ORTEGA CERVIGÓN, J. I. Breve historia de la vida cotidiana de la Edad Media occidental. Madrid: Nowtilus, 2020
Hace
poco menos de un siglo la Escuela de los Anales (Marc Bloch y Lucien Febvre)
iniciaba una nueva manera de investigar y explicar la Historia. Superando los
enfoques tradicionales (políticos, diplomáticos, militares, centrados en los
reinados y actuaciones de los personajes dirigentes…), la Escuela de los Anales
ponía su acento en los aspectos socioeconómicos, en la vida de las gentes y en
las mentalidades colectivas de los pueblos. Es aquí donde entra en escena el
estudio de la vida cotidiana. Evidentemente, este cambio en el enfoque
metodológico del estudio del pasado implicaba el manejo de fuentes más amplias
y novedosas.
Una
historia de la vida cotidiana siempre es una tarea complicada, más aún si el
período del que se trata es la Edad Media ya que las fuentes son más escasas y
dispersas. La dificultad aumenta si la zona a estudiar es relativamente extensa
como Europa Occidental donde los habitantes de los diversos espacios presentan
una gran variedad de situaciones socioeconómicas, costumbres y hábitos. Por
ejemplo, la alimentación y modos de vida y subsistencia de los habitantes del
Mediterráneo difería bastante de los que vivían en el norte del
continente. Diversidad que también es muy
notoria si tenemos en cuenta la situación de los distintos estamentos o las
grandes diferencias entre los ámbitos rural y urbano. La vida cotidiana de
nobles, clero, campesinado o clases humildes urbanas tenía, muchas veces, más
diferencias que elementos en común. Por todo ello es de agradecer a José
Ignacio Ortega esta magnífica síntesis de la vida cotidiana en la Edad Media
Occidental en la que se abordan multitud de aspectos concernientes a los
distintos grupos humanos que componían la sociedad medieval.
Hoy
se ha dejado atrás la visión de la Edad Media como un período oscuro en el que
imperaban la barbarie, la incultura y la zafiedad. Notables progresos
culturales (universidades), comerciales (mercados, ferias internacionales, nuevos instrumentos financieros como las
letras de cambio, rutas comerciales de larga distancia…), artísticos (Románico,
Gótico), estudios de medicina, etc. rebaten esta imagen negativa. Recientemente, han puesto en el
candelero el período medieval una buena colección de novelas históricas (algunas
auténticos best sellers) o películas ambientadas en esta larga etapa histórica.
Otros han buceados en la Edad Media con fines políticos buscando argumentos
para reivindicaciones presentes. Este ensayo va a contribuir a que sus lectores
y lectoras adquieran una mejor comprensión de nuestra Edad Media y a valorar
cómo era el día a día de sus hombres y mujeres.
José Ignacio Ortega estructura su obra en ocho capítulos, cada uno de ellos lleva como título una de las ocho horas canónicas que regían la vida de los monasterios. En Laudes (el amanecer), se ocupa esencialmente de la dieta, completando el capítulo con otras curiosas cuestiones como las abstinencias marcadas por la Iglesia, el protocolo en la mesa o la relación entre la dieta y las enfermedades.
El capítulo dos, Prima (primera hora después de amanecer), dedicado al cuerpo y la mente, trata de cuestiones muy variadas: el embarazo y el parto, el cuidado, alimentación y educación de los niños, las enfermedades infantiles, el aseo personal, la misoginia, el matrimonio, la forma de entender y practicar las relaciones sexuales, la prostitución, la postura de la Iglesia sobre sexualidad, aborto, divorcio o adulterio, todo lo relacionado con la muerte natural, las muertes por ejecuciones y sus métodos… Y el gran temor del año 1000 cuya visión apocalíptica tal vez no fuera tal como nos la han presentado muchas veces las diversas historias. Sin olvidarse de los 20-25 millones de muertos que produjo la Peste Negra en Europa Occidental. La nobleza y la corte son objeto de análisis en Tercia (tercera hora después de amanecer, sobre las 9). Se explican los ritos vasalláticos, el papel de la alta nobleza en la sociedad feudal, la caballería y sus valores, la guerra medieval, el ocio nobiliario (caza, monterías, justas, torneos…). Una corte itinerante y numerosa que sitúa la capital del reino en el lugar en que se halla. El capítulo cuatro, Sexta (mediodía, las doce), se ocupa del otro estamento privilegiado, el clero, y de la religiosidad: la vida en los monasterios (la regla que rige la vida en común, las horas canónicas reguladoras del tiempo y las actividades de los monjes, importancia del scriptorium monacal…), aparición de diversas órdenes religiosas a lo largo de la Edad Media, importancia y magnitud de las peregrinaciones con especial atención a la de Santiago de Compostela, importancia de las imágenes en esculturas y frescos de los templos para la instrucción de un pueblo casi analfabeto, supersticiones, herejías, prácticas de brujería y respuesta inquisitorial, persecución a los judíos y asalto a las aljamas en momentos de crisis.
En Nona (las tres de la tarde) el protagonista es el campesinado, la mayor parte de la sociedad medieval. Se tratan aspectos como: su situación de dependencia feudal, los instrumentos para labrar la tierra, los cultivos principales de cada zona, las duras condiciones de vida con la constante amenaza de crisis de subsistencias debidas a catástrofes naturales, cómo eran sus casas y su vestimenta, las revueltas campesinas en épocas de crisis ante la presión señorial… Vísperas (sobre las seis de la tarde) se centra en la ciudad medieval: el plano desordenado y abigarrado, la función de la muralla, las diferencias jurídicas y fiscales con su entorno rural recogidas en los fueros urbanos, las malas condiciones sanitarias (aguas residuales, suciedad en las calles, basuras….) el gobierno de la ciudad, los oficios gremiales y su organización, la vivienda y vestimenta de la población urbana… Un nuevo capítulo, Completas (antes del descanso nocturno, a las 9 de la noche), se centra en el frenético ritmo de la ciudad: mercados semanales como centro de distribución e intercambio de bienes, grandes ferias como las de Champagna o Medina del Campo, entidades y nuevos instrumentos financieros (banqueros, seguros, cambios de moneda, letras de cambio, préstamos…), el ocio urbano, burdeles, beneficencia urbana (hospitales para atender a pobres y enfermos). Finaliza el ensayo con Maitines (antes del amanecer), dedicado a un breve repaso del legado medieval centrado especialmente en la educación: de las escuelas monásticas o parroquiales a las primeras universidades (organización de materias objeto de enseñanza, la vida cotidiana en la universidad, tanto de maestros como de estudiantes…).
En
la web de la editorial:
https://www.nowtilus.com/pags.php?d=b8fa44f3ba6fade61d53a58a44e4ab8cO1O1930
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