domingo, 25 de diciembre de 2016

BREVE HISTORIA DE LA GUERRA DE LOS BALCANES

ROMERO, E. y ROMERO, I. “Breve historia de la guerra de los Balcanes”. Edit. Nowtilus. Madrid, 2016.

Resultado de imagen de breve historia de la guerra de los balcanesLa desintegración de la antigua Yugoslavia en los últimos años del siglo XX, con sus violentos enfrentamientos, ha sido un proceso que ha dejado muchos episodios vergonzosos para el género humano. Aunque no han pasado muchos años, ya disponemos de la perspectiva histórica suficiente para abordar el estudio de estas guerras, sus causas y consecuencias. Es lo que hacen, de una forma clara a la vez que rigurosa, Eladio Romero e Iván Romero en este estudio cuya lectura va a permitir al lector tener una idea clara de cómo se produjo el fin de la antigua Yugoslavia y cómo fueron apareciendo nuevos Estados.

Resulta difícil comprender cómo pueblos que habían convivido dentro de un Estado durante más de cuatro décadas después de la II Guerra Mundial, se enfrentaron entre sí en unas guerras que dejaron casi 150.000 muertos y más de cuatro millones de desplazados; además de masacres de civiles (incluyendo mujeres y niños), internamientos en campos de detención, torturas,   limpiezas étnicas, destrucción de miles de edificios, etc. Episodios de violencia que no se habían vivido en Europa desde la II Guerra Mundial. Señalan los autores que explican la crueldad de estas guerras una larga historia de enfrentamientos, el nacionalismo radical y las tensiones étnicas y religiosas.

Los autores dedican las primeras páginas a dar unas pinceladas explicativas del pasado de los pueblos que ocuparon este espacio desde la antigüedad. La Primera Guerra Mundial, cuya chispa fue precisamente el asesinato del archiduque austriaco Francisco Fernando y su esposa en Sarajevo (28 de junio de 1914), marcó un antes y un después.  Tras la guerra, se creó el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, un conglomerado de pueblos y etnias compuesto por Eslovenia, Croacia, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Kosovo, Vojvodina y parte de Macedonia. Era una unidad artificial de territorios de etnia, cultura y religión muy distintas. El control de la administración estatal por los serbios, la rivalidad serbo-croata, el fracaso del sistema parlamentario, el poco respeto a los derechos de los pueblos y de los ciudadanos, etc. explican el fracaso en la cohesión de este nuevo Estado que, en 1929, pasó a llamarse oficialmente Yugoslavia. Durante la II Guerra Mundial, Yugoslavia fue invadida por Alemania e Italia y nuevamente dividida; los enfrentamientos entre serbios y croatas, con sus correspondientes masacres, iban a marcar mucho la convivencia posterior. La decisiva intervención de los partisanos de Tito en la liberación del país explica cómo este hombre pudo mantener unida Yugoslavia hasta su muerte (1980) a pesar de los desafíos nacionalistas y descentralizadores.

Tras dedicar un capítulo a la breve guerra de Eslovenia que acabó con la independencia del país (25 de junio de 1991), la obra se centra en los conflictos mucho más largos y sangrientos de Croacia y Bosnia-Herzegovina. La guerra entre Serbia y Croacia estalló a gran escala en agosto de 1991. La lucha fue más intensa en las regiones donde la población serbia era porcentualmente más importante, especialmente en la Krajina. El asedio a Vukovar por el ejército yugoslavo ha quedado como uno de los ejemplos más significativos de este enfrentamiento. Tras sufrir intensos bombardeos (cayeron más de 700.000 proyectiles), pasar muchas penurias por la dificultad de llegar la ayuda humanitaria y sufrir algunos miles de bajas, los últimos defensores se rindieron en noviembre de 1911. Los serbios, tras entrar en la ciudad, llevaron a cabo una fuerte represión sobre la población croata: ejecuciones sin control, saqueos, limpieza étnica, expulsiones… la brutalidad de los vencedores alarmó a la opinión internacional. No fue el único ejemplo, siguieron otros episodios no menos sangrientos como las batallas de Osijek, Kusonje, Gospic, la llamada de los Cuarteles, Sibenik, Zadar… y el asedio a Dubrovnik que comenzó el 1 de octubre de 1991 y duró hasta mayo del año siguiente. Más de once mil edificios de esta ciudad (algunos de su casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) sufrieron algún daño. El 8 de octubre de 1991, Croacia proclamó oficialmente la independencia de Croacia. La crudeza de la guerra hizo tomar cartas en el asunto a la Comunidad Internacional para alcanzar un alto el fuego y llegar a una solución del conflicto. En la obra se explican los fracasos de planes (como el Plan Carrington o las propuestas del norteamericano Vance), el alto el fuego fue aceptado en enero de 1992 lo que permitió el despliegue  de Cascos Azules  en la zona. No fue el fin de la guerra que continuó,  de forma intermitente,  los siguientes años recrudeciéndose en 1995  por el control de la Krajina. La Operación Tormenta desatada por los croatas para dominar  la Krajina fue tal vez la mayor operación terrestre desde la II Guerra Mundial. Fue el mayor triunfo croata de toda la guerra. Cerca de 200.000 serbios fueron desplazados de la Krajina a la vez que volvían varios miles de croatas que habían sido desplazados anteriormente.

Los autores dedican un amplio espacio a la guerra de Bosnia-Herzegovina, el territorio de mayor complejidad étnica y religiosa de todos. Tras la proclamación  por Bosnia-Herzegovina de su independencia (reconocida pocos días más tarde por EE.UU. y varios países de Comunidad Europea), el país fue atacado por los serbios. Comenzaba una guerra sangrienta que conoció episodios como el implacable asedio de Sarajevo (de abril de 1992 hasta finales de 1995) o las masacres que protagonizaron los serbios en Zvornik, Visegrad (fueron asesinadas unas 3000 personas, de ellas más de 100 niños), Foca (tuvo que huir más de la mitad de sus 40.000 habitantes), Banja Luka (donde hubo un desplazamiento masivo de su población), Prijedor (que conoció uno de los episodios más espeluznantes de limpieza étnica), Bihac… El panorama se complicó bastante cuando los croatas también atacaron Bosnia haciendo también sus propias limpiezas étnicas (por ejemplo en Vitez). Parecía una guerra de todos contra todos. ¿Habían pactado los croatas y los serbios un reparto de Bosnia? Ante la gravedad de la situación, la ONU desplegó sus fuerzas en la zona (UNPROFOR) para hacer llegar la ayuda humanitaria y evitar que continuaran las limpiezas étnicas. Tras la negativa serbia a aceptar alguno de los planes de paz presentados por la Comunidad Internacional, la guerra se recrudeció y se produjeron episodios de gran crueldad como el asedio de Mostar por los croatas (la destrucción del puente romano de esta ciudad el 9 de noviembre de 1993 se convirtió en uno de los iconos de esta guerra) o la masacre de Srebrenica cometida por los serbobosnios en la que fueron asesinadas unas 8000 personas (las imágenes fueron escalofriantes y despertaron las simpatías internacionales por el pueblo bosnio). El Consejo de Seguridad de la ONU creó un Tribunal destinado a juzgar las graves violaciones del derecho internacional y humanitario (mayor, 1993) con sede en la Haya. Las masacres indicadas y otros hechos de gran crueldad hicieron que la OTAN anunciara la operación Fuerza Deliberada (1995) en la que participaron más de 400 aviones para obligar a los serbobosnios a aceptar un alto el fuego y llegar a un acuerdo definitivo que se alcanzó en Dayton (noviembre de 1995) por el que Bosnia quedó como una confederación de dos entidades: La República de Srpska y la Federación de Bosnia y Herzegovina. Para garantizar el cumplimiento de Dayton se desplegó una fuerza dirigida por la OTAN que sustituyó al UNPROFOR.

No podía faltar un capítulo a la guerra por la independencia de Kosovo. El serbio Milosevic acabó con la autonomía de que disfrutaba Kosovo desde 1974 y tomó una serie de medidas contra la población albanokosovar. Los diputados albanos proclamaron  la república de Kosovo que, en un referéndum, fue ratificada por el 99,87 % de los votantes. Tras esto, llegó la represión serbia ignorando las presiones de la ONU. En respuesta, los albanokosovares partidarios de la lucha armada crearon el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) considerado un  grupo terrorista por Serbia. El 10 de febrero de 1996 protagonizó su primera acción armada. El enfrentamiento se recrudeció desde 1998. Una vez más, se cometieron matanzas y deportación de. La presión de la OTAN hizo que las partes se sentasen a negociar en la Conferencia de Rambouillet (febrero, 1999). Los acuerdos de esta Conferencia no fueron aceptados por Serbia. Para doblegar a Serbia, la OTAN inició una campaña de fuertes bombardeos aéreos que produjeron muchos “daños colaterales”.  Durante la campaña de la OTAN, se acentuó la represión serbia: casi un millón de albaneses fueron expulsados de Kosovo, una vez más limpiezas étnicas que llegaron hasta “limpiezas de identidad”. Milosevic, falto de apoyo y ante la amenaza de la OTAN de una operación también terrestre, aceptó un acuerdo firmado en Kumanovo (junio, 1999). Aún hubo pequeños enfrentamientos. El 17 de febrero de 2008 el Parlamento de Kosovo proclamaba su independencia de forma unilateral, no fue reconocido como estado por la ONU aunque en 2016 lo habían reconocido 110 estados miembros de la ONU (no por España).

Cierra la obra un capítulo dedicado a Macedonia que alcanzó su independencia de forma pacífica en 1991. Los albaneses residentes en el país (casi 450.000) comenzaron a organizarse para exigir más derechos políticos para su grupo, en 1994, radicalizaron su postura y exigieron la creación de una República Autónoma dentro del país. Comenzaron a protagonizar acciones violentas desde 2001. A pesar de un acuerdo de alto el fuego que el gobierno macedonio se vio obligado a aceptar, los enfrentamientos siguieron hasta el acuerdo de Ohrid (agosto, 2001) en el que se reconocieron más derechos políticos para los albaneses de Macedonia. A pesar de ello, en 2014 y 2015 hubo algunos incidentes y enfrentamientos.

Todo esto se explica con detalle en esta obra. Su lectura permite conocer los hechos y comprender su complejidad y la razón de la extremada violencia practicada durante los mismos.

Se insertan en el texto una serie de mapas que ayudan a comprender y posicionar en el espacio los acontecimientos estudiados.

