Hitler, pensando en recuperar la iniciativa, planteo una fuerte contraofensiva dirigida por él mismo en las Ardenas, un lugar considerado de difícil paso. Pensaba Hitler que una aplastante victoria obligaría a los aliados a firmar una paz por separado con Alemania. Eligió el mes de diciembre pensando en que el mal tiempo dificultaría las operaciones de la aviación aliada que estaba en clara superioridad. Algunos generales alemanes se mostraron bastante escépticos debido a la escasez de hombres y de carburante, consideraban la operación demasiado ambiciosa para los recursos de los que se disponía, pero ninguno se atrevió a llevar abiertamente la contraria a Hitler.
Tras un avance en las Ardenas, las tropas alemanas se dirigirían hacia el norte con el objetivo de tomar Amberes. El ataque comenzó el 16 de diciembre de 1944, veinticinco divisiones comenzaron a avanzar por las Ardenas. El efecto sorpresa fue total. Los aliados estaban convencidos de que el agotamiento alemán hacía imposible cualquier ataque. Hitler diseñó y dirigió oficialmente la operación, aunque, en el campo de batalla, la ejecución correspondió al veterano von Rundest.
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La operación fue brillante. Sin embargo, pronto llegaron las dificultades para las tropas nazis: la falta de carburante que dejo inmovilizados a muchos tanques, los enormes atascos en los embarrados caminos, la dificultad para tender puentes en las numerosas corrientes de agua, la tenaz resistencia norteamericana en algunos lugares (por ejemplo los alemanes no pudieron tomar Bastogne), la superioridad de la aviación aliada (especialmente cuando levantó la niebla los días 23 y 24) que cortó las líneas de abastecimiento a las tropas alemanas, el mayor contingente de tropas aliadas… Los alemanes no pudieron tomar Bastogne donde las tropas norteamericanas de la 101ª División Aerotransportada resistieron heróicamente con escasez de alimentos y munición hasta que Patton levantó el cerco de la ciudad. Y mucho menos pudieron los alemanes tomar puerto de Amberes que era uno de los objetivos principales de la operación. Los aliados recuperaron todo el territorio del avance alemán. Oficialmente, el 28 de enero de 1945 la Batalla de las Ardenas había terminado. Había sido el canto de cisne del ejército alemán en la guerra.
Las bajas fueron grandes: 120.000 entre los alemanes (de ellos 20.000 muertos) y 81.000 en los aliados (de ellos 19.000 muertos). Los alemanes perdieron gran cantidad de material bélico difícil de reponer: 800 carros de combate, 1200 aviones, 6.000 camiones... Las cifras que dan los diversos autores varían mucho.
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