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martes, 31 de enero de 2017

PROBLEMAS DE RUSIA A COMIENZOS DEL S. XX (III): EL PROBLEMA SOCIAL




La población rusa experimento un fuerte crecimiento demográfico desde mitad del s. XIX: los 68 millones en 1850  se habían convertido en 135 en 1900. 

Este crecimiento trajo una superpoblación tanto en el campo (donde gran parte de los campesinos viven en niveles de auténtica subsistencia) como en las ciudades (hacinamiento y también miseria).


Edit. Vicens Vives
La estructura social era arcaica, recordaba a la europea occidental de siglos antes. En la cúspide, los estamentos privilegiados: la nobleza y el clero. La alta nobleza era una auténtica camarilla que, en torno al Zar, copaba los altos cargos de la administración y el ejército. Vivían con un gran lujo en magníficos palaccios. Poseía grandes extensiones de tierra. Debido a su inmovilismo, era un estamento retardador del progreso político y económico.


El otro estamento privilegiado, el clero, tenía una gran influencia social en una sociedad profundamente religiosa, especialmente el mundo campesino. Era uno de los pilares del despótico régimen zarista. Controlaba la enseñanza. La Iglesia Ortodoxa, a cuya cabeza estaba el Zar, fascinaba a los fieles con su ritualismo exagerado.




Apenas existían clases medias, sus pocos componentes iban proletarizándose. Esta ausencia de clases medias (burguesía) explica el atraso económico y el escaso desarrollo industrial.


Los campesinos eran la mayor parte de la población: 1.848 unos 82 mill. de 125 mill. de habitantes. Eran libres nominalmente (Edicto de Emancipación, 1861), pero dependientes económicamente. Dentro del campesinado, vivían mejor los  campesinos ricos o Kulaks que contrataban mano de obra, compraban o arrendaban tierras y que veían engrosar sus ingresos con la venta de cereales destinados a la exportación. Pero la mayoría viva en unas condiciones de miseria y precariedad. Los ingresos de la mayoría de los campesinos ni podían aportar seguridad económica ni seguir el alza del coste de la vida.

Para la mayoría de los campesinos, la vida era desagradable, brutal y corta” (Service)

El campesinado soportaba una gran presión fiscal, era la forma que el Estado empleaba para obligarlos a producir cereales tan necesarios para obtener divisas con su exportación. 

“El resultado de toda esta actividad cruel del gobierno, es que el pueblo agricultor, los cien millones de hombres sobre los cuales está fundada la potencia de Rusia, a pesar de los gastos del Estado que crecen considerablemente, o mejor dicho gracias a este crecimiento del presupuesto, se empobrecen de año en año, de manera que el hambre ha llegado”. L. Tolstoi.


Los obreros industriales  tenían un nivel de vida similar a la de los campesinos, sus condiciones laborales dejaban mucho que desear: bajos salarios,  jornadas largas, estricta reglamentación laboral impuesta por los patronos, carecer de derechos fundamentales, entre ellos el de sindicación... Habitaban barracones carentes de las condiciones higiénicas necesarias para una vida digna. Sus condiciones de vida y de trabajo eran peores que las de los obreros ingleses siglo y medio antes. Al compás de la industrialización creció el numero de obreros en los núcleos industriales y mineros, procedían del campo. De todas formas no pasaban de tres millones en torno a 1914.

Entre los campesinos y los obreros industriales, la pobreza era escandalosa. Existía un fuerte descontento social que afloró  con motivo de la derrota rusa en la guerra contra Japón. El pueblo, que vio con indiferencia la derrota del ejército, paso a la hostilidad ante las nuevas levas y el crecimiento de los impuestos para afrontar los gastos de la guerra.  esta derrota fue un revulsivo; grandes masas de población, hasta entonces indiferentes, pasaron a oponerse al Zarismo. Trotski destacó la importancia que tendría en el futuro revolucionario la explotación de esta derrota. Hubo varias huelgas a las que se respondió con una fuerte represión militar y policial, la bases de la Revolución de 1905 estaban puestas.