Información sobre la obra y los autores en la Web de la editorial:

martes, 20 de diciembre de 2016

LOS FASCIOS ITALIANOS DE COMBATE Y EL PROGRAMA DEL SANTO SEPULCRO


Los Fascios Italianos de Combate se fundaron en marzo de 1.919, en la convocatoria del acto fundacional se precisaba:

"El 23 de marzo no fundaremos un partido, sino que daremos impulso a un nuevo movimiento... el 23 de marzo crearemos el antipartido".

El 23 de marzo de 1919, se reunieron en la Plaza del Santo Sepulcro apenas unas 150 personas, la mayoría procedían de la izquierda revolucionaria, eran antiguos combatientes, Arditi, viejos anarquistas, ultracionalistas... un grupo heterogéneo al que unía el carácter violento de sus miembros. Elaboraron un Programa (conocido como Programa del Santo Sepulcro) que se autocalificaba de revolucionario e innovador. En realidad era bastante demagógico

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PROGRAMA DE SANTO SEPULCRO
¡Italianos!
He aquí, el programa de un movimiento puramente italiano. Revolucionario por ser anti dogmático y anti demagógico; fuertemente innovador por ser anti-prejuicioso. Nosotros ponemos la valorización de la guerra revolucionaria por encima de todo y de todos. Los otros problemas: burocracia, administración, jurídicos, escolares, coloniales, etc. Los delinearemos cuando organizamos la clase dirigente.

Por esto: NOSOTROS QUEREMOS PARA EL PROBLEMA POLÍTICO:
El sufragio universal con escrutinio de listas regionales con una representación proporcional, el derecho de voto y que puedan ser elegidas las mujeres.
La disminución de la edad mínima a 18 años y la de los diputados, a 25 años.
La abolición del Senado.
La convocatoria de una Asamblea nacional por un plazo de tres años, cuya primera tarea será la de establecer la forma constitucional del Estado.
La formación de un Consejo Nacional de trabajadores técnicos, de la industria, del transporte, la higiene social, de las comunicaciones etc. Electo por la colectividad profesional o por ocupación, con poderes legislativos y derecho de elegir un comisario general con poderes de Ministro.

PARA EL PROBLEMA SOCIAL: NOSOTROS QUEREMOS:
La promulgación de una ley de Estado que dé a todos los trabajadores una jornada legal de ocho horas de trabajo.
Salarios mínimos.
La participación de los representantes de los trabajadores en el funcionamiento técnico de las industrias.
La administración de las industrias y servicios públicos por las mismas organizaciones pro-letarias (cuando éstas sean dignas de ello, moral y técnicamente).
La rápida y completa sistematización de los servicios ferroviarios y todas las compañías del transporte.
Una modificación necesaria del proyecto de ley de seguridad de invalidez y de jubilación, en que se disminuya el límite de edad propuesto de 65 a 55 años.

PARA EL PROBLEMA MILITAR: NOSOTROS QUEREMOS:
La creación de una milicia nacional con breves periodos de instrucción con un rol defensi-vo.
La nacionalización de todas las fábricas de armas o explosivos.
Una política exterior nacional que sea puesta en valorización, en concordancia con la competencia pacífica de las civilizaciones, de la nación italiana en el mundo.

Para EL PROBLEMA FINANCIERO: NOSOTROS QUEREMOS:
Un fuerte impuesto extraordinario sobre el capital con carácter progresivo que tenga la forma de una verdadera expropiación de todas las riquezas.
La confiscación de todos los bienes de las congregaciones religiosas y la abolición de todas las bulas episcopales que constituyen una enorme responsabilidad para la Nación y un privilegio para unos pocos.
La revisión de todos los contratos de suministro en la guerra y el secuestro del 85% de las ganancias por la guerra.
Il Popolo d'Italia, 6 de junio de 1919


Los Fascios Italianos de Combate se fueron consolidando como un grupo paramilitar. Sus miembros lucían uniformes de color negro), de carácter violento y  de ideología ultranacionalista, antimarxista y antiliberal.

Poco a poco, se fueron organizando. El primer secretario de los Fascios fue A. Longoni, un aviador que había sido obrero ferroviario y sindicalista. Desde agosto de 1919 publicaron "Il Fascio", su órgano oficial, cuyo objetivo era ayudar a definir el movimiento.

El primer congreso de los Fascios se celebró en Florencia los días 9 y 10 de octubre de 1919. Se habían creado muchos Fascios por toda la geografía italiana. En el Congreso se prepararon las candidaturas para las próximas elecciones de noviembre. Mussolini estaba lejos de controlar este movimiento.


lunes, 19 de diciembre de 2016

PRINCIPALES PUNTOS DE LA IDEOLOGÍA DEL FASCISMO ITALIANO

La Ideología del fascismo, hecha desde el poder, pretende abarcar todos los sectores de la vida, en este sentido es una ideología totalizadora. En sus orígenes, la ideología fascista no es algo preciso, el mismo Mussolini declaraba: "no tenemos ningún plan doctrinal preciso" o "nuestra doctrina es la acción. El fascismo nace de una necesidad de acción". Componen lo que podemos denominar ideología del fascismo un conjunto de ideas simples, con sentido práctico y oportunista para llegar fácilmente a las masas. En su elaboración, intervinieron, además del propio Mussolini, algunos juristas e intelectuales entre los que cabe destacar a A. Rocco y a G. Gentile.



Con el tiempo, el cuerpo ideológico se van concretando en una serie de principios, poco precisos, que van evolucionando por motivos de conveniencia. En 1932 apareció un texto doctrinal firmado por el propio Mussolini.




