FORTEA, C.: “Los jugadores”. Nocturna Ediciones. Madrid, 2015.
La trama de esta novela se desarrolla en París, en
1919, cuando se está celebrando la
Conferencia en la que se negocian los Tratados de Paz de la I Guerra Mundial.
En la obra, se mezclan magistralmente situaciones claramente ficticias con
otras posiblemente reales y personajes de ficción (policías que investigan dos
asesinatos, periodistas, negociadores de las delegaciones de las diversas
potencias, especuladores, agentes encubiertos, etc.) con la actuación de los
grandes protagonistas de la Historia en estos momentos (el presidente
norteamericano Wilson, Clemenceau, Lloyd
George, W. Churchill, Keynes…).
Dejando aparte la los aspectos ficticios de la obra (una
sinopsis de la misma puede leerse en la Web de la editorial) y atendiendo a los
lectores de este Blog, quiero destacar las actuaciones de los personajes reales
que se tratan con notable rigor histórico en la novela que, como muy bien dice
el autor, en una nota al final del libro, no es una novela histórica sino una
novela de ambientación histórica. Estos acontecimientos históricos son el marco
en el que se desarrolla la trama, aunque a veces, como reconoce el autor en una
entrevista, parecen cobrar más protagonismo que la misma trama.
Se reflejan muy bien las distintas posturas de las
potencias vencedoras en las negociaciones, especialmente las de Estados Unidos
y Francia. El presidente norteamericano Wilson, con el prestigio y autoridad
moral obtenidos por su decisiva participación económica y militar en la Guerra, trata de imponer sus famosos 14 puntos
y la creación de una Sociedad de Naciones que evitase nuevos conflictos; quería
una paz lo más justa posible. Por el contrario, el Primer Ministro francés
Clemenceau quiere una paz dura que deja ver deseos de venganza: Alemania y
Austria, además de las pérdidas territoriales, deben pagar reparaciones. Unas
reparaciones tan enormes que, en estos momentos, el economista Keynes ya
advirtió no podrían pagar como así sucedió efectivamente.
Los negociadores están de acuerdo en que Alemania y
Austria tienen que hacer frente a sus responsabilidades, pero ¿eran necesarias
las humillaciones a las que vieron sometidas sus Delegaciones? La frustración
que esto causó se refleja en la actuación del personaje de ficción Christoph
von Klettemberg.
Otro aspecto muy bien tratado en la novela es el marco
de la Conferencia. París, una ciudad “superviviente”,
trata de superar como puede los efectos
de la Guerra (destrucción, heridos, dolor ante los muertos…). Y en esta ciudad,
hambrienta, las Delegaciones de las potencias negociadoras derrochan lujo
(cenas de gala y espectáculos para entretener a los delegados).
Un aspecto interesante que se trata extensamente a lo
largo de la trama es el papel de España que permaneció neutral en la contienda.
Durante los años de la Guerra, la balanza comercial tuvo un fuerte superávit.
Alimentos, minerales y otras mercancías se vendían a precios elevados a los países
de los dos bandos. Unos pocos vieron incrementar considerablemente sus fortunas;
otros, la mayoría, solo vieron unas fuertes subidas de precios que hacían
descender su poder adquisitivo. Tras el fin de las hostilidades, España tiene
muchas dificultades para colocar sus productos ante el poco poder adquisitivo
de los posibles compradores y la imposibilidad de competir en precio con
productos que llegan de Estados Unidos y otros países. Este asunto da pie a la actuación de españoles (como Gabriel
Cortázar) que tratan de cerrar acuerdos comerciales.
En resumen, una narración ágil, bien estructurada,
entretenida y excelentemente documentada en sus aspectos históricos. Una buena
novela y más teniendo en cuenta que es la primera de Carlos Fortea para público
adulto.
Ficha del libro, alojada en la Web de la editorial:
En esta Web, se pueden leer las primeras páginas,
acceder a algunas entrevistas realizadas al autor y a comentarios de diversos
autores publicados en distintos medios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario