Una vez que anexionó Austria (Anschluss), Hitler puso la vista en Checoslovaquia, un estado creado en los tratados que pusieron fin a la I Guerra Mundial. Primeramente, deseó anexionarse la región de los Sudetes (ver mapa adjunto) donde se había creado el Partido Alemán de los Sudetes de ideología Nazi. Los Sudetes era una región habitada por población germana. Hitler en este cuestión se mostró tajante:
"Le
he asegurado, lo que vuelvo a decir aquí, que una vez que esté este problema
resuelto no habrá más problemas territoriales en Europa... Yo declaro al pueblo
alemán: en lo que concierne a la cuestión de los Sudetes,
mi paciencia está al límite” Discurso de Hitler.
Fuente: Historia 16 |
Ante esta la tensa situación creada por las transgresiones del Tratado de Versalles y las latentes amenazas de Hitler, los líderes de Gran Bretaña, Francia, Italia y Alemania se reunieron en la CONFERENCIA DE MUNICH (septiembre, 1938). Las democracias, una vez más, transigieron. Como diría Chamberlain, primer ministro inglés: “Es increíble, horrible, que tengamos que ponernos a cavar trincheras y a ponernos máscaras antigás por culpa de una pelea en un país extraño”. Así pues, aceptaron que Hitler se anexionase las zonas checoslovacas de mayoría de población nazi (es decir, los Sudetes) a cambio de que renunciase a otras anexiones.
A su llegada a Londres, Charmberlain (en la foto mostrando el documento del acuerdo) fue recibido como un héroe, había conseguido por fin la tranquilidad. ¡Ni él mismo se podía creer semejante recibimiento!
Otros personajes también se contagiaron de este optimismo, por ejemplo el político francés L. Blum: "En Francia, no hay un hombre ni una mujer que niegue a N. Chamberlain y a E. Daladier su justo tributo de gratitud. La guerra ha sido descartada. El fantasma se aleja. Se puede recuperar el trabajo y recobrar el sueño. Se puede gozar de la belleza del sol de otoño."
Sin embargo otros no se dejaron engañar, W. Churchil pronunció una de su famosas frases: "...os han dado a elegir entre la indignidad y la guerra. Habéis elegido la indignidad y ahora tendréis la guerra"
Los periódicos de la época recogen estas dos posturas, por ejemplo estos dos del 30 de septiembre (la Razón y El Heraldo de Madrid)
¡Que razón tenía Churchill!. Esta caricatura, aparecida tras la Conferencia de Munich, es bastante elocuente. Tenía un pie en el que Hitler decía: "Lléveme a Checoslovaquia, conductor".
Pocos meses después (marzo de 1939), Hitler invadió Checoslovaquia y la desmembró en varias partes, tal como se aprecia en el mapa de más arriba.
Esta fotografía es bastante elocuente: una mujer haciendo el saludo nazi llora mientras contempla el desfile de las tropas alemanas por las calles de Praga.
Y las democracias, otra vez más, volvieron a no hacer nada. Hitler estaba envalentonado y poniendo sus ojos ya en nuevas presas: Memel, Danzig y Polonia
1 comentario:
Las cosas no son tan sencillas. Detrás de la desmembración de Checoslovaquia, como la ha estado en la época actual, estaba también el Vaticano, que tenía una gran fuerza en Eslovaquia. Polonia también participó en este ataque y Hungría.
Luego Polonia pagaría por sus tropelías contra Checoslovaquia y por la represión interna que estaba haciendo en su propio país contra los habitantes no polonizados, por ejemplo ucranianos.
No debemos olvidar tampoco que la élite estadounidense en gran medida apoyaba a Hitler. Ahí tenemos los apoyos de Ford, General Motors, Standar Oil o Coca Cola entre otros.
Es un tema interesante.
Saludos.
Publicar un comentario