Principales puntos de la ideología fascista:

  • OMNIPOTENCIA DEL ESTADO

Ponen de relieve la primacía del Estado sobre la Nación. Los individuos deben estar totalmente subordinados al Estado, es decir, los intereses y derechos de los individuos están por debajo de los del Estado. La verdadera libertad del individuo está dentro del Estado.

Resultado de imagen de partido nacional fascistaEl Estado fascista es omnipotente,  no  contempla la separación de poderes (una de las bases de la democracia). Defiende el régimen de partido único (una de las características de las dictaduras del s. XX). Se trata de evitar que las fuerzas que deben actuar en beneficio del Estado se disgreguen en disputas partidistas. Así se concibe el partido único por “razón de Estado”, es el fin del multipartidismo (otra de las bases de un régimen democrático). Partidos y sindicatos, salvo el PNF y las organizaciones sindicales fascistas, fueron prohibidos.





“Para el fascismo el estado es un absoluto, ante el cual el individuo y los grupos son lo relativo” (Mussolini).

“Para el fascismo el Estado es un absoluto, ante el cual individuos y grupos son relativos. Individuos o grupos son “concebibles” en cuanto estén en el Estado”

“Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”.


  • RECHAZO DE LA DEMOCRACIA. AUTORITARISMO

De lo señalado anteriormente se deduce que el fascismo está en contra de la los derechos y libertades del individuo, de la separación de poderes y de soberanía popular y, en consecuencia, de su ejercicio a través del sufragio para elegir entre diferentes opciones. En definitiva en contra de la democracia liberal.


Para Mussolini el número como tal no puede gobernar la sociedad, niega también que este número pueda decidir el gobierno mediante consultas periódicas (democracia) La verdadera soberanía no reside en el número sino en otras fuerzas.

“El fascismo niega que el número, por el solo hecho de ser número pueda dirigir las sociedades humanas, niega que este número pueda gobernar gracias a una consulta periódica. Afirma la desigualdad indeleble, fecunda y bien-hechora de los hombres, que no es posible nivelar gracias a un hecho mecánico y exterior como el sufragio universal. Se puede definir a los regímenes democráticos como aquellos que dan al pueblo, de tiempo en tiempo, la ilusión de la soberanía (...). El fascismo rechaza de la democracia la absurda mezcla convencional de igualdad política, el hábito de la irresponsabilidad colectiva, el mito de la felicidad y del progreso indefinido. Pero si la democracia puede entenderse de modo diferente, si ella significa no dejar al pueblo al margen del Estado, el fascismo puede ser definido por el que escribe estas líneas como una 'democracia organizada, centralizada y autoritaria. (...). Ni agrupaciones (partidos políticos, asociaciones, sindicatos) ni individuos fuera del Estado. Por consiguiente, el fascismo es contrario al socialismo que limita el movimiento histórico al punto de reducirlo a la lucha de clases y que ignora la unidad del Estado que, de suyo, funde las clases en un sólo bloque económico (...).”



Benito Mussolini. La doctrina del fascismo, 1932.


Lo que legitima al régimen es la eficacia. El régimen es legítimo porque es eficaz, es capaz de afrontar y solucionar los problemas (los regímenes democráticos se presentan como ineficaces para dar solución a los problemas modernos).




El fascismo concebía una sociedad organizada al modo militar en la que regían principios como la jerarquía, la obediencia, la disciplina... El espíritu militar impregnó la educación, las organizaciones infantiles y juveniles y sindicales...


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A pesar de esto, el fascismo se esfuerza por parecer como un movimiento de masas a las que se moviliza para asistir a actos y concentraciones. Busca el apoyo especialmente de la juventud. Se trata de hacer creer que disfruta de gran apoyo popular. 





  • EXALTACIÓN Y CULTO AL JEFE CARISMÁTICO (Duce)


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Una nación fuerte debe ser dirigida por un líder, unhombre excepcional, “el superhombre” de la doctrina de Nietzsche, al que hay que obedecer ciegamente. Cuando la Providencia pone al frente de la nación a este hombre hay que obedecerle ciegamente. Este líder debe concentrar todos los poderes
.

“El jefe siempre tiene razón, nunca se equivoca”.

Para enaltecer al líder se utiliza un fuerte aparato de propaganda y unos grandilocuentes montajes escénicos.

La obediencia ciega al líder. Campaña del plebiscito de 1934

EL CATECISMO FASCISTA, IL PRIMO LIBRO DEL FASCISTA. ROMA PNF. 1938.

"P ¿Cuál es el significado del nombre Duce?

R. Duce viene del latín dux que deriva de duco y significa «el que conduce». 

P ¿Quién es el Duce?

R. El Duce, Benito Mussolini, es el creador del fascismo, el renovador de la sociedad civil, el jefe del pueblo italiano, el fundador del imperio.

 P ¿Qué quiere el Duce para el pueblo italiano?

R. Quiere mejorarlo moralmente y materialmente, garantizándole el máximo de trabajo y bienestar; y quiere que a través de la educación y la organización política, sindical, deportiva y moral del fascismo, seamos siempre conscientes de sus fines y su misión en el mundo.

P ¿Cuál es la diferencia entre el Duce y los jefes de gobierno liberales y demócratas?

R. En el régimen liberal y democrático, el jefe del gobierno es el exponente de los intereses de un partido y está sujeto al beneplácito del Parlamento, que puede ocasionar su caída; por el contrario, el Duce representa, como jefe del Gobierno, a la nación entera, que está a sus órdenes en la disciplina fascista y en la de la Patria.


