viernes, 14 de septiembre de 2018

RESEÑA DE "BREVE HISTORIA DE LA MITOLOGÍA DE ROMA Y ETRURIA"


AVIAL CHICHARRO, L.: “Breve historia de la mitología de Roma y Etruria”. Editorial Nowtilus. Madrid, 2018.


La práctica totalidad de los pueblos de la Antigüedad atesora en su acervo cultural una serie de mitos y leyendas que, protagonizados por dioses o héroes legendarios o semilegendarios, narran actuaciones y hechos extraordinarios  que ayudan a explicar acontecimientos importantes de su historia como sus orígenes, las bases de sus creencias religiosas, el sentido de sus ritos sagrados, las prácticas funerarias, etc. También contribuyen a ensalzar algunas virtudes cívicas que los ciudadanos debieran emular. En esta obra, Lucia Avial recopila los principales mitos y leyendas etruscas y romanas  y las diversas versiones que de ellas han quedado. Aparte de la bibliografía, sus principales fuentes de información son una serie de autores clásicos que detalla en las primeras páginas del libro. El resultado es una rigurosa antología de los mitos y leyendas de Etruria, Roma hasta el final de la República y algunos otros pueblos itálicos.


Los dos primeros capítulos están dedicados a la religión. Una dificultad para estudiar la religión etrusca primitiva es la falta de documentación escrita por lo que es necesario acudir a otras fuentes como las representaciones artísticas. Lucía Avial analiza algunos aspectos de la religiosidad del pueblo etrusco como la literatura sagrada, el destacado papel de augures y arúspices (muchas de sus prácticas rituales acabaron pasando al mundo romano), los ritos funerarios determinados por las creencias para después de la muerte o el panteón etrusco que tuvo fuerte influencia en el romano. En sus orígenes, la religión romana era más bien una devoción privada que rendía culto a los lares, manes, penates y genios portadores del linaje familiar. El pater familias era el sumo sacerdote del culto doméstico, el encargado de realizar los ritos. Los romanos eran proclives a adoptar divinidades extranjeras siempre que no entrasen en contradicción con la moral y costumbres de los antepasados. No se olvida la obra de la génesis de los templos sustitutos de los altares en memoria de los dioses ni de describir los principales dioses del panteón romano.


Dedica un capítulo a la helenización de las religiones etrusca y romana que supuso una fuerte transformación de ambas. Adoptaron los dioses griegos (asimilando algunos a dioses autóctonos), las formas de su representación y muchos de sus atributos, la mitología griega, las formas artísticas… Muchos dioses originarios cambiaron de forma y personalidad. En definitiva un fuerte impacto transformador.


En el capítulo cuatro, Lucía Avial acomete una tarea difícil debido a la escasez de información: hacer un breve repaso a las creencias religiosas y mitos de los pueblos itálicos. Tarea difícil: sabinos (que asimilaron rápidamente la cultura romana), latinos (existen versiones muy diferentes sobre sus orígenes relacionados con la llegada de Eneas desde Troya), sículos, sicanos, élimos, mamertinos, samnitas y faliscos. Muchos de sus mitos tenían origen griego.

Dedica dos capítulos a los mitos etruscos. El primero trata del panteón y mitos locales etruscos señalando las peculiaridades de la mitología etrusca  y los elementos de precedencia griega. Dos temas ocupan casi todo el capítulo: el panteón etrusco (dioses con sus atributos, características y representación) y el mundo de ultratumba (creencias sobre la muerte, honras fúnebres, el viaje al más allá, tumbas y su decoración, urnas funerarias…). En el segundo (capítulo seis) recoge las leyendas griegas en Etruria, algunas poco conocidas. La más importante relacionada con la Guerra de Troya cuyas escenas se representan repetidamente, especialmente el Juicio de París y todo lo relacionado con el héroe Aquiles. También son muy representadas las relacionadas con Edipo, Hércules (uno de los personajes mitológicos más populares en Etruria), Teseo y Ariadna, Dédalo y otros héroes menores.


Los dos últimos capítulos están dedicados a los mitos romanos. El primero trata ampliamente sobre los orígenes y fundación de Roma. Tras señalar algunos antecedentes (Saturno y la edad de oro del Lacio, Evandro, la leyenda de Hércules y Caco, la llegada de Eneas a suelo itálico y su descendencia) se centra en la fundación de la ciudad por Rómulo. Analiza varias versiones, aparte de la clásica, sobre la fundación de la Ciudad, algunos episodios destacados (como el rapto de las sabinas) y sobre las principales actuaciones de Rómulo hasta su muerte. El segundo capítulo de mitos romanos se centra en hechos de la primitiva Roma, su etapa monárquica: los tres primeros reyes (Numa Pompilio, Tulo Hostilio y Anco Marcio)  en cuya historia se mezcla lo mítico y lo real. Seguidamente se ocupa de los reyes etruscos: Lucio Tarquinio Prisco (primer urbanizador de Roma y reformados de las principales instituciones), Servio Tulio (organizador de la sociedad romana) y Tarquinio el Soberbio (despótico monarca que logró imponer la hegemonía romana a los latinos). Dedica las últimas líneas del libro al fin de la monarquía, el episodio de Lucrecia, Lars Porsena y su enfrentamiento con Roma, la intervención salvadora de Cástor y Pólux y los últimos héroes de la Roma monárquica.


