A la llegada al poder, el Fascismo no tenía un claro proyecto económico ni una estrategia económica coherente. En alguna ocasión (como por ejemplo en el Programa de fundación del PNF) se había señalado la necesidad de reducir la intervención del Estado en la economía, desde luego no se atacaba directamente al Liberalismo Económico. Había que favorecer a los que habían ayudado y apoyado su conquista del poder, es decir, a los propietarios industriales y agrícolas Por ejemplo, en 1921, Mussolini podía declarar algo como esto: “Queremos despojar al Estado de todos sus atributos económicos: basta de estado cartero, estado ferroviario, estado asegurador”
En la política económica seguida por el Fascismo se pueden distinguir tres etapas:
Primera etapa, 1922-26: Despegue
Durante estos primeros años, Mussolini adopta una política económica ortodoxa para tranquilizar al gran capital con el mantiene estrechas relaciones. Adopta medidas que beneficias a este gran capital, por ejemplo se anulan los impuestos sobre los beneficios extraordinarios conseguidos durante la Guerra. A cambio, el gran capital ayuda al Fascismo a pagar las deudas de Guerra.
Ayudó al Fascismo que cuando llegó al poder comenzaba a repuntar la economía mundial. Se equilibró el presupuesto y se redujo el paro, pero no la inflación. En 1922, el índice de precios era unas cinco veces superior al de 1913. La inversión (también la extranjera) mejoró sobre todo desde que el Estado restauró el orden social (en 1926 se abolió el derecho a huelga)
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FUENTE: Edit. Vicens Vives |
En cuanto al comercio exterior la política proteccionista fue sustituida por una tendencia liberalizadora que parecía pretender insertar a Italia en una economía mundial que salía de la crisis de postguerra. Sin embargo, muchos precios de mercancías italianas no eran competitivos internacionalmente.
En esta gráfica se aprecio el gran crecimiento industrial durante esta etapa y el más moderado crecimiento agrícola.
Segunda etapa, 1926-1930: tercera vía y Estado corporativo
Frente a la política económica del Liberalismo y del Socialismo, el Fascismo propuso una tercera vía: mantenimiento de la empresa privada con un fuerte intervencionismo estatal.
Inspiradas en los gremios medievales, intentaban armonizar los intereses de los obreros con los de los patronos actuando el Estado como árbitro supremo. Pretendían una superación de la lucha de clases. Estaban definidas en la Carta del Lavoro. Eran órganos del Estado con tareas específicas como coordinar y superar las organizaciones sindicales de los trabajadores y la organización empresarial. También debían organizar la disciplina de la producción en torno a los intereses del Estado.
“… mientras el sindicalismo
socialista, por el camino de la lucha de clases desemboca en la política con su
programa final de supresión de la propiedad privada y de la iniciativa
individual; el sindicalismo fascista, a través de la colaboración de las clases,
desemboca en las corporaciones, que dan a la colaboración armonía y sistema,
defendiendo la propiedad pero elevándola a función social…”“… mientras el sindicalismo
socialista, por el camino de la lucha de clases desemboca en la política con su
programa final de supresión de la propiedad privada y de la iniciativa
individual; el sindicalismo fascista, a través de la colaboración de las clases,
desemboca en las corporaciones, que dan a la colaboración armonía y sistema,
defendiendo la propiedad pero elevándola a función social…”
En 1926, se creó el Ministerio de las Corporaciones y el Consejo Nacional de las Corporaciones como órgano supremo de ellas. En el año 1929 se disolvió el Ministerio de Economía y sus competencias pasaron al de las Corporaciones.
En 1930 se estructuró el Consejo Nacional de las Corporaciones y pasó a estar dirigido por el Jefe de Gobierno. Se dividió en siete secciones que componían la Asamblea General de las Corporaciones compuesta por 124 miembros. Esta Asamblea se fue configurando como un órgano consultivo y, a veces, decisorio. También se estableció un Comité Corporativo Central que sustituye a la Asamblea cuando no está reunida, forman parte de este Comité, entre otros, el Duce, el Jefe del PNF, el Subsecretario del Ministerio de las Corporaciones...