  • PROTAGONISMO DE LAS ÉLITES

Debe gobernar una minoría cualificada ya que los hombres son desiguales (se rechaza la democracia porque concede igualdad a todos). En esa minoría no entra la mujer que, en el fascismo, ve desvalorizado su papel quedando subordinada al marido; sus principales cometidos en la sociedad  se resumen en niños, cocina e iglesia. 

El reconocimiento de esta desigualdad de los hombres desemboca en teorías racistas.

“En el código fascista, los hombres son superiores a las mujeres, los soldados a los civiles, los miembros del partido a los que no lo son, la propia nación a las demás, los fuertes a los débiles, y los vencedores de guerra a los vencidos” (Ebenstein).


  • DESCONFIANZA DE LA RAZÓN. EXALTACIÓN DE LA FUERZA Y LA VIOLENCIA

El fascismo exalta los elementos irracionales de la conducta humana como el fanatismo, la intolerancia y la obediencia ciega. Un lema muy repetido: "crecer, obedecer y combatir”.

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Propugna el culto a la fuerza, la violencia, la guerra (calificada como "higiene del mundo").

“Mi doctrina es la acción. El Fascismo nace de una necesidad de acción y muere con la acción”.

“El fascismo no cree en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua. Rechaza, pues, el pacifismo, que esconde una renuncia a la lucha y una co-bardía ante los sacrificios…. El fascismo transporta este espíritu antipacifis-ta incluso a la vida de los individuos”

“... (la violencia) es una necesidad quirúrgica, una dolorosa necesidad”


  • NACIONALISMO EXACERBADO.  IMPERIALISMO

El fascismo cultivó el nacionalismo exacerbado, una nación fuerte y unida en torno al estado, el Partido y el Líder. Pronto derivó en proyectos expansionistas. 

Para el fascismo, una gran nación encuentra su horizonte expansivo en la formación de un imperio. La necesidad de un pueblo superior de disponer de un espacio vital para realizarse está por encima del derecho internacional. Mussolini soñó con restaurar el antiguo poder del Imperio Romano.

Este expansionismo exige un reforzamiento de las fuerzas armadas.

"(...) el programa de la política exterior del fascismo comprende una sola palabra: expansionismo".


  • ANTIMARXISMO
El fascismo cree en la colaboración de las clases, sus organizaciones son interclasistas. Así que está totalmente en contra de la lucha de clases marxista.


  • INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA: TERCERA VÍA y CORPORATIVISMO

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Desde el punto de vista económico, en sus inicios, el fascismo mantiene la estructura capitalista en lógico agradecimiento al apoyo prestado por el gran capital en los inicios del movimiento. Cuando se asienta en el poder, el fascismo defiende una tercera vía distinta al liberalismo y al socialismo: mantenimiento de la propiedad privada, pero con una fuerte intervención estatal en diversos sectores de la economía.


Una idea original del fascismo, inspirada en cierta forma en los gremios medievales, fue la creación de corporaciones que agrupan a patronos y obreros, supervisados por el Estado. Todos deben cooperar para buscar un aumento de la producción.

viernes, 9 de diciembre de 2016

UNA HISTORIA DE LAS RADIOS CLANDESTINAS EN LAS ÚLTIMAS OCHO DÉCADAS

ZARAGOZA, L.: “Voces en las sombras. Una historia de las radios clandestinas”. Ediciones Cátedra. Colección Signo e Imagen. Madrid, 2016

En este ensayo, Luis Zaragoza hace un repaso muy pormenorizado del papel e importancia de las radios clandestinas desde su aparición a fines de los años veinte o principios de los treinta del siglo pasado hasta prácticamente la actualidad. Las radios clandestinas o la voz de los que no tienen o no les dejan tener voz (no es de extrañar que muchas de estas emisoras lleven en su título la palabra “Voz”). Abordar el estudio de estas radios es muy meritorio y complejo dado su carácter clandestino y su abundancia.

Desde su aparición (pero especialmente desde que los aparatos receptores se produjeron a gran escala y bajaron su precio), la radio demostró su gran potencialidad debido a su inmediatez y la posibilidad de llegar a muchos oyentes, incluso de zonas poco accesibles.  Los gbiernos vieron esta potencialidad y también su peligro, debían controlar este medio. También lo apreciaron los movimientos opositores, revolucionarios, independentistas… que se apresuraron a poner en marcha emisoras clandestinas para difundir su mensaje y apoyar a sus activistas. Señala acertadamente el autor que una radio  no gana una guerra ni derroca gobiernos por sí sola, pero  ayuda a difundir ideas y consignas, canalizar sentimientos, movilizar a la población, difundir propaganda, ofrecer, información alternativa…

Las radios clandestinas son “frutas de temporada”, su existencia está en función de la duración del régimen o sistema al que se oponen. Estas radios, para emitir, deben superar muchos obstáculos técnicos (contar con tecnología y emisoras potentes), financieros y de seguridad. La actuación de los gobiernos se centró en localizar  y anular estas emisoras (requisa de aparatos, interferencias, contrapropaganda, puesta en marcha de emisoras negras…); paralelamente recurrieron a medidas legales: prohibición expresa de su escucha, control de la venta de aparatos de radio y hasta de ¡pilas!. Con todo, las radios clandestinas resisten mejor la represión gubernamental que los medios escritos.

