SANCHEZ ARANAZ, F. Breve historia de la guerra de Bosnia. Madrid: Nowtilus, 2019.
En otra entrada de este Blog,
escribí hace un tiempo: “La desintegración de la antigua Yugoslavia en
los últimos años del siglo XX, con sus violentos enfrentamientos, ha sido un
proceso que ha dejado muchos episodios vergonzosos para el género humano”. Este conflicto, otros en el pasado y los latentes en estos momentos son una muestra de
la incapacidad de los dirigentes políticos para buscar soluciones a los problemas
y conflictos mediante el diálogo y la negociación.
No se
puede entender la guerra de Bosnia sin conocer los antecedentes históricos de
los Balcanes. A esto dedica el autor los dos primeros capítulos de la obra: la
llegada de la población eslava en el s. VI, la pertenencia al Reino de Croacia
que en el s. XI pasa al Reino de Hungría, la ocupación del Imperio Otomano, la
cuestión de los Balcanes en la geopolítica de los sistemas de Bismarck, la
administración del territorio por Austria en 1908, el atentado de Sarajevo que
propició el comienzo de la I Guerra Mundial, la artificial creación de
Yugoslavia tras la Gran Guerra juntando un conglomerado de territorios, las
variadas situaciones y vicisitudes dentro de la II Guerra Mundial, la
proclamación de la República Federalista de Yugoslavia gobernada por Tito, la
enorme crisis económica en que se vio envuelto el país en los últimos años del
gobierno de Tito que, de alguna manera, abrió el paso al resurgir de los
nacionalismo desmembradores tras la muerte de Tito, la repercusión dela caída
del Muro…
El
grueso de la obra se dedica a analizar la guerra de Bosnia y Herzegovina, el
territorio de mayor complejidad étnica y religiosa de todos de la antigua
Yugoslavia. Etnia, religión y nacionalismo tres ingredientes que hicieron de
este conflicto algo muy complejo. El conflicto comienza con el referéndum de
autodeterminación en Bosnia y Herzegovina, celebrado a comienzos de marzo de
1992, que se saldó con más de un 99 % a
favor de la independencia (aunque no participó gran parte de la población
serbia, un 31 % en el territorio). Los serbobosnios, apoyados por Serbia,
comenzaron a atacar al nuevo Estado. El autor va a explicar con detalle el
desarrollo de esta larga y sangrienta guerra que comenzó en abril de 1992 y
finalizó a fines de 1995.
Algunas
cuestiones centran el relato de esta guerra. En primer lugar, el cerco y
continuo bombardeo de Sarajevo muy dilatado en el tiempo. Sarajevo, ciudad
mártir, se convirtió en un símbolo de las atrocidades de la guerra. La
resistencia de sus habitantes fue sobrehumana, sufrieron escasez de todo:
alimentos, agua, energía…. Aunque las tropas de la ONU se esforzaron por
mantener abierto el aeropuerto, los serbios dificultaron la llegada de la ayuda
humanitaria. Sarajevo no fue la única ciudad que sufrió en la guerra, fueron
objeto de brutales ataques Gorazde, Bosanski, Zvornik, Pale, Visegrad, Foca,
Banja Luca, Prijedor, Bihac… Ante la urgente necesidad de ayuda
humanitaria, la solidaridad internacional se puso en marcha, pero hubo desorganización
y descoordinación en el reparto, aparte de las dificultades derivadas de las
acciones serbias.
Una
de las grandes consecuencias del ataque serbio fue la existencia de casi dos
millones de desplazados (cifras del ACNUR), cuyas casas y posesiones fueron
ocupadas por los serbios. Una limpieza étnica en toda regla. Los chetniks
ultranacionalistas serbios campaban a sus anchas ejecutando, deteniendo,
deportando. A veces los serbios presionaron al ACNUR para que colaborara en las
deportaciones bajo la amenaza de ejecuciones si no eran deportados. También los
croatas protagonizaron episodios de limpieza étnica, por ejemplo en Mostar. Los
países occidentales se mostraron muy reticentes a recoger refugiados. El autor
se detiene en el caso de España, especialmente del País Vasco que es el territorio
que más conoce y en el que se encontró más implicado. Destaca la actuación de
personas e instituciones no gubernamentales en estas tareas de acogida.