En 1934 se acabaron de constituir las Corporaciones: eran 22, agrupadas en tres áreas de producción (8 agrícolas, 8 industriales y comerciales y 6 de servicios). En 1936 se ampliaron mucho las competencias de las Corporaciones.
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El Duce desempeñando tareas agrícolas |
Esta campaña (denominada con un término bélico, retorica muy querida por Mussolini) destinada a aumenta la producción de trigo se puso en marcha en julio de 1925. Tenía como objetivo específico el autoabastecimiento de trigo para una población que, alentada por el régimen, experimentaba un alto crecimiento demográfico.(“liberalizar a Italia de la dictadura del pan extranjero”). El régimen puso mucho interés en conseguir el objetivo, el propio Mussolini se implicó sobremanera. Se hizo un gran despliegue propagandístico.
Como se ve en la gráfica, hubo un gran aumento de la producción de trigo. Cultivar trigo era una señal de que se estaba colaborando con el Régimen. La Batalla del Trigo se identificó con el prestigio nacional. En 1939 se suprimieron las importaciones de trigo.
Ahora bien, este aumento de la producción de trigo se consiguió por el abandono de otros cultivos (cultivos intensivos y de huerta más rentables), por la reducción de la ganadería ante la disminución de las tierras de pasto (en el sur especialmente), por la puesta en cultivo de tierras marginales (lo que hizo bajar la productividad) y por la fuerte presión propagandística sobre los campesinos. Muchas Has. quedaron reducidas al monocultivo. En definitiva, fue antieconómica.
Mussolini, en parte por razones de prestigio ante la caída de su moneda y en parte por combatir la inflación, revaluó la lira hasta la llamada "cuota noventa" (paridad 1 libra: 90 liras, frente al valor anterior de 1 libra: 150 liras) y procedió paralelamente a elevar los tipos de interés, a reducir la circulación monetaria y los costes salariales (los salarios fueron reducidos en un 20 por 100 en 1927), medida ésta compensada por la reducción de la jornada laboral y por la concesión de distintas formas de beneficios sociales para las clases modestas como subsidios a familias numerosas, vacaciones pagadas, paga extraordinaria de Navidad y mejoras en los seguros de enfermedad y accidentes.
"Nuestra lira, que representa el símbolo de la Nación, el signo de nuestra riqueza, el fruto de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo, de nuestros sacrificios, de nuestras lágrimas, de nuestra sangre, tiene que defenderse y será defendida". Mussolini, agosto de 1926
La "batalla de la lira" produjo una gran estabilidad de precios y hasta una disminución del coste de la vida, estimada en un 16 por 100 entre 1927 y 1932. Lógicamente, perjudicó al comercio exterior, redujo la competitividad de las exportaciones italianas, lo que llevó a la quiebra a varias empresas. Es verdad que captó inversiones extranjeras atraídas por la estabilidad monetaria.
El Fascismo realizó varias acciones económicas cuyo objetivo era divulgar la eficacia del Régimen: desecación de pantanos y marismas (sobre todo en la zona Pontina y en Toscana), obras de regadío, repoblación forestal, construcción de obras públicas (destacando una moderna red de autopistas)...
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Campesinos saludan a Mussolini en su visita a las desecadas lagunas Pontinas al sur de Roma. Fue un gran éxito, miles de Has. pantanosas fueron transformadas en granjas y poblados |
Tercera etapa: Respuetas a la crisis y autarquía
La crisis de 1929 y la siguiente recesión azotaron duramente a Italia. Para atajar los efectos de la crisis el Fascismo adoptó una serie de medidas, algunas no muy diferentes a las que se tomaron en otros países:
- Fuerte proteccionismo. En 1934 se instauró el control de cambios de monedas y un año más tarde se puso en vigor un sistema de licencias de importación. Evidentemente, el comercio exterior descendió muchísimo: entre 1922 y 1938 las importaciones italianas descendieron un 2,5 % anual (a precios constantes) y las exportaciones lo hicieron en torno a un 1 %. Se potenció el consumo de productos nacionales.
- Ambicioso programa de obras públicas como principal medio de para solucionar el paro que se situó en 1.320.000 parados (además, había mucho subempleo).
