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martes, 28 de mayo de 2019

RESEÑA DE "BREVE HISTORIA DE JUANA I DE CASTILLA"


MANSO, Javier. Breve historia de Juana I de Castilla. Madrid: Nowtilus, 2019.


La ajetreada vida de Juana I de Castilla es la de una reina que nunca reinó, una mujer que fue víctima de la política matrimonial de sus padres (con el desarraigo que ello supuso), de las ambiciones políticas de sus tres hombres más cercanos y queridos (su padre, su esposo y su hijo), de virulentos ataques de celos (seguramente justificados), de largos períodos de encierro en soledad, de serios problemas mentales… La acusación de locura fue una excusa perfecta que aprovecharon unos hombres ávidos de poder para usurpar sus prerrogativas. Acusación que, a lo largo de la Historia, ha calado hondo, hoy la mayoría conoce Juana como “la Loca”. Un par de pruebas, buscamos en Google Juana I de Castilla y, por toda la página, aparece el adjetivo “loca” o basta observar la portada de esta obra. Es verdad que tuvo problemas mentales de los que dio indicios  desde muy joven, pero no estaba loca. Según Vallejo Nágera, pudo sufrir una esquizofrenia paranoide. En aquellos tiempos no se sabía que era una esquizofrenia o una depresión, por ello no se podían tratar como se puede hacer hoy en día. No se podía tratar, pero lo que no tiene ninguna justificación es que la respuesta a sus problemas mentales fueran el encierro, el aislamiento, los castigos físicos y psíquicos, el alejamiento total del mundo… a  que fue sometida por su padre, su marido y su hijo, sus carceleros. En el libro se explica las razones que los tres tuvieron para esta inhumana conducta.

Juana tuvo una frágil salud mental y, a la vez, una fortaleza física impresionante que le permitió vivir hasta una edad inusual para la época, más aún tendiendo en cuenta las duras condiciones de vida a las que fue sometida durante muchos años de su existencia.

Javier Manso no ha descuidado la contextualización histórica de la vida de Juana. Dedica la introducción a la exposición de la situación política y cultural de la España en las últimas dos décadas del siglo XV y a la situación política de las principales potencias europeas del momento. A lo largo del texto, se ocupa de los principales acontecimientos políticos y de las relaciones internacionales de los países europeos durante la primera mitad del s. XVI.

Retrato de Felipe el Hermoso y Juana I de Castilla en las puertas del tríptico de  Zierikzee. 
Museo Real de Belllas Artes de Bruselas



El autor, que muestra constantemente conmiseración por Juana, divide su biografía en nueve etapas que dan pie a otros tantos capítulos de la obra. 

Hija de reyes, 1479-1496. Se explican su nacimiento, su infancia en el Alcázar de Segovia alejada de sus padres durante largos períodos de tiempo, su esmerada y variada educación, sus primeros trastornos de comportamiento ligados a ciertas crisis místicas y se describe su agraciado aspecto físico. 

Condesa de Flandes, 1496-1501. Cumpliendo con los objetivos de la política matrimonial de sus padres, fue a Flandes para desposarse con Felipe del que se enamoró inmediatamente. Una etapa difícil: desconocimiento de las costumbres del país tan diferentes a las de Castilla, desarraigo, ataques de celos, violentas peleas matrimoniales y apasionadas reconciliaciones, fuertes ataques depresivos… comienzan a forjarse su fama y sus desgracias.

Princesa de Asturias, 1501-1504. Una serie de muertes inesperadas convirtieron a Juana en heredera de la Corona de Castilla. Juana y Felipe viajan a Castilla para ser jurados como herederos. Apareció la desmedida y deslegitimada ambición de Felipe. Ante el estado mental de Juana y la ambición de Felipe ¿pensaron los Reyes Católicos en inhabilitar a su hija? Felipe regresó a Flandes. Juana, embarazada, quedó en Castilla, los celos le sumieron en tal estado que su propia madre ordenó su encierro en el Castillo de la Mota (primer encierro) hasta que le permitió ir a Flandes.

