COSNAVA,
J.: “El joven Hitler (1889-1939)”.
Plan B Publicaciones, Dolmen Editorial. 2018
Como se deja claro en la portada,
“El joven Hitler” es una obra de ficción y, como tal, contiene licencias literarias que se utilizan para tejer
el relato. El propio autor especifica, al final de la obra, cuáles han sido sus
principales licencias. Una obra de ficción bien ambientada en el Imperio
Austro-Húngaro y en Alemania en unos tiempos convulsos: la paz armada antes de
la I Guerra Mundial, la derrota de los Imperio Centrales en la Gran Guerra, la
humillación de Alemania en el Tratado de Versalles, la disolución del Imperio
Austro-Húngaro, las penurias y problemas de la República de Weimar, el
nacimiento del nazismo y su auge especialmente tras la Crisis de 1929, la llegada
de Hitler al poder y el gobierno dictatorial del líder nazi hasta el estallido
de la II Guerra Mundial.
La obra tiene un fuerte contenido psicológico, ¿qué
factores influyeron en la formación del carácter de un personaje que iba a
llevar a la humanidad al mayor desastre conocido hasta el presente? ¿Cómo fue
adquiriendo unas ideas que tanto daño iban a causar a muchos colectivos de
alemanes? ¿Cómo fue adquiriendo las dotes de manipulador de las masas que iban
a llevar a miles de personas a una adhesión al nazismo a pesar de sus horrores?
¿Tuvieron algo que ver los genes? ¿Era un enfermo mental que debiera haber
tenido que ser sometido a tratamiento?....
Un relato duro y
descarnado, con tintes biográficos, plagado de pinceladas históricas. Estoy
seguro que su lectura impulsará a muchos a documentarse sobre varios
acontecimientos que aparecen en el texto, explícitamente o apenas insinuados.
No me cabe duda de que, en este sentido, va a cumplir una doble función:
entretener y formar. Y, tal vez, una más importante: reflexionar.
La obra se estructura en cuatro
libros. El primero, titulado “El pequeño Adolf y los demonios de la mente”, trata esencialmente
sobre Alois antes del nacimiento de su hijo Adolf Hitler. Alois un monstruo en
potencia atormentado por unos “demonios
de la mente” y traumatizado por la posibilidad de engendrar a otro monstruo
(las leyes de la herencia de G. Mendel). Alois, hijo de un deficiente mental
que había violado a su madre, estaba
preocupado por transmitir genéticamente algún tipo de tara a su hijo. Golpeaba y
violentaba sexualmente a las mujeres de su entorno (entre ellas a la madre de
Hitler, su prima Klara, su tercera esposa), era un hombre incapaz de mostrar
afecto… En la obra se sugiere que incluso llegó a asesinar a su esposa Anna con
la que se casó por conveniencia, a su segunda esposa Fanny, a su hijo Edmund y también
a G. Mendel (esto es una de las grandes licencias del autor). Profesionalmente
no le fue mal, dejando su etapa de aprendiz de zapatero, entró en la
Administración Imperial y acabó como un respetado funcionario de aduanas con un
expediente intachable.
El segundo libro está dedicado a “Hitler adolescente,
1890-1903”. Un Hitler adolescente que recibe frecuentes palizas por
parte de un padre que mostraba una ira extrema. ¿Heredó Adolf esta ira?
Paralelamente, Hitler, un niño muy pequeño, se va convirtiendo en un
manipulador, imponiéndose a su madre (que le consiente demasiado), hermanos y
amigos; era capaz de conseguir siempre lo que quería. Una capacidad que
mostraría frecuentemente en la época de formación del movimiento nazi y cuando
ejerció el poder. ¿Cómo influyó en la personalidad de Hitler estos difíciles
años de su infancia? En esta época, Hitler comienza a manifestar su intención
de seguir su vocación artística (pintor) en contra de la opinión de su padre
que deseaba fuera funcionario de aduanas como él. En este libro, para mantener una
cierta intriga en la narración, aparece la relación de los Hitler con la
emperatriz Sissí, una de las principales licencias de la obra como confiesa el
autor. El libro finaliza con la muerte de Alois.
“Hitler, vagabundo y soldado en la Gran Guerra
(1904-1918” es el título del libro
tercero. Cuando Hitler tenía solamente seis años fue llevado por su médico a la
consulta del prestigioso S. Freud debido a las constantes pesadillas y sueño con monstruos malignos (“los demonios de la mente”) que sufría.
Freud recomendó su internamiento en un centro mental de Viena. ¿Hubiera
cambiado la Historia si su padre hubiera seguido este consejo? Esta
recomendación, que no olvidaría Hitler, va a dar lugar a frecuentes apariciones
de Freud hasta el final del libro en que se recoge su muerte. De 1905 a 1914,
Hitler puso mucho empeño en seguir su vocación de artista, intentó sin éxito
entrar en la Escuela de Bellas Artes de Viena. No me gusta a jugar a qué
hubiera pasado si… pero ¿Y si Hitler hubiera sido admitido en esta Academia y
se hubiera convertido en un artista con el talento suficiente como para poder
ganarse la vida? Uno de los momentos en que mayor humanidad demostró Hitler fue
durante la enfermedad de su madre Klara a la que cuidó con esmero hasta su
muerte. En Viena, Hitler llevó una vida de penuria (tal vez no tanta como él
mismo se atribuye en Mein Kampf), subsistió gracia a la ayuda de sus familiares,
a la herencia de su tía Johanna y a la venta de algunas acuarelas. En Viena,
como él confiesa en Mein Kampf, fue fraguando algunas ideas que ayudan a
explicar sus actuaciones posteriores: megalomanía, antijudaismo, pangermanismo…
La huida de Austria cuando fue llamado al servicio militar, la detención en
Munich y su presentación en la oficina de reclutamiento Salzburgo donde el encargado
rechazó a Hitler escribiendo que era “alguien demasiado débil que no podría ser de
utilidad ni llevar armas al servicio del ejército”. Tremenda paradoja. Al
estallar la guerra se alistó en una unidad del ejército alemán. Dedica varias
páginas a su actuación en la guerra en el frente occidental: sus arriesgadas
misiones como correo, su ascenso a cabo, sus condecoraciones, la relación con
sus compañeros, su herida en la batalla del Somme... Ahora comienzan otra
habilidad que tanto había de explotar Hitler en su vida política: su encendida
oratoria que, como diría más tarde Goebbels, nunca dejaba indiferente.
El libro cuarto está dedicado a “Hitler y el
nacimiento del Partido Nazi (1919-1939)”. Son los inicios de Hitler
en la vida política en una Alemania derrotada y humillada en el Tratado de
Versalles que tan vehemente va a rechazar Hitler, primero con palabras y,
cuando llegó al poder, con unas actuaciones que llevaron a Europa hacia una
nueva guerra. El rechazo de Versalles con la promesa de ignorarlo cuando
llegase al poder y el odio racial a los judíos y otras minorías no arias marcan
las actuaciones de Hitler en los años veinte: la ira escarlata. Son los años de
la forja de un líder nato a pesar de su fracaso en el putsch de la cervecería. También
aparece una parte más humana en sus relaciones (¿solo paternalistas?) con su
sobrina Geli Raubal hasta que ésta se
suicidó. ¿Sufría una esquizofrenia como tal vez el propio dictador? Se deja ver
como Hitler fue dando pasos ascendentes para convertir a Alemania en una dictadura
totalitaria, eliminando incluso los conatos de oposición dentro de su propio
movimiento (Noche de los Cuchillo Largos). Y los pasos hacia la guerra. Las
acciones de Ogorzow, un trabajador ferroviario afín al nazismo, asaltando,
violando y asesinando a varias mujeres, que ocupan muchas páginas de este cuarto
libro, dan viveza e intriga al relato.
1 comentario:
Gracias por la reseña. En efecto, me encanta la idea de pensar que un solo joven pueda leer mis libros y usarlos como plataforma para la reflexión y puerta para nuevas lecturas. Un fuerte abrazo desde Asturias
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