Completan la obra una cronología del mundo etrusco y romano, un anexo con un listado de dioses y algunas de sus principales características,  una amplia bibliografía y un buen número de ilustraciones.


La obra en la Web de la editorial (sobre la autora, sinopsis, argumentos de venta, comenzar a leer):





martes, 11 de septiembre de 2018

jueves, 6 de septiembre de 2018

LA MASACRE DE KATYN

https://ichef.bbci.co.uk/news/ws/304/amz/worldservice/live/assets/images/2012/09/11/120911161327_katyn_krakow_304x171_bbc_nocredit.jpg
En la primavera de 1940, en el bosque de Katyn y otros lugares cercanos, los rusos, por orden directa de Stalin, ejecutaron, generalmente con un disparo en la nuca, a 21.857 soldados polacos (muchos de ellos oficiales). Lo llevóa a la práctica un escuadron de la NKVD mandado por Vasili Blonjin, un auténtico verdugo (se llegó a quejar de que le habían salido ampollas en el dedo que apretaba el gatillo después de tres días de ejecuciones continuas).

Los alemanes descubrieron las fosas el 17 abril de 1943 y lo dieron a conocer; sin embargo, la propaganda soviética, con el apoyo británico y aliado, hizo creer al mundo que los responsables habían sido los alemanes. Los aliados no querían dañar su alianza con  Stalin. El engaño continuó hasta 1992. En 1993 Yeltsin pidió disculpas al pueblo polaco y pocos años después promovió el levantamiento de monumentos en memoria de las víctimas. Con estos actos no ha acabdo el problema, en 2005  la Fiscalía Militar rusa dictaminó que los sucedido en Katyn no fue un genocidio (como exigía Polonia), sino un crimen militar ya prescrito


 



 Fotos publicadas en 1943. 


Un relato en el Mundo digital


“(…) Aquel genocidio pasó a la Historia como la matanza de Katyn, pero Moscú cargó el muerto durante 50 años a la Alemania hitleriana. La cronología oficial soviética mantuvo la matanza de Katyn fuera de las fronteras de su conflicto patrio, y la habría mantenido enterrada en la cuneta de la Historia, de no haber sido porque en 1990 Mijail Gorbachov la sacó de debajo de la alfombra roja durante el periodo de transparencia informativa. Hasta entonces, la Polonia comunista había cavado un foso de silencio en torno a un crimen que los polacos consideran un auténtico genocidio.
Los hombres que murieron en Katyn fueron hechos prisioneros tras la invasión soviética de Polonia en septiembre de 1939, una semana después de la firma del pacto secreto soviético-alemán Ribbentropp-Molotov, un acuerdo de no agresión que preveía con minuciosidad carnicera el ‘despiece’ y reparto de Polonia entre ambos regímenes totalitarios. El 5 de marzo de 1940 Lavrenti Beria, jefe de la policía secreta soviética o NKVD (precursor del KGB), firmó una orden para ejecutar a 25.700 polacos de los campos de Kozelsk, Ostash-kov y Starobels, así como de ciertas prisiones de Ucrania occidental y Bielorrusia. La orden, firmada por Stalin y otros miembros del Politburó, fue desclasificada y entregada por Boris Yeltsin a Polonia junto a otros documentos en 1992.


La metódica matanza en aquel bosque de Smolensk (la misma región que un año después sería arrasada por la maquinaria de guerra nazi) se consumó con pistolas alemanas Walther PPK y revólveres soviéticos Nagan. Las víctimas recibían un tiro en la nuca nada más entrar en su celda (muchos fueron asesinados en las prisiones de Kalinin y Jarkov) o bien eran ejecutadas a pie de fosa. Vasili Blojin, el verdugo en jefe del NKVD, ejecutó personalmente a 6.000 prisioneros en 28 días. El 1 de mayo fue el único día de descanso para los carniceros.
Las ejecuciones nocturnas (silenciadas por el ruido de motores o ventiladores) eran precedidas de interrogatorios sistemáticos. A los prisioneros se les convencía de que iban a ser liberados, pero en realidad en aquella entrevista estaba implícita la condena según la actitud mostrada por el prisionero hacia el gobierno soviético. La pistola utilizada en aquella ‘ruleta rusa’ estaba llena de balas. Sólo 395 prisioneros escaparon a la muerte.
La primera fosa común de Katyn fue hallada por las tropas hitlerianas en 1943, lo que marcó el inicio de un fuego cruzado de acusaciones entre Moscú y Berlín, que pugnaron por cargar a la otra parte con los 20.000 muertos. Entre las víctimas figuraban un almirante, dos generales, 24 coroneles, 654 capitanes, 43 oficiales, 200 pilotos, además de 100 escritores y periodistas, 20 profesores universitarios, etc. También había entre ellos un príncipe y una sola mujer (la hija de un coronel). Entre los muertos figuraba el capitán Jakub Wajda, padre del laureado cineasta Andrezj Wajda, que en 2007 llevó a la gran pantalla su visión de la masacre en ‘Katyn’.
Fuente: El Mundo. http://www.elmundo.es/especiales/2009/09/internacional/segunda_guerra_mundial/atrocidades/katyn.html

martes, 4 de septiembre de 2018

RESEÑA DE LA NOVELA JUVENIL "IQBAL MASIH. LÁGRIMAS, SORPRESAS Y CORAJE"


GRIOT, M.: “Iqbal Masih. Lagrimas sorpresas y coraje”. Edit. Oxford. Col. El árbol de la literatura. Tercera edición, 2018.



Esta novela, con fuertes tintes biográficos, narra a la vida de Iqbal Masih, un niño pakistaní que, desde muy temprana edad, se vio obligado a trabajar en los talleres de alfombras de su localidad, en un régimen esclavizado, hasta ganar lo suficiente pagar el préstamo (con sus abusivos intereses) que el fabricante hizo a su familia (el denominado Paishgee tan extendido en la sociedad pakistaní). En realidad, la vida de Iqbal no difiere mucho de la de cualquiera de los 250 millones de niños (tal vez una cifra mayor) del mundo que están sometidos a un trabajo forzado en unas condiciones que recuerdan a las que niños y niñas  soportaron en los primeros tiempos de la industrialización, en Inglaterra allá por la segunda mitad del s. XVIII: largas jornadas, bajísimos salarios, instalaciones insalubres, severa disciplina que puede llegar al castigo físico…. Niños sin infancia y sin escuela.


A través de testimonios ofrecidos por las personas que para bien o para mal estuvieron cerca del pequeño Iqbal (familiares directos, compañeros de trabajo, fabricantes,  militantes de la organización BFLL, los que le conocieron en Suecia o Estados Unidos, incluso su asesino, etc.) el lector puede recomponer su corta, pero intensa, existencia. Una vida similar a los niños de su entorno hasta que Iqbal se armó de coraje, se rebeló y decidió cambiar el rumbo de su vida. Ayudado por  la Organización BFLL (dedicada a la lucha pacífica por erradicar el trabajo infantil) pudo abandonar el taller de alfombras y acudir a la escuela. Iqbal dedicó el resto de su vida a dar testimonio de su experiencia personal y la similar situación de otros muchos miles de niños, a luchar por el fin del trabajo forzado de los niños, a pedir que se cumpliese la ley aprobada en el Parlamento de Pakistán que prohibía el trabajo infantil y que los fabricantes convertían en papel mojado, a participar en campañas para exigir el fin del paishgee basado en una red de abuso de menores que no solo beneficiaba a empresarios e intermediarios, sino también a los consumidores de países occidentales... Defendió estas ideas también en los países a los que viajó: Suecia (participó en un documental sueco) y Estados Unidos (donde acudió a recibir un  premio por su defensa de los derechos humanos de los niños). Iqbal defendió estas ideas con palabras sencillas que llegaron al corazón de mucha gente. Su creciente popularidad no gustó a los fabricantes lo que iba a ser causa de su dramático final: el 16 de abril de 1995 fue asesinado. ¡¡¡Tan solo tenía 13 años!!! ¿Tanto poder tenían las palabras de un niño? La versión de la policía, culpando del asesinato a un desequilibrado, no convenció en absoluto a muchos Organismos Internacionales, pero nunca se pudo demostrar quién pagó al sicario que acabó con su vida.


Ésta es una novela de denuncia de la situación de millones de niños en varios países del mundo en pleno siglo XXI a pesar de las diversas Declaraciones de Organismos Internacionales (ONU, UNICEF…) proclamando una serie de derechos básicos de niños y niñas como el derecho a una vida digna, a la educación, a la posibilidad de participar en actividades lúdicas y recreativas propias de su edad, a una vida adecuada, a protección contra la explotación… por citar algunos de los más conculcados en el trabajo forzado infantil. 


Además, la lectura de esta obra puede ayudar a concienciar a la sociedad de la necesidad de acabar con esta lacra de explotación infantil, colaborando cada uno conforme a sus posibilidades. Una buena forma de fomentar esta concienciación es comenzar por los más jóvenes. En este sentido, creo que es una lectura a incluir en los planes de lectura de los centros educativos de Enseñanzas Medias para 3º y 4º de la ESO y 1º de Bachillerato.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...