En el epílogo, el autor se autopregunta si en el mundo en que vivimos (digitalización de los medios de comunicación escritos y hablados a través de Internet, amplia implantación de las redes sociales, posibilidad de emitir vídeo en directo a través del móvil…) la radio clandestina ha perdido su razón de ser. A primera vista la respuesta parece ser que sí, aunque siembran la duda una serie de ejemplos de su vigencia en los últimos años del s. XX y los primeros del XXI: Radio Zapata, Radio Rozana que comenzó a emitir para Siria en 2013, el proyecto que no llegó a cuajar de Radio Democracy for África  para promover la democracia y los derechos humano en África, Radio Democrat Internacional con destino a Nigeria, Democratic Voice of Burma fundada en Oslo por un grupo de refugiados birmanos, la emisora clandestina puesta en marcha por Reporteros sin Fronteras con  motivo de los Juegos Olímpicos de Pekín para protestar de las restricciones informativas por China...

Los once capítulos del cuerpo central del ensayo son un documentado repaso cronológico a las principales radios clandestinas de las últimas ocho décadas y a las circunstancias que han propiciado su puesta en marcha. La relación entre radio y acontecimientos históricos está siempre presente a lo largo del texto.

Tras un primer capítulo  dedicado a definir  y clarificar conceptos que se  van a utilizar a lo largo de la obra como emisoras piratas, radios libres,  tipos de emisoras clandestinas, radios negras, etc., el capítulo dos aborda los orígenes de la radio clandestina que no se puede separar de la producción a gran escala de aparatos receptores.  Goebbels, desde el Ministerio de Propaganda del Reich, fue uno de los primeros políticos en comprender la importancia de la radio. Claro que también aparecieron emisoras antihitlerianas como las que pusieron en marcha Otto Strasser o el KPD (Partido Comunista), ésta, curiosamente, emitía desde Pozuelo del Rey, una localidad cercana a Madrid. La radio clandestina dio un paso adelante durante la Guerra Civil Española, “la primera guerra por radio”, los dos bandos pusieron en el aire emisoras clandestinas, muchas de ellas mantenidas por radioaficionados.

Durante la II Guerra Mundial la radio clandestina alcanzó su mayoría de edad (capítulo tres). En sus inicios, comenzaron a emitir radios negras alemanas destinadas a confundir a los franceses en los momentos de la invasión alemana (La Voix de la Paix  y Radio Humanité). Los alemanes también crearon emisoras destinadas a crear la animadversión de los británicos hacia su gobierno. La respuesta inglesa fue potenciar la BBC que incluso cedió espacios de emisión a gobiernos de países ocupados por los nazis o a movimientos de resistencia de los mismos (a través de sus micrófonos lanzó De Gaulle su discurso llamando a los franceses a resistir). Las emisoras clandestinas alcanzaron gran importancia en los momentos anteriores al desembarco de Normandía, sus mensajes fueron determinantes para que la resistencia recibiese instrucciones y coordinase sus acciones. Hubo otras muchas emisoras que actuaron en otros escenarios durante la guerra, por ejemplo, emisoras alemanas para desestabilizar el régimen de la URSS durante la Operación Barbarroja, emisoras soviéticas en zonas ocupadas por los nazis, la emisora que emitio “in situ” durante el levantamiento de Varsovia, la norteamericana Radio 1212 cuyo objetivo era ofrecer noticias que no podían escucharse en las emisoras del Reich…

El autor dedica un capítulo (el cuarto) a las emisoras dirigidas contra las dictaduras de Salazar y Franco, con especial relieve a la más importante de todas ellas, Radio España Independiente Estación Pirenaica (aunque nunca estuvo situada en los Pirineos) que emitió hasta julio de 1977 sorteando todas las acciones del gobierno para acallarla. Otra emisora importante fue Radio Euzkadi, la portavoz del gobierno vasco en el exilio. Algo más tardías fueron las emisoras opositoras a la dictadura de Salazar, destacan dos de ellas (Rádio Portugal Livre y Rádio Voz da Libertade) que emitieron hasta 1974.

La época de la Guerra Fría fue de gran actividad de las radios clandestinas, un intenso duelo de las radios de ambos bloques. Es el tema del capítulo quinto. Varias emisoras occidentales se encargaron de transmitir hacia la URSS y países satélites, destacando dos Radio Europa Libre (RFL) que desde 1950 emitía para los países de Europa del Este y Radio Libertad (RL) que desde 1953 lo hacía con destino a la URSS, ambas emisoras acabaron uniéndose.  Radio Libertad, curiosamente, uno de sus lugares de emisión fue la Playa de Pals (Girona). La CIA señaló sus directrices, controló sus contenidos y prestó el necesario apoyo financiero y técnico hasta 1973. Paralelamente, la CIA también puso en funcionamiento varias emisoras negras. Desde la URSS, dirigidas por la KGB, también se pusieron en marcha, financiaron o dieron facilidades de instalación a varias emisoras para lanzar propaganda anticapitalista y apoyar a los partidos comunistas de los países occidentales, especialmente los de Francia e Italia.

