Tras los movimientos iniciales, los principales frentes europeos de la guerra se estabilizaron, comenzó la guerra de posiciones. Los soldados excavaron muchos kms. de trincheras en las que vivieron "enterrados" largos períodos de tiempo, tres largos años en el frente francés. En este frente, se construyeron trincheras desde el Mar del Norte a la frontera suiza, más de 700 Km. (que eran muchos más por la duplicidad de trincheras y el trazado no rectilíneo de las mismas). En el momento álgido de la guerra, algunos autores han calculado que los franceses ocupaban 10.000 Kms. de trinchera y los alemanes 19.000.
“(La trinchera) tiene una profundidad de dos o tres hombres. Por tanto, los defensores se mueven en ella como por el fondo de un pozo, y, para poder observar el terreno que tienen delante o disparar contra el enemigo, tienen que subir por escalones practicados en la tierra o por escaleras de madera al puesto de observación (…). Sacos terreros, pedruscos, planchas de acero constituyen el parapeto (…). Delante y a lo largo de las trincheras se extienden, casi siempre en varias líneas, redes de alambradas, enrejado de púas de alambre que detiene al asaltante y permite a los defensores disparar sobre él con toda tranquilidad”.
E. Junger, Tempestades de acero.
El texto anterior describe muy bien las trincheras.
Desde puestos de observación, a los que se accede generalmente por escalones de madera, se observa los movimientos del enemigo que, en muchas ocasiones, está atrincherado a no mucha distancia.
Las trincheras se protegen con alambres de espino, sacos de tierra y otros parapetos; para la defensa, se emplean principalmente las ametralladoras y los fusiles. Los soldados eran bombardeados por la artillería enemiga y, a la vez, pasaban por encima de sus cabezas los proyectiles de la propia.
Las trincheras, originalmente sencillas, se fueron perfeccionando a lo largo de la guerra; intentando hacerlas más operativas y más cómodas, se construyen trincheras de apoyo conectadas con las de primera línea, hospitales de campaña, oficinas y puestos de mando, almacenes, cocinas, letrinas... Cuando el sistema de trincheras adquirió una cierta complejidad hasta formar auténticos laberintos, se dio nombre a cada tramos (como se fueran las calles de una ciudad) para que se orientasen los soldados.
Se trazan en zig-zag para cubrir más ángulos de tiro y minimizar las bajas caso de estallar algún proyectil enemigo en su interior.
Cocinas de campaña en una trinchera del frente francés |
Delante de la trinchera se abría un paisaje de agujeros, causados por los impactos de los proyectiles, llenos de agua en la campaña invernal, un enorme barrizal que causó muchos problemas a los soldados cuando salían de la trinchera para atacar algún objetivo.
En esta vista aérea de trincheras entre Loos y Hulluch (1917) puede verse el intricado sistema que se fue configurando desde las primeras trincheras iniciales, también se aprecia la proximidad de las trincheras de ambos bandos. Fuente de la imagen: Wikipedia |
En el Museo de Radiocomunicación Inocencio Bocanegra, situado en la localidad burgalesa de Belorado, se ha recreado, con la ayuda del Ministerio de Defensa, una trinchera del lado británico en 1917. Declaran en la Web del Museo que es única en España y la más grande de Europa. De cualquier manera está muy bien recreada. Merece la pena su visita.
Museo de Belorado |
La vida en las trincheras ocasionó a los soldados muchos problemas físicos (especialmente derivados de la insalubridad, las bajas temperaturas invernales, la humedad, el barro, la poca higiene..) y mentales. La muerte por estas condiciones de vida era algo habitual. Los combatientes se adaptaron como pudieron a esta dura y prolongada situación. En estas circunstancias, es normal el decaimiento de la moral de la tropa. En otra entrada de este Blog, he dejado algún testimonio sobre las espantosas condiciones de vida en las trincheras:
El objetivo de los Estados Mayores de ambos bandos era romper el frente. Se intentó por un punto, por varios puntos a la vez... pero resultó muy difícil. De estos intentos escribiré en otras entradas. Mientras tanto, se planificaron ataques a objetivos parciales saldados casi siempre con poco éxito y muchas muertes, los soldados se convierten en blancos fáciles cuando abandonan las trincheras. Estas salidas, un tanto suicidas, quedan muy bien reflejadas en algunas escenas de la excelente película "Senderos de Gloria" de S. Kubrick (1957).
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