problema que el Rey resolvió “a
su manera”. El profesor García Cárcel va a profundizar en muchos de los
aspectos de la vida del Príncipe: los tópicos y exageraciones a la hora de
definir su perfil físico y psicológico, su delicada salud agravada desde 1550
(fiebres y tercianas), la soledad y el abandono paterno que sufrió en su infancia,
su accidente de 1562 que se convirtió en asunto de Estado acentuó su difícil
carácter (fácil irritabilidad, colérico, violento, tendencia al despilfarro,
cruel con los animales, etc.), su enfrentamiento con el Rey (de modo abierto
desde 1566), la posible relación con los protestantes de los Países Bajos, el
plan de fuga delatado por D. Juan de Austria, su relación con Isabel de Valois
(hoy ningún historiador mantiene que existiera una relación incestuosa), su
prisión (nunca recibió la visita del Rey), las circunstancias de su muerte en
1568 a los 23 años (se especuló mucho sobre la forma de su muerte:
decapitación, estrangulamiento, envenenamiento, ahogamiento con una almohada…),
la versión oficial del caso (calificada su prisión como un servicio a dios y
beneficio público - ¿razón de Estado? - y justificada su muerte natural debida
a los desórdenes y excesos del Príncipe; muchos rumores pusieron en duda esta
versión oficial), el debate sobre las fuentes documentales originarias (¿qué
pasó con los papeles que tenía D. Carlos en su celda? ¿fueron requisados por el
Rey? ¿pasaron algunos de estos documentos a manos de Antonio Pérez?), el
tratamiento del tema en la historiografía (un tema muy querido por el
romanticismo), D. Carlos como personaje literario (mucha producción literaria
sobre él, el relato literario culmina con la obra de Schiller en la que se
inspiró Verdi), las mujeres que influyeron en la vida del Príncipe (Isabel de
Osorio, su tía Doña Juana de Portugal con la que tuvo relación de amor-odio,
Isabel de Valois).
Acaba el libro con un balance final y una reflexión sobre los
fracasos de contrarrestar la Leyenda Negra y de la incapacidad para promocionar
la imagen del Rey desde el Estado.
Dada la profundidad del estudio, la cantidad de fuentes manejadas y la diversidad
de perspectivas ofrecidas, se puede considerar esta obra como un ensayo
definitivo sobre el tema, aunque soy consciente de que calificar a un estudio
como definitivo en Historia es un tanto arriesgado.
Completan la obra una amplia bibliografía y un apéndice
documental en el que se ofrecen fragmentos de algunos textos difíciles de
consultar, por ejemplo de la Apología de
G. de Orange.
La obra en la Web de la editorial: