Un día como hoy, hace cincuenta años, en plena "guerra fría", dos aviones de la fuerza aérea norteamericana (un bombardero y un avión cisterna) chocaron y dejaron caer cuatro bombas, tres cayeron cerca del pueblo almeriense de Palomares y la cuarta unas pocas millas mar adentro. Tenían un poder 75 veces mayor que las caídas en Hiroshima y Nagasaki. La catástrofe pudo ser mayúscula.
Una de las bombas que cayeron en tierra |
Dos de las bombas que cayeron en tierra estallaron liberando una buena cantidad de plutonio. Para recuperar la bomba caida en el mar se desplegaron más de treinta buques y algunos minisubmarinos que al fin, tras casi tres meses de trabajos, lo consiguieron gracias a las indicaciones de un pescador murciano (Francisco Simó).
Recuperación de la bomba caída al mar |
Se iniciaron unas primeras de limpieza. Mientras tanto, las autoridades norteamericanas y españolas querían dar sensación de normalidad (se difundió ampliamente el baño en aquellas aguas del embajador norteamericano y el ministro Manuel Fraga).
Estados Unidos hizo frente a algunas indemnizaciones a agricultores y pescadores y retiro algunas toneladas de tierra, pero aún siguen contaminados unos 50.000 metros cúbicos de tierra que contienen unos kilos de plutonio. ¡¡¡Y así han permanecido medio siglo!!! No sabemos exactamente sus efectos sobre la salud de los habitantes de la zona, pero, en mayor o menor medida, han podido estar afectados en torno a un 25%
El pasado octubre, el gobierno de los Estados Unidos parece que se ha comprometido a finalizar las labores de limpieza. Más vale tarde que nunca. Necesitamos que el proceso se lleve a cabo con transparencia y que la descontaminación sea efectiva hasta donde sea posible.
Estos días, la prensa se está haciendo amplio eco de este lamentable incidente y su evolución.
Añadir leyenda |
En este libro, el periodista Rafael Moreno trata de llegar a la verdad sobre este suceso. Ver una interesante entrevista con el autor:
No hay comentarios:
Publicar un comentario