Los movimientos que lucharon por la independencia de las colonias asiáticas y africanas tras la II Guerra Mundial también comprendieron la importancia de la radio para construir una identidad nacional y movilizar a la población. En muchos casos contaron con el hándicap de la existencia de pocos aparatos receptores entre la población solucionado en parte con las escuchas colectivas. El autor analiza con detenimiento la importancia de algunas de estas emisoras: Radio India Libre o Congress Radio  en la India  (ambas desde 1942); las tres emisoras puestas en marcha por otras tantas organizaciones judías (Haganá, Irgun, Lechi) que tenían  objetivo último ayudar a crear el Estado de Israel; la Voz de los Árabes que comenzó a emitir poco después del derrocamiento del rey Faruk en Egipto y se convirtió en polo de difusión del panarabismo y antiimperialismo; La Voix de l´Algérie et Combattante puesta en marcha por el Frente de Liberación Nacional  para contrarrestar Radio Argel controlada por los franceses (la guerra de independencia de Argelia fue “la guerra del transistor”). Es el tema del capítulo seis.

El capítulo siete está dedicado al papel de la radio en el convulso mundo político de América Latina. Se centra en algunos casos: la aparición de decenas de radios clandestinas en Colombia que llamaron a la movilización popular tras el asesinato de Gaytan; la importancia de Radio Liberación creada por la CIA en Guatemala para derribar el gobierno Arbenz que había promovido una reforma agraria contra los intereses de la United Fruit Company; el papel desempeñado por Radio Rebelde en el derribo de la dictadura de Batista en Cuba que se oyó por primera vez en 1958 y en pocos meses tenía más oyentes que cualquier otra emisora cubana; las numerosas emisoras puestas en marcha por la CIA para desestabilizar el nuevo régimen de Castro en Cuba.

En el capítulo octavo se trata del papel de emisoras clandestinas de Asia. Tras el triunfo de Mao en China y la posterior ruptura con la URSS (1950), China participó en la creación y mantenimiento de varias emisoras de inspiración maoísta que emitieron para países del sudeste asiático. China, por su parte, sufrió emisiones por parte de la URSS  y de la CIA desde Taiwan. Un escenario donde se utilizaron profusamente las radios clandestinas fue Vietnam, desde que  Ho Chi Minh puso en marcha La Voz de Vietnam para apoyar la independencia de Francia hasta el final del conflicto vietnamita, la radio no dejó de estar presente y tener un papel protagonista. De entre la multitud de emisoras que surgieron, una de las que más influencia tuvo fue Radio Liberación (salió al aire en 1961), la radio del Viet Cong, el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur. De la otra parte, en  1965 comenzó a emitir Voice of Freedem controlada por  la CIA para contrarrestar la propaganda que llegaba desde Vietnam del Norte. Las guerras civiles de Laos y Camboya, en el contexto de la guerra fría, fueron un espacio idóneo para que surgieran varias emisoras clandestinas en ambos bandos.

África y Oriente Medio son los espacios de los que se ocupa el capítulo nueve. Las emisoras africanas, más numerosas desde mitad de los años sesenta, buscaron en su mayoría favorecer los procesos de independencia, protestar contra la discriminación racial, o hacerse oír ante frente a regímenes que les censuraban. Especial relevancia tuvieron en Sudáfrica las emisoras de las organizaciones nacionalistas negras para denunciar y oponerse al apartheid como Radio Freedom, emisora del Congreso Nacional Africano. En Namibia jugó gran papel la Voz de Namibia que animaba a resistir a la ocupación sudafricana.  El gobierno de Sudafrica se esforzó para contrarrestar a ambas emisoras para lo que creó Radio South Africa. Muy activas fueron las emisoras puestas en marcha para apoyar a los movimientos que luchaban por la independencia de las colonias portuguesas como  Rádio Libertaçao (Cabo Verde), La Voz e Angola o emisiones del FRELIMO y del RENAMO (Voz da África Livre) en Mozambique. Por lo que respecta a España, el independentista canario A. Cubillo puso en marcha La Voz de Canarias para difundir la  idea de una nación guanche que debía independizarse de España para crear una república africana socialista. Tras el precipitado abandono del Sahara por parte de España, Argelia, un tanto desencantada con la solución adoptada, apoyó a Frente Polisario y le cedió tiempo en su radio exterior para lanzar La Voz del Sahara Libre. En Palestina, cuando se fundó la OLP (1964) comenzó a tener su propio espacio radiofónico (La Voz de Palestina) a través de La Voz de los Árabes. En 1968 comenzó a emitir Radio Fatah para alentar a la lucha por la creación de un Estado Palestino. Cuando se firmaron los acuerdos de Camp David  entre Egipto e Israel, aparecieron dos emisoras que, desde el exterior de Egipto, denunciaron la traición de Egipto a la causa Árabe: La Voz de Egipto del Arabismo y la Voz del Pueblo Egipcio. Tras la primera intifada apareció la primera radio palestina no controlada por la OLP: al-Quds Radio.

El capítulo diez se vuelve a ocupar de América Latina. En primer lugar de las emisoras clandestinas que emitieron para Chile tras el derrocamiento de Allende para denunciar la represión de la dictadura: Radio Magallanes, La Voz de la resistencia Chilena y especialmente Radio Liberación. En Nicaragua, se crearon varias emisoras opositoras a la dictadura de la familia Somoza, de entre todas ellas destacó Radio Sandino, emisora del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que comenzó a emitir en 1977 para apoyar la Guerrilla. Cuando los no sandinistas (con Violeta Barrios al frente) abandonaron el gobierno que se formó a la caída de Somoza, el país entró en un clima de guerra civil. La oposición al gobierno (La Contra) puso en marcha sus emisoras (como Radio 15 de Septiembre) con apoyo de la CIA. En El salvador, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional puso en marcha dos emisoras: Radia Farabundo Martí y la más importante Radio Venceremos (desde 1981), el gobierno dio su respuesta con  Radio Cuscatlán y varias emisoras negras. Y en Cuba, tras la llegada de Reagan al poder el exilio cubano, con apoyo de la CIA, puso en marcha Radio Libertad Cubana y otras emisoras como La Voz de Alpha 66, Radio Mambí, La Voz del CID.

