VARAS
MAZAGATOS, A. Breve historia de la
mitología egipcia. Madrid: Nowtilus, 2020.
La
civilización del Antiguo Egipto, una de las más antiguas del mundo, ejerció una
clara influencia en otras civilizaciones con las que tuvo contacto. En la época contemporánea, la campaña de Napoleón en Egipto, con el descubrimiento
de la Piedra Rosetta y lo que supuso para el desciframiento de los
jeroglíficos, despertó una gran
curiosidad por conocer la cultura, el arte, la religión, la historia, etc. de
este pueblo. Ya en el s. XX, el descubrimiento de la tumba de Tutankhamón por
H. Carter en 1922 generó un aumento significativo en la fascinación por todo lo relacionado con el
Egipto Antiguo, fascinación que llega hasta hoy.
Esta obra de
divulgación nos va a permitir conocer la mitología egipcia (mitos, cuentos,
leyendas… y su representación en el arte) en su contexto cronológico y
espacial. Los mitos se formaron y redactaron en una
realidad histórica concreta, por ello el autor dedica todo un capítulo a
hacer un breve resumen de la historia del Egipto Antiguo, desde los inicios del
Período Predinástico hasta que Egipto cayó en la órbita del Imperio Romano,
señalando los Reinos, Períodos Intermedios, dinastías, principales faraones,
hechos y realizaciones más relevantes, etc.. Los mitos surgieron también en un espacio concreto que, para los antiguos
egipcios, era el centro y origen del mundo. Egipto, en época de los faraones,
era ya un país desértico con un larguísimo oasis en las riberas del Nilo cuyos
sedimentos fertilizaban la zona que denominaban “kemet” (la tierra negra) por
oposición a “djeret” (la tierra roja), es decir, el desierto circundante.
Antes de
ocuparse de los mitos y leyendas propiamente dichas, Azael Varas va a tratar
algunas cuestiones básicas para entenderlas. En primer lugar, las fuentes básicas para conocer una civilización tan
longeva. La arqueología es fundamental, pero no es suficiente, debe ser
completada con textos de diversa naturaleza, himnos, plegarias, etc. En segundo
lugar, de algo muy importante la escritura. Los
jeroglíficos, de carácter sagrado, se han convertido en un icono de la cultura
egipcia (explica el autor los tres tipos de jeroglíficos), pero no fue la única
escritura. Durante largo tiempo, los jeroglíficos
convivieron con la escritura hierática, empleada en la administración (por los
escribas) por ser una escritura más ágil y práctica. Avanzando el tiempo y por
el contacto con otros pueblos, se emplearon nuevas lenguas y escrituras, como
el demótico o el griego.
Hay algunos
conceptos que ayudan a entender el arte, la religión y la cultura egipcios, se
explican en el primer capítulo. Maat que es la
verdad, la armonía, la simetría, el orden, la proporción, la justicia y el
equilibrio que rige el universo. Aparece en templos de todas edades y
advocaciones. Es fundamental para entender las características más importantes
del arte egipcio. Heka es la magia poderosa, la
energía que une el mundo humano con el divino. Ni Maat ni Heka tuvieron templos
dedicados a ellos. Las partes inmateriales del ser humano: el Ka (entidad espiritual presente en los hombres) y el Ba (componente anímico de la personalidad del difunto).
Las necesidades de estas partes inmateriales justifican la importancia de
conservar el cadáver (momificación) y de depositar ofrendas en las tumbas.
Una de las
preguntas que debe responder la mitología egipcia es el origen del mundo. Existieron tantos relatos sobre la creación del
mundo como centros religiosos hubo, relatos diversos, pero no antagónicos.
Explica el autor las tres cosmogonías más importantes: la Heliopolitana, la
Hermopolitana y la Menfita.
