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viernes, 24 de mayo de 2019

II GUERRA MUNDIAL: DESEMBARCO DE LOS ALIADOS EN ANZIO

El avance de los aliados en la Península Italiana desde el sur hacia el norte se hizo muy lento. Para contener este avance, los alemanes se fortificaron en la "línea Gustav", al sur de Roma, a la altura de Montecasino, compuesta por casamatas, nidos de ametralladora, alambradas, campos minados... y todo ello favorecido por la escarpada orografía.

El plan americano consistía en atacar la línea Gustav de frente y, a la vez, realizar un desembarco  detrás de las líneas alemanas. Se eligió como lugar de desembarco Anzio a 57 Kms. de Roma y algo más de 100 kms al norte de la línea del frente. Se denominó Operación Shingle.

Historia del s. XX de H-16, tomo 17

Los ataques frontales a la línea Gustavo fracasaron  uno tras otro. En cambio, el desembarco en Anzio (iniciado el 22 de enero, 1944) pilló por sorpresa a los alemanes. En dos días habían desembarcado unos 50.000 soldados y 52.000 vehículos. 
Tropas norteamericanas desembarcando en las playas de Anzio

Pero la lentitud y vacilaciones del general Lucas permitió un contraataque alemán antes que los desembacados se alejaran mucho de la costa. El comandante alemán Kesselring envió los efectivos necesarios para contener la invasión.

John P. Lucas
El General Lucas, cuando podía llegar a Roma con cierta facilidad, decidió no avanzar y atrincherarse en espera de artillería pesada y más refuerzos. Su falta de imaginación y su apatía eran evidentes, no era el hombre más adecuado para dirigir esta operación. Tras  recibir fuertes presiones, Lucas se decidió atacar el 29 de enero. Fue un fracaso, no fueron capaces de romper el frente. Los alemanes machacaron a las fuerzas aliadas, utilizando nuevas armas: bombas planeadoras, el “Anzio-Express” (pieza de 280 mm., asentada en túnel de donde salía cada 20 minutos para lanzar dos proyectiles de 250 Kg.).

Ha quedado para la historia la frase de Churchill a propósito de esta operación: "Esperaba que la fuerza de desembarco se abalanzara sobre la costa como un gato montés y me encontré con que había llegado a la playa como una ballena varada".

Pocos meses más tarde (mayo), las tropas aliadas conseguirían romper el cerco, pero ante de ocuparme de estos voy a dedicar una entrada a la batalla de Montecasino.

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