"El fascismo es hijo de la guerra"
Italia, como todos los estados beligerantes, tuvo que hacer frente a unos elevados gastos extraordinarios por razón de la guerra, algunos autores los han evaluado en torno a los 3,2 billones de dólares. Italia, para hacer frente a su gigantesca deuda, recurrió a los mismos métodos que otros estados: subir impuestos, emitir deuda pública, pedir créditos (especialmente a Estados Unidos), desprender de parte de sus reservas de oro.
Acabada la guerra, se produjo una enorme inflación, los precios subieron de manera considerable como se ve en el gráfico adjunto. Los salarios perdían constantemente poder adquisitivo.
La producción agrícola descendió, p.e. la producción de trigo bajó de 52 mill. de quintales en 1913 a 28 en 1920; la producción de remolacha cayó más de un 50%. La movilización arrebató muchos brazos al campo. El campo italiano presentaba un escaso desarrollo técnico, especialmente en las tierras del sur por lo que la falta de mano de obra era más sensible. El gobierno controló los precios agrícolas y los mantuvo en niveles basta.nte bajos, comparados con los precios industriales y el comportamiento de la inflación
La producción agrícola descendió, p.e. la producción de trigo bajó de 52 mill. de quintales en 1913 a 28 en 1920; la producción de remolacha cayó más de un 50%. La movilización arrebató muchos brazos al campo. El campo italiano presentaba un escaso desarrollo técnico, especialmente en las tierras del sur por lo que la falta de mano de obra era más sensible. El gobierno controló los precios agrícolas y los mantuvo en niveles basta.nte bajos, comparados con los precios industriales y el comportamiento de la inflación
Muchas industrias que dedicaban su producción a la guerra se tuvieron que reconvertir y adaptarse a una economía de paz. Industrias que durante la guerra tuvieron gran demanda de sus productos (metalurgicas, automovilistica Fiat, Pirelli...) y enormes beneficios, ahora no tenían mercado ni interior ni exterior y sus beneficios habían descendido considerablemente. Las empresas ante la pérdida de beneficios y mercados, prescinden de mano de obra. El paro no dejó de crecer.
Esta realidad fue la causa de una serie de huelgas en las principales ciudades y de la ocupación de fábricas en varias localidades (comenzando por Milán en 1920). Es el denominado "bienio rosso", 1919-20. En una entrada posterior abordaré como afrontó el gabinete Giolitti esta situación.
En el campo la protesta, influida por los anarquistas, se manifestó en revueltas campesinas y en la ocupación de tierras.
Edit. Vicens Vives |
La burguesía se asustó ante esta situación y, por miedo a una bolchevización (en Florencia se llegó a proclamar una República de los soviets), se afanó en reprimir estos movimientos.
Esta crisis económica y la agitación social subsiguiente (clima prerrevolucionario) fueron el caldo del cultivo para el crecimiento del fascismo (lo desarrollaré más en una próxima entrada)
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