El capítulo
seis está dedicado a la recreación de una serie de relatos
mitológicos: la creación de la humanidad (con varias versiones), la
destrucción de la humanidad (mito protagonizado por la diosa Sekhmet de
carácter violento y naturaleza destructiva y asociada al caos), la destrucción
del mundo (no es una destrucción violenta, es más bien la desaparición de
Maat), el viaje cíclico de Ra por el firmamento, la muerte de Osiris a manos de
su hermano Seth y su posterior resurrección (tal vez el episodio más conocido
de la mitología egipcia), la lucha de Horus y Seth por ser el legítimo sucesor
de Osiris (una historia contenida en el papiro de Chester Beatty I que tiene
muchas alternativas y que acabó con la victoria de Horus), Isis y los siete
escorpiones (relato que se encuentra en la Estela Metternich y que cuenta una
historia de la contienda Horus-Seth que no está en la Chester Beatty I).
Todo lo
relacionado con el viaje del difunto al Más Allá, el juicio de Osiris y la vida en el inframundo preocupaba mucho a los
egipcios y generó una amplia literatura funeraria.
Azael Varas analiza varios de estos textos. Los Textos
de las Pirámides son un conjunto de textos religiosos, muy antiguos y de origen diverso, un compendio de
sortilegios mágicos que pretendían asegurar la transformación del rey difunto
en un espíritu inmortal y poderoso. Los nobles ansiaban ansiaban poseer estos
Textos para realizar sus ritos funerarios a imitación del rey. Los Libros del Inframundo estaban destinados a informar al
difunto de cómo era la Duat (País del Más Allá), quién la habitaba, qué
peligros corrían y cómo evitarlos. Los Libros de Amduat
que describen la geografía de la Duat y el viaje de Ra atravesando el
inframundo. La Letanía de Ra, en su primera
parte contiene una invocación a Ra de diferentes formas y en su segunda celebra
el descenso de Ra a la Duat. El Libro de las Cavernas que
es el que más detalles da sobre la idea egipcia de infierno. El Libro de las Puertas relata el viaje de la barca solar
a través de la Duat. El Libro de los Muertos, un
compendio de textos de varias épocas que relata lo que sucede desde el cortejo
fúnebre hasta la transfiguración del difunto.
En el capítulo
ocho se recogen una serie de cuentos y leyendas. El Papiro
Westcar que contiene una serie de relatos independientes destinados al
mismo oyente, el rey Keops. El Náufrago, un
relato enigmático que puede ser interpretado de diferentes formas. El Cuento de los Dos Hermanos, una historia fantástica
sobre los hermanos Bata y Anubis en la que alguno ha querido ver un sentido
político. La Estela del Sueño, una estela de
casi cuatro metros que está entre las patas de la Gran Esfinge. El Príncipe Khaemweset y el Libro de Thot, una serie de
textos que se suponían escritos por el dios Toht. Serapis
el Dios Soñado, divinidad sincrética que nace de la convivencia de
egipcios y griegos tras la llegada de Ptolomeo I al poder.
El Capítulo
nueve trata de algunos aportes de la mitología egipcia
en otras culturas. Por ejemplo, Grecia
colocó en Egipto algunos de sus mitos (Io dio a luz un hijo de Zeus que
ocupó el trono de Egipto) y asimiló algunas de sus figuras míticas como la
Esfinge. Algunos motivos de la literatura egipcia pasaron a la Biblia, por
ejemplo la historia de José y la mujer de Putifar o la de David y Betsabé. La
idea de la balanza del juicio de Osiris para evaluar las actuaciones del
difunto en vida ha sido el mito que más éxito ha tenido posteriormente (en el
Apocalipsis, en los beatos, en pinturas y esculturas que decoran iglesias y
catedrales, etc.). Se ha convertido en un símbolo de la justicia divina y
también de la justicia laica.
Contribuyen a una mejor comprensión del texto la gran cantidad de
imágenes que se insertan y los apéndices
del final: una completa lista de reyes y dinastías del Antiguo Egipto, una
detallada descripción del bestiario
egipcio y un listado de las divinidades egipcias con sus atributos y símbolos
iconográficos.
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