PASTRANA PIÑERO, J.: “Arde el desierto” (1957: la guerra de Ifni-Sahara y la lucha por el
poder en Marruecos). Edit. Nowtilus. Madrid, 2017
La guerra de Ifni-Sahara fue el último conflicto colonial de
envergadura en el que participaron las Fuerzas Armadas Españolas y, sin
embargo, debido a la censura oficial, pasó muy desapercibida para la sociedad
española de la época por lo que algunos la han bautizado como “la guerra ignorada”. Un conflicto
enmarcado en los movimientos descolonización de las colonias europeas en África
en el que se mezclan otros factores como el juego de las potencias en el
contexto de la Guerra Fría, razones de prestigio, intereses económicos...
El autor, experto en temas militares, no se limita a una
exposición del desarrollo del conflicto sino que aborda también las causas y
antecedentes del mismo, la política interna de España y Marruecos que ayuda a
comprender las actuaciones y vaivenes de cada momento, las decisiones y
responsabilidades (muchas veces sorprendentes, por no decir incomprensibles) de
los políticos el mando militar españoles, la aparición del movimiento para la
formación del Gran Marruecos que no duda en acudir a la lucha armada para
conseguir sus objetivos, la posición de Estados Unidos, el comportamiento de la
población civil de Ifni y el Sahara, las posibilidades de explotación
económica, etc. El resultado es una historia global del conflicto.
Un tema destacado a lo largo de todo el texto es la situación
de las tropas españolas en la zona, muy reducidas para la tarea que debían
realizar (Madrid desoía sistemáticamente las peticiones de refuerzos), con
armamento obsoleto y no siempre adecuado para el desempeño de las misiones
asignadas. Muchas deficiencias que, a veces, llegan a lo estrambótico como la
falta de agua y alimento básico en
ocasiones, indumentaria y calzado inadecuado, escasos vehículos, enormes dificultades de la
Armada para transportar hombres y suministros (curiosamente muchos de los
productos recogidos en la campaña de Navidad del 57 para mandar a las tropas no
pudieron llegar a su destino por falta de capacidad de transporte), falta de aparatos de comunicación tierra-aire
que hizo que a veces aviones lanzaran bombas contra su propia tropa, etc. La
situación del Ejército era un reflejo de la pobreza de España. Respecto a las
tropas indígenas enroladas en el Ejército, los mandos siempre recelaron de su
lealtad, máxime cuando desde 1956 hubo muchas deserciones tanto por convicción
como por miedo a represalias del Ejército de Liberación.
En varios momentos del texto se pone de relieve la
incomprensible política seguida por España. Algunos ejemplos. No se entiende
muy bien que el carácter francófobo de algunos (como el comisario García
Valiño) les llevase a alentar y apoyar las acciones del Ejército de Liberación contra
Francia cuando ese mismo Ejército de Liberación se iba a volver muy pronto
contra España. La política española no pudo ser más equivocada. Desde Madrid,
confiando en la actividad diplomática, no se autorizaban operaciones de fuerza
contra estos grupos armados que se desplegaban en territorio de Ifni y Sahara.
Francia protestó en repetidas ocasiones contra esta pasividad y tolerancia
españolas. Destaca también el hecho de que en varios momentos no se aceptase la
ayuda francesa y se fuera reticente a una cooperación en profundidad con el
país vecino (cuyo interés era conservar Mauritania). Se demostró que no se
podía acabar con los guerrilleros del Ejército de Liberación hasta que esta no
se produjo esta colaboración en profundidad. España, que hizo esfuerzos por
atraerse a la población civil, no comprendió que en gran parte de ella
predominaba la lealtad hacia Marruecos. Desde el gobierno de Madrid, para defender la
tradicional amistad hispano-árabe, se llegó a culpar al comunismo internacional
de apoyar a los grupos armadas cosa que no se puede demostrar.
El autor va a dedicar un espacio a explicar la presencia
francesa (Argelia, Túnez, Senegal) y española en la zona (en el s. XV se
estableció una pequeña fortificación, Santa Cruz de la Mar Pequeña, que
posteriormente se identificó como Ifni), el reparto de Marruecos entre Francia
y España desde un primer intento en 1904 hasta acabar en sendos protectorados
en 1912 y la ocupación efectiva de España de su territorio que no se hizo
efectivo hasta 1934 tras haber sufrido algunos clamorosos fracasos como el
desastre de Annual.
La antesala de la guerra fue la independencia de Marruecos
que planteó abiertamente por primera vez un nuevo grupo, Istiqlal, en un
manifiesto aparecido el 11 de enero de
1944. No era buen momento, Estados Unidos, en plena preparación del desembarco
de Normandía, no lo podía apoyar explícitamente. Acabada la Guerra, Francia
decidió mantener su imperio colonial en África e Indochina, así que decidió
reprimir cualquier movimiento independentista lo que provocó una espiral de
violencia ante la que Francia actuó con contundencia, por ejemplo llegó a
detener y deportar a Madagascar al sultán Mohammed V (1953). España, en su
Protectorado, también reprimió cualquier expresión del nacionalismo. El
Istiqlal comenzó a defender la idea del Gran Marruecos que caló con fuerza en
la población marroquí, suponía el enfrentamiento con Francia que dominada
Mauritania y con España que estaba en Ifni, el Sahara y el denominado
Protectorado Sur. Mohammed V no apoyaba esta idea, pero tuvo que mostrar
aquiescencia para no perder apoyos y quizá su trono.