Muchos
de estos desplazados acabaron en los casi cien campos de concentración
habilitados por los serbios en los que el mantenimiento de los derechos humanos
era la menor de las preocupaciones serbias: humillaciones, infraalimentación,
torturas, ejecuciones, etc.
Otro
aspecto que se analiza con detalle es la tímida reacción de la
comunidad internacional ante las grandes necesidades, las flagrantes
violaciones de los derechos humanos y la limpieza étnica. Las medidas de
embargo de armamento y la pretendida neutralidad de las tropas de la ONU (UNPROFOR)
iban a perjudicar más a los agredidos que a los agresores. El autor expone los
intentos de mediación y los puntos de vista y actuaciones de los Estados de la
Comunidad Europea, Estados Unidos (su intervención era vista por los bosnios
como su tabla de salvación), Rusia (que apoya a Serbia), Turquía, el mundo
islámico y otros países.
Una
gran importancia en el desarrollo del conflicto tuvieron las actuaciones del
régimen nacionalista serbio de Milosevic y la de Croacia que mantuvo fuerte
discrepancia con los musulmanes bosnios aunque, a la postre, apoyó a Bosnia y
Herzegovina. ¿Pretendió en algún momento
Croacia llegar a un acuerdo con Serbia para repartirse el territorio de Bosnia
y Herzegovina? Es verdad que en Serbia hubo algunas voces pacifistas (algunas manifestaciones contra
Milosevic), pero el nacionalismo exacerbado se impuso sin problemas dominando
el aparato del Estado y los medios de comunicación.
Se
explican los pasos para buscar una solución al conflicto: las poco efectivas
negociaciones de Londres en 1992 por las posiciones tan antagónicas de las
partes, las Resoluciones de la ONU que muchas veces cayeron en saco
roto, las intervenciones y propuestas de la Conferencia para la Integración de
los Balcanes en Europa celebrada en Valencia… La guerra entró en una nueva
dimensión en 1994 cuando el ejército croata decidió intervenir activamente. Los
serbios comenzaron a retroceder, aunque aún protagonizaron algunas masacres
como la de Sebrenica donde asesinaron a 8000 personas (la mayoría musulmanes)
en julio de 1995 (las escalofriantes imágenes que se conocieron contribuyeron a
despertar la simpatía internacional por el pueblo bosnio) o algunos ataques a
Sarajevo como el del 28 de agosto con varios muertos. Ante estos hechos, la
respuesta de la OTAN fue la Operación Fuerza Deliberada que consistió en
ataques directos a Serbia la que obligaron a aceptar un alto el fuego e iniciar
una negociación en firme. En diciembre de 1995, se firmaron en París los
acuerdos que se habían alcanzado el mes anterior en Dayton. Estos acuerdos
establecían la unidad de la República de Bosnia y Herzegovina como una
confederación de dos entidades: La Federación de Bosnia y Herzegovina
(croata-musulmana) y la República de Srpska (serbia). Así finalizo esta larga y cruenta guerra dejando 97207 muertos y
casi dos millones de desplazados. ¿Cómo
pudo aparecer tanto odio entre comunidades que, hasta ese momento, habían
convivido sin mayores problemas? ¿Cómo pudo Serbia ser protagonista de tanta
barbarie?
Dedica un capítulo a una
reflexión sobre lo que supuso la guerra de Bosnia para los movimientos
pacifistas para los que siempre hay una solución para un conflicto antes que emplear
la violencia. ¿Se podía hacer una excepción y ver bien una intervención militar
en Bosnia ante las masacres y la limpieza étnica protagonizadas por los
serbios? Hace un repaso a la posición de algunos grupos y personas españoles.
Finaliza la obra con dos
interesantes apéndices: uno sobre la lucha de los albaneses en Kosovo y un
segundo sobre el islam en los Balcanes
La obra en la Web de la
Editorial:
profe usted es tremendo crack!!!!!!! si apruebo es por su página.
ResponderEliminarA ver si es verdad que apruebas. Suerte
ResponderEliminarMis abuelos estuvieron en la segunda guerra mundial . Son serbios y me gusta saber más de mis raíces y lo que vivieron
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