sábado, 28 de enero de 2017

ESTE AÑO SE ESCRIBIRÁ MUCHO SOBRE LA REVOLUCIÓN RUSA EN SU CENTENARIO


.... ¿Fue lo que vino después una revolución social, en la que una clase social consciente, el proletariado, con el apoyo del campesinado, se hizo con el poder para transformar la sociedad destruyendo a la nobleza y a la ascendente burguesía? ¿O fue un golpe de Estado, que liquidó las primeras conquistas democráticas de la revolución para imponer por medio del terror el poder de un partido único? Se comprende que dada la magnitud de lo sucedido de febrero a octubre de 1917, y de sus consecuencias para la historia del siglo XX, las respuestas a estas dos preguntas hayan dado lugar a inmensas esperanzas, largos peregrinajes y fuertes debates en los que han participado toda clase de escritores, científicos sociales, memorialistas, políticos, centros universitarios, alianzas de intelectuales, deslumbrados por el fulgor de la revolución o nostálgicos por su final destino....

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Este año se escribrá y debatirá mucho sobre la Revolución Rusa, Este Blog también irá insertando muchas entradas sobre todo el proceso revolucionario, desde la situación de la Rusia Zarista a comienzos del s. XX hasta la dictadura de Stalin.

jueves, 26 de enero de 2017

PROBLEMAS DE RUSIA A COMIENZOS DEL S. XX (II): EL PROBLEMA ECONÓMICO


Rusia experimentó una cierta industrialización desde el último cuarto del s. XIX que se llevó a cabo con una decidida intervención del Estado y  grandes aportes de capital extranjero.  El capital extranjero acudió a Rusia buscando los grandes beneficios que se podían obtener gracias a una mano de obra barata y sin derechos (obediente) y a las grandes disponibilidades de ciertas materias primas y recursos energéticos.  El ministro Witte trasmitió al mundo financiero internacional el mensaje de que los margenes de beneficio en Rusia eran enormes. Como resultado, el capital extranjero llegó a controlar un buen porcentaje de la producción de varios sectores productivos básicos (no invirtió en industrias de bienes de consumo). Ver tabla adjunta.






A pesar de este desarrollo industrial, a la altura de 1915, la industria únicamente empleaba el 5 % de la mano de obra rusa, aunque aportaba un 20 % de la renta nacional.

“Últimamente, los capitalistas extranjeros están invirtiendo con ansia sus capitales en Rusia: están levantando empresas filiales aquí y constituyendo compañías cuyo objeto es formar más empresas en Rusia. Esos capitalistas extranjeros se han lanzado con auténtica hambre sobre este joven país, cuyo gobierno se muestra más amistoso y agradecido para con el capital que ningún otro, donde los trabajadores están menos unidos y en peores condiciones para resistirles que en los países occidentales; y donde el nivel de vida (y, por tanto, los salarios) es más bajo, de manera que los capitalistas extranjeros pueden obtener mayores beneficios que en sus propios países. El capital internacional tiene ahora por objetivo a Rusia”. LENIN, citado en C. HILL.



Aparte de la concentración financiera, la industria estaba muy concentrada geográficamente en unas pocas áreas: ciudades de Moscú y San Petesburgo, cuencas del Dnieper y Donets y en la Polonia rusa.






Los historiadores han discrepado sobre los motores de este crecimiento económico, por ejemplo, Baykov da más importancia a la construcción del ferrocarril, mientras que el historiador de la economía Gerschenkron incide en el valor de estímulo que tuvo la liberación de los siervos y los cambios a que dio lugar en la sociedad rusa; Tom Kemp señala como principales motores del crecimiento:

  • La decidida intervención del Estado.
  • La construcción de la red ferroviaria en buena parte con capital estatal. Su construcción se inició en 1843 (inauguración de la línea Moscú-San Petersburgo) y en 1914 había ya cerca de 70.000 kilómetros de vía (incluida la línea del Transiberiano). Las importaciones de equipo y maquinaria ferroviaria exigieron una cantidad creciente de exportaciones, por ejemplo se tuvo que vender buena parte de los cereales, a pesar de que el índice de consumo de alimentos per cápita era muy bajo (muchos de estos granos provenían del canon que los campesinos tuvieron que pagar anualmente por la emancipación). Curiosamente, la red de carreteras prácticamente no se desarrolló: Rusia, en 1923, poseía menos kilómetros de firme asfaltado que Inglaterra un siglo antes, a pesar de que era noventa y una veces menor en extensión.
  • La explotación de petróleo. Un hallazgo en el macizo de Bakú, en cuyas prospecciones invirtieron los Rothschild, constituyó una fortuna. Rusia tenía carbón, fuente de energía de la Primera Revolución Industrial y petróleo, base de la segunda. Los campos de Bakú se convirtieron en los segundos más productivos del mundo tras los de Texas. Esta disponibilidad permitió a Rusia quemar etapas y acelerar su desarrollo. En doce años aumentó la producción catorce veces; a fin de siglo, con casi 6.000 empresas, ocupaba el primer lugar de la producción mundial de petróleo, aunque las fuentes de energía no estaban bien administradas, quizá por su abundancia.
Otro sectores muy importantes fueron:
  • El textil, muy desarrollado en Moscú y en zonas polacas.
  • Las industrias alimentarias
  • La industria de armamento con decidido apoyo del gobierno.

De cualquier forma, el hecho constatable es que, entre 1870 y 1914, la producción industrial y minera se multiplicó por ocho, lo cual equivale a decir que siguió un proceso casi tan rápido como Estados Unidos durante dicho período y más acelerado que el de Europa Occidental.


Este crecimiento de la producción fabril y minera no fue continuo, creció un 8% anual en la última década del XIX, luego vino la fuerte crisis de 1901-1903, para volver luego al crecimiento (un 6% anual entre 1907 y 1914). La tabla anterior refleja la evolución de la metalurgia y la hulla.

La agricultura aunque experimentó una evolución, en general seguía siendo arcaica, muy poco productiva aunque seguía dando trabajo a la mayoría de la población. La tierra estaba muy mal repartida. Rusia era el primer país del mundo en la exportación de trigo y centeno. Gran parte de la riqueza que genera el sector agrario se invierte en el ferrocarril o la industria no en modernizar el sector.

miércoles, 25 de enero de 2017

PROBLEMAS DE RUSIA A COMIENZOS DEL SIGLO XX (I): EL PROBLEMA POLÍTICO



Nicolás II y la zarina Alejandra
Al sistema político ruso a comienzos del s. XX se le conoce con el nombre de autocracia. El zar, Nicolás II, detentaba un poder absoluto que, según se hacía ver a los súbditos (no ciudadanos), venía de Dios. Ninguna institución limitaba su poder. Algo más propio del siglo XVII que de comienzos del XX. Un modelo anacrónico e ineficaz de enfrentarse a los acontecimientos que iban a tener lugar en los primeros años del siglo: guerra contra Japón, Revolución de 1905, I Guerra Mundial...

No existía constitución (el Zar declaraba que esta palabra no debía ser mencionada en su presencia), no estaban autorizados los partidos políticos ni había una carta donde se recogieran derechos y libertades de la población.

Para ejercer este poder absoluto, el Zar se apoyaba en el ejército, la policía (la temida Okhrana), una burocracia corrompida, la iglesia ortodoxa y la omnipotente nobleza


“Su Majestad no soporta cerca de sí a ningún individuo que con-sidere más inteligente a que tenga opiniones distintas a las de su camarilla imperial. El Zar no siente miedo más que cuando la tormenta cae sobre él. Pero, una vez que el peligro inmediato ha pasado, su temor se desvanece. Es incapaz de jugar limpio. Cuando yo hablaba de la opinión pública, el Zar me interrumpía con frecuencia encolerizado: ”¿Por qué tengo que preocuparme por la opinión pública?”. El Zar se imaginaba que todo el pue-blo, excepto los intelectuales, le era fiel”Retrato del autócrata. (De las memorias de Witte, el primer ministro de Nicolás II).

El Zar y su familia

“La autocracia es una forma de gobierno que ha muerto. Tal vez responda aún a las necesidades de algunos pueblos del África central, alejados del resto del mundo, pero no responde a las necesidades del pueblo ruso cada día más culto, gracias a la instrucción que va siendo cada vez más general. Así es que para sostener esta forma de gobierno y la ortodoxia ligada a él, es preciso, como ahora se hace, emplear todos los medios de violencia, la vigilancia policíaca más activa y severa que antes, los suplicios, las persecuciones religiosas, la prohibición de libros y de periódicos, la deformación de la educación, y en general de toda clase de actos de perversión y crueldad. Tales han sido hasta aquí los actos de vuestro reinado” TOLSTOI, fragmento de una carta al Zar en 1902.


La vida en la corte ofrecía una situación pintoresca. La zarina Alejandra incitaba a su marido, de carácter débil, a comportarse como un autócrata orgulloso y despiadado. Sobre ella tenía una gran influencia Rasputín un visionario que se autocalificaba como "santo", pretendía haber curado la hemofilia del zarevich y de ahí su gran influencia sobre la Corte. Políticamente, era un reaccionario muy contrario a las ideas del liberalismo. Rasputín llegó a tener tanto poder dentro de Palacio que prácticamente no había decisión o nombramiento importante que no pasase por su juicio. La aristocracia rusa no podía ver con buenos ojos la importancia de aquel hijo de campesinos analfabetos en asuntos gubernamentales (eso explica su asesinato en 1916). Sin embargo, era tal su capacidad de convicción y firmeza que nada pudo detener su posición preeminente dentro del gobierno del zar Nicolás II. 

A pesar del control policial, se va a ir formando una oposición. De ello me ocuparé en otra entrada de este Blog.


Políticamente, a los rusos, según Girault y M. Ferro, se les ofrecían tres alternativas para superar la autocracia:


  1. Ir hacia un régimen parlamentario como los países de Europa occidental.
  2. Iniciar una serie de reformas limitadas que se irían completando.
  3. La vía revolucionaria.

viernes, 20 de enero de 2017

LA OPERA NAZIONALE DOPOLAVORO DEL FASCISMO ITALIANO


La Opera Nazionale Dopolavoro (post-trabajo) fue creada en mayo de 1925 bajo la tutela del Ministerio de Economía, desde 1927 pasó a la Secretaría del Partido Nacional Fascista. 

La OND se encargó fundamentalmente de organizar las actividades recreativas de los trabajadores, para ello contaba con instalaciones deportivas, piscinas, centros de cultura, bibliotecas, campos de deporte, salas de cine concertadas, casas de recreo... Organizaba viajes, vacaciones, visitas culturales, conciertos, representaciones teatrales, concursos...  L
as actividades del Dopolavoro pueden dividirse en tres categorías: Educación Cultural, Educación Física y Asistencia Social.


En cuanto a la asistencia social desplegó una variada actividad: asistencia médica a enfermos y accidentados, formación sobre riesgos laborales y prevención de accidentes, fomento de la formación de sociedades cooperativas para construir viviendas, fomento de la formación de cooperativas de consumo, divulgación de medidas de higiene, consejo y ayuda para la organización de la economóa doméstica....



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A la vez, buscaba elevar a las masas cultural y físicamente e inculcar en ellas los valores del ideario fascista y el culto al Duce. Algunos historiadores dudan de que tuviera mucho éxito en el  adoctrinamiento de la clase trabajadora.

Carnet de Dopolavorista. http://www.mymilitaria.it/liste_03/tessera_ond_rsi.htm

Fue un éxito innegable. Ofreció a millones de obreros, campesinos y empleados modestos (en torno a los 4,600.000 inscritos en 1940) una amplia variedad de posibilidades para el ocio y el esparcimiento, tal vez sin equivalente en la Europa de su tiempo. La OND fue mucho más activa en el norte que en el sur. Fue una organización muy moderna para su tiempo.

Más información en la Web:


jueves, 19 de enero de 2017

LA OPERA NAZIONALE BALILLA DEL FASCISMO ITALIANO


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Opera Nazionale Balilla, creada en 1926, fue una organización del PNF destinada a ocuparse del tiempo libre de niños y jóvenes, de su educación física y moral y de su adoctrinamiento político en los postulados fascistas. Desde 1929 pasó a estar controlado por el Ministerio de Educación.


Los niños toman su primer contacto con la Opera a los seis años, entonces reciben la denominación de “Hijos de la Loba”. De los ocho a los catorce años los niños reciben el nombre de Balillas y las niñas en la Pequeñas Italianas. De los catorce a los 18 años se denominan Avanguardisti y Jóvenes Italianas respectivamente. A los 18 años ingresan en otras organizaciones, en los Fascios Juveniles de Combate o, en caso de ser universitarios, en los Grupos Universitarios Fascistas (GUF). En 1937, integraba a más de cinco millones de niños y jóvenes hasta 18 años.


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Todas estas organizaciones se organizaban de forma paramilitar, vestían uniforme, realizaban desfiles, entrenamientos de combate, demostraciones gimnásticas. Se regían por una férrea disciplina. Uno de sus lemas más conocidos: “crecer, obedecer y luchar”.



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La Opera Nazionale Balilla editaba revistas infantiles y juveniles, la más conocida de todas ellas fue Il Balilla.


"La “obra nacional balilla” fue la primera gran organización juvenil oficial en el mundo (aparte de las asociaciones juveniles católicas), promovida y gestionada directamente como institución estatal. Mussolini intuyó antes que otros gobernantes la importancia del componente juvenil en la sociedad moderna y trató de hacer de las estructuras destinadas a él un instrumento de control y de consenso"
"...Pero la eficacia pedagógica de la “obra balilla” fue bastante deficiente: la contraprueba se tuvo con la Segunda Guerra Mundial cuando se palpó que las jóvenes generaciones, crecidascy educadas bajo el fascismo, no mostraron el menor patriotismo ni el menor espíritu combativo que la generación precedente había tenido en la Primera Guerra Mundial". (Antonio Santoni, Universidad de Florencia)



miércoles, 18 de enero de 2017

POLÍTICA DEMOGRÁFICA DEL FASCISMO ITALIANO


Según la doctrina fascista, uno de los criterios para medir la potencia de una nación era su número de habitantes. Mussolini adoptó una política natalista que se marcó como objetivo para Italia llegar a una población de 60 millones de habitantes, para ello se tomaron diversas medidas, en primer lugar se intentó elevar la tasa de natalidad con ayudas, exenciones fiscales y premios a familias numerosas o la prohibición del aborto y de métodos anticonceptivos. También se tomaron otras medidas como el control de la emigración o diferentes cargas fiscales a solteros y célibes. Esta política pro-natalista fue apoyada por la Iglesia.

Se acompañó de un gran despliegue propagandístico.


En 1925 se puso en marcha la Obra Nacional para la Maternidad y la Infancia cuyo objetivo era "... formar en la mujer una conciencia que la habilite para ampliar inteligentemente su misión de madre y, al mismo tiempo, proteger a los nuevos retoños de la raza". Prestó asidua atención a las mujeres embarazadas desde los primeros meses de su embarazo (alimentación, higiene...) y la asistencia necesaria para que el hijo naciera en las condiciones más favorables. Una vez producido el nacimiento, la asistencia que prestaba la Organización se dividía entre el niño y la madre durante todo el período de la lactancia y en el niño solamente una vez que la lactancia había terminado.


La población italiana pasó de 36,4 millones en 1920  a 44,5 en 1940. Atendiendo a estos datos, es claro que la política fascista no obtuvo los resultados esperados en este campo, se quedo lejos del objetivo 60 millones. La natalidad fue más levada en las zonas rurales, pero descendió en la zona norte del país.

Para el estudio científico de la población, en 1926, se creó el Instituto Central de Estadística (ISTAT) dirigido por el reputado demógrafo C. Gini.

martes, 17 de enero de 2017

EL FASCISMO ITALIANO EN EL PODER: POLÍTICA ECONÓMICA


A la llegada al poder, el Fascismo no tenía un claro proyecto económico ni una estrategia económica coherente. En alguna ocasión  (como por ejemplo en el Programa de fundación del PNF) se había señalado la necesidad de reducir la intervención del Estado en la economía, desde luego no se atacaba directamente al Liberalismo Económico. Había que favorecer a los que habían ayudado y apoyado su conquista del poder, es decir, a los propietarios industriales y agrícolas Por ejemplo, en 1921, Mussolini podía declarar algo como esto: Queremos despojar al Estado de todos sus atributos económicos: basta de estado cartero, estado ferroviario, estado asegurador

