sábado, 30 de enero de 2010

La revancha francesa

La portada de un número de Le Petit Journal recoge muy bien la postura y los deseos franceses ante los tratados de paz tras la I Guerra Mundial que se pueden resumir en una palabra: revancha. Arriba, la humillación francesa tras la guerra Franco-Prusiana (pérdida de Alsacia y Lorena y una fuerte indemnización), abajo, la de Alemania tras la I Guerra Mundial.
Así se recogió en el Tratado de Versalles la cuestión de Alsacia y Lorena:


"Sección Quinta: Alsacia y Lorena
Habiendo reconocido las Altas Partes contratantes la obligación moral de reparar el daño hecho por Alemania en 1871, tanto al derecho de Francia como a la voluntad de las poblaciones de Alsacia y Lorena, separadas de su patria a pesar de la solemne protesta de sus representantes en la Asamblea de Burdeos, han convenido los artículos siguientes:
Artículo 51. Los territorios cedidos a Alemania en virtud de los preliminares de paz firmados en Versalles el 26 de Febrero de 1871, y del Tratado de Francfort de 10 de Mayo de 1871, quedan reintegrados a la soberanía francesa a partir del armisticio de 11 de Noviembre de 1918 (…)"

2 comentarios:

Hispanus dijo...

Me encanta esta portada de "Le Petit Journal", la voy a guardar en el ordenador. Esto me pasa por francófilo... jejeje.

Ciertamente, una revancha en toda "regla".
El Tratado de Versalles fue muy duro para los alemanes, pero es que anteriormente fueron los alemanes quienes castigaron a los franceses.

Tras la I G.M. llegó el turno de los alemanes, ahora debían pasar por ese sufrimiento, anulación y verguenza que habían pasado los franceses. Llegó su turno, su derrota.

Lamentablemente, este hecho unido a la crisis económica del 29, el auge de los nacionalismos, las teorías difusionistas, entre otros dieron origen a una nueva guerra mundial, por desgracia, la segunda.

Saludos.

Cayetano dijo...

Ya advirtió Lloyd George en los momentos previos a la firma del Tratado de Versalles que no había que ser excesivamente duro con Alemania porque querría vengarse, que fue lo que pasó. Lógicamente, los franceses estaban hasta el gorro del vecino germano desde la Paz de Frankfurt, con lo que se impuso la tesis dura de Clemenceau.
Un saludo.

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