En 1954, año en que comenzó una escalada insurreccional en
Argelia y las tropas francesa se
rindieron en Dien Bien Phu, Francia comenzó a plantearse conceder la
independencia a Marruecos lo que hizo al año siguiente. A Franco le quedaba la
resistencia a ultranza o la negociación con Mohammed V, eligió esta segunda
opción. El 4 de abril de 1956, Mohammed V llegó a España para negociar, volvió
a Marruecos con la independencia en el bolsillo.
Mapa tomado de www.ashva.es que ayuda a situar los territorios. En la obra
se insertan varios mapas y croquis
|
El 21 de agosto de 1957 llegó la primera reclamación de
Marruecos de los territorios del Protectorado Sur e Ifni. Algunas zonas del
Protectorado Sur (zona de Tarfaya) debían ser devueltas a Marruecos según los
tratados de independencia. El problema era Ifni. Marruecos presentó
oficialmente esta reclamación en la ONU.
Tras todos estos antecedentes, “Arde el desierto” pasa a
centrase en la guerra “no declarada” que comenzó en 1957. España había
comprendido que si quería mantener los territorios debía hacerlo militarmente.
Se explican con detalle las acciones militares llevadas a cabo en Ifni durante
los últimos meses de 1957 y primeros de 1958: la fracasada expedición de la
columna Ortiz de Zárate para acudir en socorro del puesto de Telata, el intento
de tomar Sidi Ifni por el Ejército de Liberación el 23 de noviembre, las
Operaciones especiales para intentar socorrer o recuperar puestos perdidos en
el interior del territorio (Operación Pañuelo, Operación Netol, Operación
Gento..), el establecimiento de un perímetro defensivo de dos zonas en Sidi
Ifni ante los movimientos de fuerza del Ejército de Liberación y operaciones
para su defensa en enero y febrero de 1958 (Operación Diana, Operación Siroco,
Operación Pegaso).
En el Sahara, se habían abandonado los puestos del interior y
las tropas se concentraron en cuatro ciudades costeras y en un pequeño
destacamento en cabo Bojador. Madrid quería defender el Sahara a toda costa
debido a las perspectivas de la explotación de fosfatos. La situación era
preocupante. El 11 de enero el Ejército
de Liberación atacó el perímetro de El Aaiún a lo que se respondió con una ofensiva
a cargo de la XIII Bandera de la Legión que finalizó con un descalabro de los
legionarios (masacre de Edchera).
El 14 de enero de 1958, mandos militares franceses y españoles se
reunieron en Las Palmas de para diseñar una operación destinada a aniquilar al
Ejército de Liberación en el Sahara (los españoles la denominaron Operación
Teide). Era el irremediable cambio de actitud de España. Su inicio se fijó para
el 6 de febrero, aunque España pidió retrasarla cuatro días. Tras los rápidos
avances de España y Francia, en una semana el Ejército de Liberación del norte
del Sahara había dejado de existir. En una segunda fase de la Operación se
acabó con el Ejército de Liberación en la zona sur del Sahara, la mayor parte
de los guerrilleros murieron o cayeron prisioneros. La autoridad española
estaba restablecida en el Sahara y Francia podía centrarse en Argelia. El 30 de
junio de 1958 los grupos armados del Ejército de Liberación hicieron público un
alto el fuego. La guerra había terminado.
Tras los acuerdos hispano-marroquíes de Cintra, el 20 de
abril de 1959 se anunció la retrocesión a Marruecos del cabo Yuby (norte del
Sahara). El 26 de febrero de 1961 murió Mohammed V y le sucedió su hijo Hassan
II más agresivo en su propósito de conseguir el Gran Marruecos. En los primeros
meses de su reinado hubo varios incidentes con España y, paralelamente, cada
día era mayor la presión internacional sobre España. En 1966, la ONU aprobó la
resolución de la descolonización de Ifni y el Sahara, hecho que aprovechó
Marruecos para pedir una negociación bilateral. El 4 de enero de 1969 se firmó
el Tratado de Fez, España traspasaría la soberanía de Ifni a Marruecos el 30 de
junio.
Estas retrocesiones sentaron mal en amplios círculos
españoles, en especial dentro del estamento militar. El autor hace un repaso a
las diversas interpretaciones del acuerdo de Sintra y recoge varias hipótesis
de por qué España entregó Ifni, un territorio que diez años antes había
defendido con las armas.
La guerra había costado a España 944 bajas (205 muertos, 573
heridos y 166 desaparecidos). Siempre hay discrepancias en el manejo de cifras
de esta naturaleza. Más problemático es cuantificar las bajas del Ejército de
Liberación que el autor concreta en 891 (519 muertos, 76 heridos y 296
desaparecidos)
Una obra brillante, rigurosa, bien documentada, que ofrece, de
manera ordenada y clara, una visión global del conflicto. Intercala muchos
documentos (fragmentos de disposiciones oficiales, órdenes, discursos,
testimonios y opiniones de protagonistas….) y una buena colección de mapas que
ayudan a situar los hechos descritos. Y una amplia bibliografía incluyendo fuentes
documentales y orales.
Ficha de la obra en la Web de la editorial (sinopsis, datos
del autor, argumentos de venta, fragmento de lectura):
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