La presencia de Francia en esta parte del sudeste de Asia comenzó a ser muy activa desde la mitad del s. XIX. En 1859, los franceses, utilizando el pretexto de la defensa de los católicos, ocuparon Saigón que tuvieron que abandonar al año siguiente. En 1861 iniciaron una nueva campaña sobre Saigón que acabó con el Tratado de Saigón (1862) por el que obtuvieron la apertura al comercio de puertos en el delta del Mekong.
Francia
firmó con el príncipe de Annam el acuerdo de Hué en virtud del cual, a cambio
de ayuda, recibió los territorios de Saigón, Vien-Hoa y My Tho. Posteriormente, Francia inició una escalada de ocupación: Cochinchina
(1.858-60), zona del río Mekong (1.862 y 1.879) y Camboya
(1.863). Su
victoria en la guerra Franco-China (1.884-5), que finalizó con el Tratado
de Tient-Sin, posibilitó que Francia estableciese sendos protectorados en Annam y Tonkin.
En 1.887, para gobernar conjuntamente estos territorios, Francia
creó la Unión Indochina integrada por los territorios de Cochinchina, Camboya, Annam y Tonkin. Más tarde se unió el Reino de Laos. (1.893).
Entre la Unión Indochina y el protectorado británico de Birmania, se creó Siam que mantuvo su independencia como un estado tapón.
Desde el puerto de Haiphong, en el golfo de Tonkin, salen para Francia grandes
contingentes de arroz, té, algodón, carbón, estaño, cinc.. Aparte de la importancia económica, no hay que dejar de lado la posición geoestratégica del territorio en las rutas hacia China y otros países del extremo Oriente.