En la política económica seguida por el Fascismo se pueden distinguir tres etapas:

Primera etapa, 1922-26: Despegue

Durante estos primeros años, Mussolini adopta una política económica ortodoxa para tranquilizar al gran capital con el  mantiene estrechas relaciones. Adopta medidas que beneficias a este gran capital, por ejemplo se anulan los impuestos sobre los beneficios extraordinarios conseguidos durante la Guerra. A cambio, el gran capital ayuda al Fascismo a pagar las deudas de Guerra.

Ayudó al Fascismo que cuando llegó al poder comenzaba a repuntar la economía mundial. Se equilibró el presupuesto y se redujo el paro, pero no la inflación. En 1922, el índice de precios era unas cinco veces superior al de 1913. La inversión (también la extranjera) mejoró sobre todo desde que el Estado restauró el orden social (en 1926 se abolió el derecho a huelga)


FUENTE: Edit. Vicens Vives
En cuanto al comercio exterior la política proteccionista fue sustituida por una tendencia liberalizadora que parecía pretender insertar a Italia en una economía mundial que salía de la crisis de postguerra. Sin embargo, muchos precios de mercancías italianas no eran competitivos internacionalmente.

En esta gráfica se aprecio el gran crecimiento industrial durante esta etapa y el más moderado crecimiento agrícola.


Segunda etapa, 1926-1930: tercera vía y Estado corporativo

Frente a la política económica del Liberalismo y del Socialismo, el Fascismo propuso una tercera vía: mantenimiento de la empresa privada con un fuerte intervencionismo estatal.

  • LAS CORPORACIONES

Inspiradas en los gremios medievales, intentaban armonizar los intereses de los obreros con los de los patronos actuando el Estado como árbitro supremo. Pretendían una superación de la lucha de clases. Estaban definidas en la Carta del Lavoro. Eran órganos del Estado con tareas específicas como coordinar y superar las organizaciones sindicales de los trabajadores y la organización empresarial. También debían organizar la disciplina de la producción en torno a los intereses del Estado.


“… mientras el sindicalismo socialista, por el camino de la lucha de clases desemboca en la política con su programa final de supresión de la propiedad privada y de la iniciativa individual; el sindicalismo fascista, a través de la colaboración de las clases, desemboca en las corporaciones, que dan a la colaboración armonía y sistema, defendiendo la propiedad pero elevándola a función social…”“… mientras el sindicalismo socialista, por el camino de la lucha de clases desemboca en la política con su programa final de supresión de la propiedad privada y de la iniciativa individual; el sindicalismo fascista, a través de la colaboración de las clases, desemboca en las corporaciones, que dan a la colaboración armonía y sistema, defendiendo la propiedad pero elevándola a función social…”

En 1926, se creó el Ministerio de las Corporaciones y el Consejo Nacional de las Corporaciones como órgano supremo de ellas. En el año 1929 se disolvió el Ministerio de Economía y sus competencias pasaron al de las Corporaciones.

En 1930 se estructuró el Consejo Nacional de las Corporaciones y pasó a estar dirigido por el Jefe de Gobierno. Se dividió en siete secciones que componían la Asamblea General de las Corporaciones compuesta por 124 miembros. Esta Asamblea se fue configurando como un órgano consultivo y, a veces, decisorio. También se estableció un Comité Corporativo Central que sustituye a la Asamblea cuando no está reunida, forman parte de este Comité, entre otros, el Duce, el Jefe del PNF, el Subsecretario del Ministerio de las Corporaciones...

En 1934 se acabaron de constituir las Corporaciones: eran 22, agrupadas en tres áreas de producción (8 agrícolas, 8 industriales y comerciales y 6 de servicios). En 1936 se ampliaron mucho las competencias de las Corporaciones.