Presa de los celos, 1504-1506. Tras su llegada a Flandes, la convivencia en la corte estuvo salpicada de ataques de celos, violentas peleas conyugales y un mayúsculo escándalo que hizo que Felipe ordenase el encierro en sus aposentos (por segunda vez en su vida) lo que fue causa de una profunda depresión. La muerte de Isabel, el 29 de noviembre de 1504  abrió una nueva etapa en su vida. A pesar de que el testamento de Isabel la Católica dejaba bien claro que, en caso de inhabilitación de Juana, sería su marino y no su yerno quien gobernase el país hasta que Carlos tuviera 20 años, estalló una dura pugna entre Felipe y Fernando por ostentar la regencia de Castilla, ambos pasando sobre los derechos de Juana.

Viuda y ¿demente?, 1507-1507. Felipe y Juana llegaron a Castilla tras una travesía muy peligrosa en la que, durante algunos momentos, la única que mantuvo la calma fue Juana. Siguió la rivalidad entre Felipe y Fernando que pareció finalizar con el acuerdo de Villafáfila: Fernando se retiraba a sus dominios aragoneses. La muerte de Felipe en septiembre de 1506 y el comportamiento que tuvo Juana con su cadáver y la organización del cortejo fúnebre se han convertido en una de las principales fuentes de la leyenda negra de la Reina.

La reina usurpada, 1507-1518. Fernando recibió en Nápoles la noticia de la muerte de Felipe. No regresó inmediatamente, tal vez quiso que fuese palpable la incapacidad de Juana para gobernar (sumida en una fuerte depresión desde la muerte de su esposo) para así regresar como salvador. Fernando quiso alejar a Juana casándola con el rey de Inglaterra, la negativa de Juana enfureció a Fernando que castigó a su hija con un encierro forzoso en Tordesillas (uno más) sin relación con el mundo exterior. El testamento de Fernando reconoció los derechos de. De nuevo la ambición, ahora de su hijo Carlos, que exigió que se le nombrara rey al mismo nivel que su madre; de hecho fue proclamado rey en Bruselas en abril de 1516. Carlos no llegó a España hasta septiembre de 1517. Juana seguía cautiva.

Madre de reyes y emperadores, 1518-1520. Madre de seis hijos de los que descendieron doce reyes. El autor escribe una breve biografía de sus hijos. En este capítulo, Javier Manso destaca el inhumano, inmisericorde y ruin trato que recibió Juana del Marqués de Denia, su carcelero en Tordesillas. Y, lo más triste, es que lo hizo siguiendo fielmente las ordenes de Carlos.

Reina de los Comuneros, 1520-1522. Los Comuneros trataron de conseguir el apoyo de Juana para así legitimar su movimiento. Escuchó sus argumentos, pero se negó a firmar cualquier documento de apoyo. Los Comuneros destituyeron al Marques de Denia, mejoraron notablemente su vida, le rindieron honores… a pesar de ello dejó claro que no se enfrentaría a su hijo.

La reina olvidada, 1522-1555. Tras la derrota de los Comuneros, Carlos repuso al Marqués de Denia como carcelero de Juana. Volvió el trato inhumano, las profundas depresiones y los episodios de rebeldía cada vez menos vigorosos. En sus “memorias”, Carlos dice que visitó a su madre tres veces, hoy sabemos que al menos fueron doce, la última en enero de 1942. ¿Por qué tan escasas visitas? ¿Por qué ese encierro tan riguroso si Juana no había mostrado  oposición al reinado de Carlos ni siquiera en época de las Comunidades? Ante las preocupantes noticias del abandono de sus tareas religiosas, Felipe (II) envió a Francisco de Borja para que se entrevistara con ella. Emitió un informe demoledor para sus carceleros. Este religioso demostró que, con un trato más humano, podían obtenerse buenos resultados. Este es el camino que debieran haber seguido, pero ya era demasiado tarde. La Reina que nunca reinó murió en Tordesillas el 12 de abril de 1555 tenía 76 años de edad.


Ayudan a comprender y contextualizar el texto una amplia cronología, reproducciones de obras de arte, fotografías, mapas…


La obra en la Web de la Editorial:

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