Los acontecimientos disidentes que aparecieron tras el Telón de Acero también contaron con sus emisoras de apoyo. Así sucedió en el levantamiento húngaro de 1956, durante la Primavera de Praga o en Polonia con Solidaridad (capítulo once)

De todo esto trata esta obra. Solo me queda felicitar a Luis Zaragoza por este ensayo tan documentado que tan bien ha sabido engarzar el papel de las radios clandestinas en los principales acontecimientos históricos de las últimas ocho décadas.


Web de la obra en la Editorial:

domingo, 4 de diciembre de 2016

RAÍCES INMEDIATAS DEL FASCISMO ITALIANO (II): NACIONALISMO DE VENCIDOS Y LA GRAN INESTABILIDAD POLÍTICA


Tras la firma de los acuerdos de paz, Italia quedó muy insatisfecha pues consideró que no se atendieron a sus demandas y que los Aliados no cumplieron las promesas que hicieron en el Tratado de Londres para atraerla a su bando en los comienzos bélicos. La poca contribución de Italia a la victoria final en la guerra puede explicar este trato en los tratados de paz. Italia hubiera deseado la ciudad de Fiume, Saboya, Niza, algún avance colonial en África... Se comenzó a forjar la idea de Una victoria mutilada”.  En otra entrada de este Blog me he ocupado del tema.

G. d´Annunzio en Fiume
Va apareciendo un nacionalismo revanchista que arraigó en algunos sectores de la sociedad, especialmente entre los excombatientes. Así que cuando D`Annunzio ocupó Fiume por la tremenda con una legión de voluntarios se convirtió en un héroe nacional.

Por otra parte, la gran inestabilidad política en Italia muestra las debilidades de su democracia. Hay que señalar que la democracia estaba escasamente enraizada en Italia. No se llegan a constituir gobiernos estables dado que, para formarlos, era necesaria la concurrencia de varios partidos. Desde 1919 hasta 1922 hubo cinco gobiernos presididos por Orlando, Nitti, Giolitti, Bonomi y Facta. El descrédito del sistema era patente en la sociedad a lo que contribuyó mucho el fraude electoral y el favoritismo.

Esta situación de exaltación nacionalista y de inestabilidad política fue aprovechada por el movimiento fascista para crecer, aumentar su influencia en la vida político-social italiana y, en definitiva, tomar el poder.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

RAÍCES INMEDIATAS DEL FASCISMO ITALIANO (I): LAS SECUELAS ECONÓMICAS DE LA GUERRA

"El fascismo es hijo de la guerra"



Italia, como todos los estados beligerantes, tuvo que hacer frente a unos elevados gastos extraordinarios por razón de la guerra, algunos autores los han evaluado en torno a los 3,2 billones de dólares. Italia, para hacer frente a su gigantesca deuda, recurrió a los mismos métodos que otros estados: subir impuestos, emitir deuda pública, pedir créditos (especialmente a Estados Unidos), desprender de parte de sus reservas de oro.

Acabada la guerra, se produjo una enorme inflación,  los precios subieron de manera considerable como se ve en el gráfico adjunto. Los salarios perdían constantemente poder adquisitivo.

La producción agrícola descendió, p.e. la producción de trigo bajó de 52 mill. de quintales en 1913 a 28 en 1920; la producción de remolacha cayó más de un 50%. La movilización arrebató muchos brazos al campo. El campo italiano presentaba un escaso desarrollo técnico, especialmente en las tierras del sur por lo que la falta de mano de obra era más sensible. El gobierno controló los precios agrícolas y los mantuvo en niveles basta.nte bajos, comparados con los precios industriales y el comportamiento de la inflación

Muchas industrias que dedicaban su producción a la guerra se tuvieron que reconvertir y adaptarse a una economía de paz. Industrias que durante la guerra tuvieron gran demanda de sus productos (metalurgicas, automovilistica Fiat, Pirelli...) y enormes beneficios, ahora no tenían mercado ni interior ni exterior y sus beneficios habían descendido considerablemente. Las empresas ante la pérdida de beneficios y mercados, prescinden de mano de obra. El paro no dejó de crecer. 



Esta realidad fue la causa de una serie de huelgas en las principales ciudades y de la ocupación de fábricas en varias localidades (comenzando por Milán en 1920). Es el denominado "bienio rosso", 1919-20. En una entrada posterior abordaré como afrontó el gabinete Giolitti esta situación.

En el campo la protesta, influida por los anarquistas, se manifestó en revueltas campesinas y en la ocupación de tierras.

Edit. Vicens Vives

La burguesía se asustó ante esta situación y, por miedo a una bolchevización (en Florencia se llegó a proclamar una República de los soviets), se afanó en reprimir estos movimientos.

Esta crisis económica y la agitación social subsiguiente (clima prerrevolucionario) fueron el caldo del cultivo para el crecimiento del fascismo (lo desarrollaré más en una próxima entrada)

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