  • BATALLA DEL TRIGO
El Duce desempeñando tareas agrícolas

Esta campaña (denominada con un término bélico, retorica muy querida por Mussolini) destinada a aumenta la producción de trigo se puso en marcha en julio de 1925. Tenía como objetivo específico el autoabastecimiento de trigo para una población que, alentada por el régimen, experimentaba un alto crecimiento demográfico.(“liberalizar a Italia de la dictadura del pan extranjero”).  El régimen puso mucho interés en conseguir el objetivo, el propio Mussolini se implicó sobremanera. Se hizo un gran despliegue propagandístico.


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Como se ve en la gráfica, hubo un gran aumento de la producción de trigo. Cultivar trigo era una señal de que se estaba colaborando con el Régimen. La Batalla del Trigo se identificó con el prestigio nacional. En 1939 se suprimieron las importaciones de trigo.

Ahora bien, este aumento de la producción de trigo se consiguió por el abandono de otros cultivos (cultivos intensivos y de huerta más rentables),  por la reducción de la ganadería ante la disminución de las tierras de pasto (en el sur especialmente), por la puesta en cultivo de tierras marginales (lo que hizo bajar la productividad) y por la fuerte presión propagandística sobre los campesinos. Muchas Has. quedaron reducidas al monocultivo. En definitiva, fue antieconómica.

  • BATALLA DE LA LIRA
Mussolini, en parte por razones de prestigio ante la caída de su moneda y en parte por combatir la inflación, revaluó la lira hasta la llamada "cuota noventa" (paridad 1 libra: 90 liras, frente al valor anterior de 1 libra: 150 liras) y procedió paralelamente a elevar los tipos de interés, a reducir la circulación monetaria y los costes salariales (los salarios fueron reducidos en un 20 por 100 en 1927), medida ésta compensada por la reducción de la jornada laboral y por la concesión de distintas formas de beneficios sociales para las clases modestas como subsidios a familias numerosas, vacaciones pagadas, paga extraordinaria de Navidad y mejoras en los seguros de enfermedad y accidentes.

"Nuestra lira, que representa el símbolo de la Nación, el signo de nuestra riqueza, el fruto de nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo, de nuestros sacrificios, de nuestras lágrimas, de nuestra sangre, tiene que defenderse y será defendida". Mussolini, agosto de 1926



La "batalla de la lira" produjo una gran estabilidad de precios y hasta una disminución del coste de la vida, estimada en un 16 por 100 entre 1927 y 1932. Lógicamente, perjudicó al comercio exterior, redujo la competitividad de las exportaciones italianas, lo que llevó a la quiebra a varias empresas. Es verdad que captó inversiones extranjeras atraídas por la estabilidad monetaria.



  • ACCIONES DE PROPAGANDA
El Fascismo realizó varias acciones económicas cuyo objetivo era divulgar la eficacia del Régimen: desecación de pantanos y marismas (sobre todo en la zona Pontina y en Toscana), obras de regadío, repoblación forestal, construcción de obras públicas (destacando una moderna red de autopistas)...


Campesinos saludan a Mussolini en su visita a las desecadas lagunas Pontinas al sur de Roma. Fue un gran éxito, miles de Has. pantanosas fueron transformadas en granjas y poblados

Tercera etapa: Respuetas a la crisis y autarquía


La crisis de 1929 y la siguiente recesión azotaron duramente a Italia. Para atajar los efectos de la crisis el Fascismo adoptó una serie de medidas, algunas no muy diferentes a las que se tomaron en otros países:
  • Fuerte proteccionismoEn 1934 se instauró el control de cambios de monedas y un año más tarde se puso en vigor un sistema de licencias de importación. Evidentemente, el comercio exterior descendió muchísimo: entre 1922 y 1938 las importaciones italianas descendieron un 2,5 % anual (a precios constantes) y las exportaciones lo hicieron en torno a un 1 %. Se potenció el consumo de productos nacionales.
  • Ambicioso programa de obras públicas como principal medio de para solucionar el paro que se situó en  1.320.000 parados (además, había mucho subempleo). 
  • En materia de empleo, el Estado anunció su intención de controlar el empleo; en 1933, se estableció el Libretto di Lavoro (Tarjeta de Trabajo), una especie de pasaporte interno del mundo del trabajo emitido por las autoridades públicas. Sirvió para limitar la libertad de desplazamientos dentro del mundo del trabajo. Tuvo gran importancia desde 1938 cuando el Régimen quiso evitar la marcha del campo hacia la ciudad.

