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sábado, 25 de enero de 2020

BOMBARDEOS SOBRE LAS CIUDADES JAPONESAS ANTES DEL LANZAMIENTO DE LAS BOMBAS ATÓMICAS

En junio de 1944, los norteamericanos, con fortalezas volantes B-29, bombardearon Yawata, sede de la industria japonesa del acero. A medida que iban conquistando islas más cercanas a Japón disponían de bases desde las que poder efectuar bombardeos sobre ciudades japonesas. Cuando dominaron las islas Marianas (verano, 1944) dispusieron de unas bases extraordinarias para sus bombarderos (en octubre quedó lista la primera pista en la isla de Saipan).


Fortaleza volante B-29
En los últimos meses de 1944 comenzó el bombardeo de ciudades significativas japonesas con poca efectividad. Desde principios de 1945 se iban a intensificar los bombardeos, además se cambió de estrategia y se efectuaron durante la noche ya que los japoneses tenían pocos cazas nocturnos. Los b-29 realizaron unas 20.000 salidas en las que arrojaron 104.000 toneladas de bombas sobre las 66 principales ciudades japonesas y 29.400 sobre instalaciones industriales. Las bombas incendiarias causaban grandes daños sobre las viviendas japonesas construidas en buena parte con material fácilmente inflamable (madera y papel).

El bombardeo más intenso fue de Tokio en la noche del 9 al 10 de marzo de 1945. Unos  334 bombarderos norteamericanos B-29 lanzaron 1.665 toneladas de bombas incendiaras sobre la zona este de Tokio, arrasando un área de 41 kilómetros cuadrados (aproximadamente la cuarta parte de la ciudad). Lanzaron bombas de racimo que, al chocar contra el suelo, desprendía su contenido de fósforo blanco y napalm. La temperatura de la ciudad subió hasta los 980 grados, llegó a hervir el agua de ríos, canales y estanques. El fuego consumió fácilmente unas viviendas de madera y papel (materiales adecuados para protegerse de los terremotos). Los bombardeos destruyeron 267.000 viviendas (un millón de habitantes pudieron quedar sin techo), ocasionaron la muerte a algo más de 105.000 personas y heridas a unas 400.000. Este bombardeo ha sido menos destacado al quedar eclipsado por las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, aunque en Tokio hubo más víctimas que en cada una de estas ciudades. Otras muchas ciudades (Kobe, Osaka, Nagoya...) corrieron la suerte parecida en los días siguientes. Estos bombardeos recuerdan a los efectuados hacía poco sobre Dresde y otras ciudades alemanas.




Vista aérea de Tokio el 10 de marzo. Fuente de esta imagen y la anterior:
https://www.eldiario.es/cultura/historia/Tokio-conmemora-bombardeo-mortifero-historia_0_365013619.html


A mediados de marzo se suspendieron los bombardos porque los americanos habían consumido toda la munición dedicada a esta operación. Repuesta la munición, se reanudaron. En julio se arrojaron tres veces más de bombas que en marzo.

Personas carbonizadas tras los bombardeos. Wikipedia
Estos bombardeos generaron, aparte de las destrucciones y muertos (en torno a 240.000 personas), un enorme pánico entre la población. Los americanos tomaron la costumbre de lanzar octavillas anunciando el bombardeo. Muchos japoneses abandonaron las ciudades  y se marcharon al campo (unos 8,5 mill.), esto trajo un colapso de la producción.

Estos bombardeos sobre población urbana, la gran mayoría civil, han suscitado un debate moral: ¿Fueron éticos?  ¿Fueron necesarios?


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