El terror, dirigido para contrarrestar a los enemigos de la revolución jacobina, cobró fuerza en 1793 tras algunos acontecimientos que hicieron aumentar la presión popular sobre la Convención; el asesinato de Marat, la evolución de la guerra exterior que obligó a decretar la leva en masa y las fuertes movilizaciones populares de las jornadas de 4 y 5 de septiembre de 1793 (los "Desarrapados" ocuparon la Convención y allí presentaron sus peticiones económicas: control de la propiedad de la tierra, fijación del precio de las mercancías de primera necesidad y de los beneficios de la industria, establecimiento de un máximo de fortuna...)
El terror es, ante todo, inseguridad alimentada por la amplia definición del concepto sospechoso y falta de garantías judiciales en los procesos que suelen ser muy rápidos. El terror es la fuerza coactiva del gobierno revolucionario.
Como se ve en el gráfico de la Edit. Vicens Vives, el terror tiene muchos campos:
“El tribunal revolucionario se instituye para castigar a los enemigos del pueblo. La pena por los delitos, cuyo conocimiento pertenece al tribunal revolucionario, es la muerte. El acusado será interrogado en audiencia pública: se suprime, por superflua, la formalidad que precede del interrogatorio secreto. Si existieran pruebas materiales o morales, con independencia de la prueba testimonial, no se oirá a los testigos, a menos que esta formalidad parezca necesaria, bien para descubrir a los cómplices, bien por otras consideraciones mayores de interés público. A los patriotas calumniados la ley les concede para su defensa jurados de patriotas: no se los concede a los conspiradores.” Ley de Junio de 1794
El terror entró en una espiral imparable, fue alcanzando a todos los sectores de la población: los reyes, monárquicos, nobles, clero refractario... y llegó a los que protagonizaron la Revolución: Girondinos, las Facciones del Jacobinismo, hasta llegar al propio Robespierre.
"El móvil del Gobierno Popular en tiempos de paz es la virtud. Pero en tiempos revolucionarios este móvil es, simultáneamente, la virtud y el terror: la virtud sin la cual el terror sería funesto, el terror sin el cual la virtud sería impotente. El terror no es sino la justicia rigurosa, raída e inflexible, es, pues, una expresión de la virtud; no es tanto un principio particular, cuanto el resultado del principio general de la democracia aplicado a las necesidades más apremiantes de la patria...
(...) El Gobierno de la Revolución es el despotismo de la libertad en la lucha contra la tiranía".
7 de febrero de 1794, discurso de Robespierre
Edit. Vicens Vives |
Como se ve en el gráfico de la Edit. Vicens Vives, el terror tiene muchos campos:
- En el ejército. Control de los oficiales y el decreto de la leva en masa que, redactado por Carnot, se aprobó en agosto de 1793 con el objetivo de reclutar un ejército de unos 600.000 soldados. "Desde este momento, hasta que los enemigos hayan sido expulsados del territorio de la república, todos los franceses están en situación de requisa permanente para el servicio de los ejércitos. Los más jóvenes irán al combate, los hombres casados fabricarán armas y transportarán las subsistencias, las mujeres harán tiendas de campaña, trajes y servirán en los hospitales, los niños harán vendas de ropas viejas y los ancianos irán a las plazas públicas para arengar a los guerreros, predicar el odio a los reyes y la unidad de la Patria"
- En lo político social. Depuración de la Administración (se expulsan de todos los Comités a las personas consideradas "moderadas" o "tibias"), ley de sospechosos, actuaciones del Tribunal Revolucionario sin ningún tipo de garantías procesales, control de la prensa y clubs, disposiciones contra los emigrados...
Esta sentencia del Tribunal Revolucionario, condenado a muerte a un ciudadano, muestra las escasas garantías procesales. No hay exposición de motivos, ni pruebas.. |
- En lo económico. Economía dirigida (control de precios, salarios, beneficios...), requisas, pena de muerte para los acaparadores, elevados impuestos a los ricos...
- En lo religioso. Hostigamiento al clero refractario, descristianización (lo trataré en otra entrada)
El terror entró en una espiral imparable, fue alcanzando a todos los sectores de la población: los reyes, monárquicos, nobles, clero refractario... y llegó a los que protagonizaron la Revolución: Girondinos, las Facciones del Jacobinismo, hasta llegar al propio Robespierre.
La leyenda de este grabado rezaba algo así como: Robespierre, después de guillotinar a todos los franceses, guillotina al verdugo |
El guillotinamiento de Robespierre (28 de julio de 1794) puede considerarse el fin del Terror. Tras esta ejecución, se inició un nuevo periódo en la Revolución Francesa: La Convención Thermidoriana.
Las cifras:
Como suele suceder en las cuestiones de sifras, y es normal, hay escasa coincidencia en los datos de las víctimas del terror:
- Varios miles de encarcelados (Godechot los cifra entre 300.000 y 500.000).
- La cifra de ejecutados varía mucho según los autores: Una cifra muy aceptada es en torno a 17.000. Aunque las muertes se pueden elevar a 35.000 - 40.000 si tenemos en cuenta a los que murieron en prisión.
- Respecto al estrato social de las víctimas señalar que 84 % fueron del antiguo Tercer Estado (25 % burgueses, 28 % campesinos y 31 % trabajadores), 8,5 % de la Nobleza y 6,5 % del Clero.
- Respecto a los lugares de las ejecuciones podemos señalar que un 52 % eran de La Vendèe y un 16 % de París.
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