  • Se crearon grandes sociedades estatales que controlaban los sectores más importantes de la producción: acero, navegación, construcción, automóvil ...etc. intentando potenciar el consumo de materias primas nacionales. El Estado creó  y el Instituto de Reconstrucción industrial (IRI) que nació como un ente transitorio para salvar el tejido industrial y los bancos. El Estado pasó a controlar un gran número de sus acciones (en 1934, el IRI controlaba el 21 % del capital de todas sociedades anónimas del país). A los principales bancos del país se les prohibió realizar préstamos a medio y largo plazo, para ello se creó el Instituto Mobiliario Italiano (IMI) que era el encargado de realizar estos préstamos a las industrias. A través del IRI se comenzaron a reconvertir varios sectores de la economía: teléfonos, siderurgia, astilleros, textil, etc. y a controlar los sectores estratégicos de la producción como las industrias pesadas y las de material bélico. Las empresas que controlaba el IRI estaban a caballo entre el sector privado y el público. En 1936, el Estado Italiano controlaba más parte proporcional de la industria que cualquier otro Estado si exceptuamos la URSS. En 1937, el IRI se convirtió en un ente permanente. La intervención fue en aumento, la Ley sobre Nuevas Plantas Industriales pretendía acelerar la política estatal sobre consorcios, evitar las interferencias entre lo público y lo privado y preparar la producción para la guerra.
  • También se estimularon los Consorcios Voluntarios (tipo truts), aunque algunos se constituyeron de modo forzoso (ley de 1932) para conseguir unas empresas más eficaces.
  • El Estado se preocupó también de desarrollar las "industrias nuevas" (química o hidroeléctrica por ejemplo) y de crear sociedades de investigación y explotación para hidrocarburos (AGIP), carbón (ACI), minerales (AMI)... Italia tenía el problema de la falta de fuentes de energía y materias primas. Los resultados de estas Sociedades de Investigación y explotación no fueron despreciables, por ejemplo, el descubrimientos de gas en el valle del Po y de metano en Toscana. Extensión de la producción de carbón en Istria y Cerdeña, producción de hierro en la isla de Elba, se inició la producción de petróleo y caucho sintéticos...


En la economía, se  implantó un modelo autárquico que fue reforzado tras las sanciones de la SDN a raíz de la guerra de Abisinia. Esta política autárquica tuvo, a la larga, efectos positivos:

  • El más significativo fue el mantenimiento de la producción industrial en la época de la gran depresión. Como se puede ver en la gráfica del inicio de este post, la producción industrial experimentó una leve caída muy lejos de la debacle que experimento en otros países como EE.UU., Alemania, etc. Aunque en la producción industrial tuvo gran importancia la producción bélica. 
  • También aumentó mucho la inversión.
  • Creció la renta per cápita que pasó de 3079 liras en 1929 a 3201 en 1938.

La autarquía también tuvo efectos negativos:
Fuente: Edit. Vicens Vives
  • No mejoró la situación del mundo campesino en un país que el 40 % de la población activa se dedicaba al sector primario en 1938. El crecimiento de la producción agrícola no siguió el de la industria. Es más, los benéficos procedentes de la agricultura se canalizaron a veces hacia otras áreas, por ejemplo las obras públicas.
  • No mejoró el poder adquisitivo de los obreros, basta contemplar la evolución de los salarios para comprobar que en 1938 era similar a 1913: 1913 = 100, 1925 = 111, 1930 = 119, 1935 = 117, 1938 = 100.
  • No fue capaz de reducir las diferencias Norte‑Sur (incluso pudieron agrandarse). El Régimen prohibió a la prensa divulgar la pobreza y delincuencias existentes en el sur.
En definitiva, el modelo autárquico no fue capaz de alcanzar las metas propuestas (tal vez eran demasiado optimistas) ni de proporcionar ni la seguridad económica ni el bienestar material en aras de los cuales había pedido el sacrificio de la libertad individual.