- En materia de empleo, el Estado anunció su intención de controlar el empleo; en 1933, se estableció el Libretto di Lavoro (Tarjeta de Trabajo), una especie de pasaporte interno del mundo del trabajo emitido por las autoridades públicas. Sirvió para limitar la libertad de desplazamientos dentro del mundo del trabajo. Tuvo gran importancia desde 1938 cuando el Régimen quiso evitar la marcha del campo hacia la ciudad.
- Se crearon grandes sociedades estatales que controlaban los sectores más importantes de la producción: acero, navegación, construcción, automóvil ...etc. intentando potenciar el consumo de materias primas nacionales. El Estado creó y el Instituto de Reconstrucción industrial (IRI) que nació como un ente transitorio para salvar el tejido industrial y los bancos. El Estado pasó a controlar un gran número de sus acciones (en 1934, el IRI controlaba el 21 % del capital de todas sociedades anónimas del país). A los principales bancos del país se les prohibió realizar préstamos a medio y largo plazo, para ello se creó el Instituto Mobiliario Italiano (IMI) que era el encargado de realizar estos préstamos a las industrias. A través del IRI se comenzaron a reconvertir varios sectores de la economía: teléfonos, siderurgia, astilleros, textil, etc. y a controlar los sectores estratégicos de la producción como las industrias pesadas y las de material bélico. Las empresas que controlaba el IRI estaban a caballo entre el sector privado y el público. En 1936, el Estado Italiano controlaba más parte proporcional de la industria que cualquier otro Estado si exceptuamos la URSS. En 1937, el IRI se convirtió en un ente permanente. La intervención fue en aumento, la Ley sobre Nuevas Plantas Industriales pretendía acelerar la política estatal sobre consorcios, evitar las interferencias entre lo público y lo privado y preparar la producción para la guerra.
- También se estimularon los Consorcios Voluntarios (tipo truts), aunque algunos se constituyeron de modo forzoso (ley de 1932) para conseguir unas empresas más eficaces.
- El Estado se preocupó también de desarrollar las "industrias nuevas" (química o hidroeléctrica por ejemplo) y de crear sociedades de investigación y explotación para hidrocarburos (AGIP), carbón (ACI), minerales (AMI)... Italia tenía el problema de la falta de fuentes de energía y materias primas. Los resultados de estas Sociedades de Investigación y explotación no fueron despreciables, por ejemplo, el descubrimientos de gas en el valle del Po y de metano en Toscana. Extensión de la producción de carbón en Istria y Cerdeña, producción de hierro en la isla de Elba, se inició la producción de petróleo y caucho sintéticos...
En la economía, se implantó un modelo autárquico que fue reforzado tras las sanciones de la SDN a raíz de la guerra de Abisinia. Esta política autárquica tuvo, a la larga, efectos positivos:
- El más significativo fue el mantenimiento de la producción industrial en la época de la gran depresión. Como se puede ver en la gráfica del inicio de este post, la producción industrial experimentó una leve caída muy lejos de la debacle que experimento en otros países como EE.UU., Alemania, etc. Aunque en la producción industrial tuvo gran importancia la producción bélica.
- También aumentó mucho la inversión.
- Creció la renta per cápita que pasó de 3079 liras en 1929 a 3201 en 1938.
La autarquía también tuvo efectos negativos:
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Fuente: Edit. Vicens Vives |
- No mejoró la situación del mundo campesino en un país que el 40 % de la población activa se dedicaba al sector primario en 1938. El crecimiento de la producción agrícola no siguió el de la industria. Es más, los benéficos procedentes de la agricultura se canalizaron a veces hacia otras áreas, por ejemplo las obras públicas.
- No mejoró el poder adquisitivo de los obreros, basta contemplar la evolución de los salarios para comprobar que en 1938 era similar a 1913: 1913 = 100, 1925 = 111, 1930 = 119, 1935 = 117, 1938 = 100.
- No fue capaz de reducir las diferencias Norte‑Sur (incluso pudieron agrandarse). El Régimen prohibió a la prensa divulgar la pobreza y delincuencias existentes en el sur.
En definitiva, el modelo autárquico no fue capaz de alcanzar las metas propuestas (tal vez eran demasiado optimistas) ni de proporcionar ni la seguridad económica ni el bienestar material en aras de los cuales había pedido el sacrificio de la libertad individual.