GUTIÉRREZ DE
LA CÁMARA SEÑÁN, J. M.: “Guerra del
Pacífico: la batalla del golfo de Leyte. El enfrentamiento aeronaval más grande
de todos los tiempos”. Edit. Nowtilus. Madrid, 2017.
Como su título indica, el objetivo fundamental de esta obra
es explicar la batalla del golfo de Leyte, una de las más grandes y decisivas
de la guerra en el Pacífico. Aunque el lector va a encontrar mucho más: los
pasos dados por el imperialismo japonés desde los últimos años del s. XIX, el
bombardeo japonés de la base norteamericana de Pearl Harbor que significó el
inicio de la guerra con los Estados Unidos, la gran expansión japonesa por el
Pacífico, las ofensivas norteamericanas y la resistencia japonesa hasta la toma
de Filipinas por Estados Unidos tras su triunfo en la batalla del golfo de
Leyte. Esta contextualización histórica ayuda a comprender mejor el
enfrentamiento de Estados Unidos y Japón en el Pacífico.
La obra es un relato minucioso y documentado que expone los
hechos y, a la vez, analiza las razones de las decisiones que los motivaron y
sus consecuencias. Aporta datos muy precisos de las fuerzas en combate, los movimientos
de las mismas, los planes y estrategias (algunas muy novedosas), el decisivo
papel de los portaviones y la aviación embarcada, las pérdidas humanas y
materiales… Se nota el conocimiento que
sobre la guerra naval tiene el autor, José Manuel Gutiérrez de la Cámara Señán, capitán de navío de la Marina
Española y especialista en armas submarinas, que ha publicado varias obras
sobre temas navales.
Para mejor comprensión de los episodios bélicos y sus
escenarios se insertan mapas y detallados gráficos de la evolución de las
batallas. Más de cien fotografías, de procedencia muy variada, ilustran la
obra.
Una pequeña sinopsis-guía de lo que el lector va a encontrar
en esta obra. Desde finales del siglo XIX, Japón, “El Imperio del Sol Naciente”,
que había iniciado su modernización desde la Revolución Meijí, buscó su
expansión imperialista en las zonas más cercanas (Corea, Manchuria, Costa de
China, islas cercanas) aunque para ello era consciente que debía enfrentarse a
potencias que, en este momento, se consideraban superiores militarmente: China
y Rusia. Dos guerras (Chino-Japonesa y Ruso-Japonesa), que acabaron con sendos
triunfos nipones, iban a poner de relieve los avances japoneses en potencial
armamentístico y en planteamientos tácticos (la táctica japonesa en la guerra
contra Rusia ha sido tema de estudio en escuelas de guerra de todo el mundo).
En la década de los treinta, Japón intensificó esta expansión con la ocupación
de Manchuria en 1931 y la creación del estado títere del Manchukuo y la guerra
abierta con China en 1937.
El autor explica seguidamente cómo Japón, al estallar la II
Guerra Mundial, vio la oportunidad de hacerse con el control de algunos de los
territorios que dominaban algunos países occidentales en Asia para asegurarse
el abastecimiento de combustible, caucho, arroz…. Así se explica el Pacto
Tripartito firmado entre Alemania, Italia y Japón en septiembre de 1940. La respuesta
de Estados Unidos fue el embargo de productos a Japón y refuerzo de sus alianzas.
Japón comenzó a preparar su flota y aviación para dar un
golpe contundente: el ataque a la base aeronaval norteamericana de Pearl Harbor
(7 de diciembre de 1941). En el libro de detallan las dos oleadas del ataque
japonés, el descuido en la defensa norteamericana de la base y las enormes bajas
(3435 muertos o desaparecidos). No entra a valorar las teorías conspirativas
norteamericanas insinuadas por algunos historiadores a fin de tener un “casus
belli” para entrar en guerra con Japón.
A continuación, se
detalla el Plan Sur puesto en marcha por Japón tras el ataque a Pearl Harbor
con el objetivo de hacerse con el control de un vasto territorio de donde
extraer fuentes de energía, materias primas y alimentos, a la vez que
establecer un cordón defensivo: Hong Kong, Rabaul, Singapur, Birmania,
Filipinas, Indias Holandesas, Nueva Guinea (empeño especial japonés en ocupar
Puerto Moresby para mantener aislada a Australia), islas del archipiélago
Salomon, islas Gilbert… Para la comprensión del tema central de la obra, tiene
especial importancia la conquista de Filipinas que los japoneses culminaron en
enero de 1942. La frase pronunciada por el general norteamericano MacArthur al
abandonar Filipinas (¡Volveré!) y su
tozudez en cumplir este deseo iba a condicionar la estrategia posterior norteamericana.
En 1942, en el Pacífico, como en los frentes ruso y
norteafricano, la lucha comenzó a cambiar de signo. El autor se ocupa de las
tres batallas más significativas del inicio de la recuperación norteamericana.
En primer lugar la batalla del Mar del Coral, la primera de portaviones de la
Historia. No fue decisiva, pero las pérdidas fueron cuantiosas. Fue el primer
fracaso estratégico japonés en la guerra. En segundo lugar la batalla de las
islas Midway (junio, 1942) que el autor analiza muy detalladamente. Acabó con
un desastre de Japón que iba a tardar mucho recuperarse de sus pérdidas (muy
destacada la de cuatro portaviones). Y, en tercer lugar, la batalla de
Guadalcanal (islas Salomon) donde se libró un feroz combate, con muchas
alternativas, durante seis meses.
No podía dejarse de analizar cómo a estas alturas de la
guerra para optar a la victoria era necesario un perfecto funcionamiento de las
industrias de guerra. Estados Unidos, además del gigantesco esfuerzo industrial,
mejoró y modernizó sus portaviones (portaviones rápidos), mejoró la calidad y
precisión del armamento antiaéreo, perfeccionó la construcción naval, puso en
marcha barcos especializados como los barcos-taller
que permitían hacer reparaciones lejos de Estados Unidos y depender menos de las
bases… Los japoneses tuvieron más dificultades para reemplazar a sus bien
entrenados pilotos que había caído y para reponer sus pérdidas de portaviones,
otros barcos de guerra y aviones (su intento de utilizar islas aeródromos para
equilibrar su diferencia de portaviones fue un fracaso).
A fines de 1943, estados Unidos comenzó la ofensiva
definitiva. El Alto Mando norteamericano (Nimitz) aprobó el camino a seguir
para llegar al corazón deJapón, dominando sucesivamente las islas Gilbert,
Marshall, Marianas, Iwo Jima y Okinawa. Sin embargo, MacArthur, teniendo presente
su promesa de volver, quería recuperar Filipinas en primer lugar. El Presidente
adoptó un camino intermedio y aprobó las dos ofensivas simultáneas: la prevista
por el Alto Mando y la de MacArthur: islas Salomon, Nueva Guinea y Filipinas.
Esta obra se va a ocupar de algunos de los grandes
enfrentamientos en el camino hacia Japón (primera de las rutas) por el control
de las islas Gilbert, Marshall y Marianas (tras su dominio, Japón estaba en el
radio de la aviación norteamericana); pero, como el título indica, se va a centrar
más en la segunda de las rutas, describiendo las conquistas norteamericanas de
las islas Salomon (en los encarnizados combates los japoneses sufrieron grandes
pérdidas de aviadores experimentados y de material), Nueva Guinea (su conquista
no acabó hasta mayor de 1945), islas del Almirantazgo, Palaos y el desembarco
en el golfo de Leyte que comenzó en octubre de 1944. El día 20, tras establecer
una cabeza d playa, el general MacArthur desembarco en tierra de Filipinas: “¡He
regresado!”.
La batalla del golfo de Leyte se trata con todo lujo de
detalles: las fuerzas enfrentadas, las estrategias de Halsey y Sprague por un
lado o de Kurita y Toyoda por el otro (se trata de explicar por qué tomaron sus
decisiones, algunas un tanto incomprensibles), los duros enfrentamientos en el
mar de Sibuyan, el estrecho de Surigao o el cabo Engaño, la aparición de los
pilotos kamikazes (“viento divino”) con acciones espectaculares, aunque no
decisivas, y la aplastante victoria norteamericana que decidió el destino de
Filipinas.
La segunda parte de la obra es un magnífico complemento al
texto, contiene:
- Una detallada cronología de la Guerra del Pacífico, desde el 7 de diciembre de 1941 (ataque japonés a Pearl Harbor) hasta el 2 de diciembre de 1945 (firma del documento de rendición de Japón a bordo del acorazado USS Missoury)
- El Anexo I dedicado a la organización de las fuerzas contendientes, con sus componentes y respectivos mandos.
- Anexo II en el que, a lo largo de 75 páginas, se detallan minuciosamente las características de los barcos y aviones contendientes.
- Anexo III que recoge una pequeña biografía de los principales mandos participantes en la guerra del Pacífico.
- Bibliografía y webgrafía
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