ALEMANY,
A.: “Todos los caminos llevan a los
polos. 20 historias de mujeres en las regiones frías”. Ediciones Casiopea.
Madrid, 2018.
“Todos los caminos llevan a los polos” es el relato de sorprendentes
historias biográficas de una serie de mujeres que tienen en común su pasión por
las regiones heladas del Planeta, el Ártico y la Antártida, es decir, el entorno
de ambos Polos y los Polos mismos. Unas zonas alejadas de la presión del ser
humano, pero que sienten los efectos de sus acciones en otras partes del
Planeta. Son historias de mujeres que buscaron realizar su sueño de adentrarse
en estas regiones y llegar a unos lugares que parecían reservados a los hombres
o que dedicaron un tiempo de su vida a investigar en estas heladas latitudes
cuestiones medioambientales que afectan a toda la Tierra. Mujeres que, dejando
su mundo y sus seres queridos, no dudaron en enfrentarse a múltiples incomodidades,
al frío extremo y sus peligros (congelaciones), al cansancio, a la soledad y el
silencio, a situaciones peligrosas, etc., demostrando una forma física
envidiable para vivir situaciones límite y una gran fortaleza para controlar
sus capacidades mentales y emocionales. Son
todas las que están en el libro, pero, evidentemente, no están todas las que
son, Ana Alemany ha tenido que hacer una selección.
Un libro ameno, cuidadosamente
editado, con unas impresionantes fotografías, que nos traslada a unos
espectaculares paisajes habitados por una rica y singular fauna. Además de
entretener, ojalá sirva para concienciarnos de la necesidad de luchar para
frenar comportamientos que ponen en riesgo el fututo de los Polos, como escribe
Pilar Marcos en el prólogo “El camino a
los polos comienza en todas las naciones que podemos y debemos hacer algo para
frenar estos cambios y que sigan siendo el frigorífico que regula el clima
mundial”.
En el primer capítulo, “Abriendo camino”, el lector se encuentra
con la historia de dos intrépidas mujeres, apasionadas por el Ártico, que nos
dejaron testimonio gráfico y escrito de sus aventuras y vivencias. La primera Josephine Peary,
esposa de Robert Peary que presumiblemente fue el primero en llegar al Polo
Norte en 1909 (algo controvertido tanto en cuanto a si realmente llegó como a
los métodos empleados). Josephine fue la primera mujer que participó en una
expedición ártica (Groenlandia, 1891), después retornó al Ártico en varias
ocasiones, en una de ellas partió en avanzado estado de gestación y dio a luz en
un campamento situado a 77º 44´ N, la primera niña no esquimal nacida en
Groenlandia. La otra Louise Arner Boyd, una rica heredera que participó
en varias expediciones científicas en las costas de Groenlandia (estudio de
glaciares, fiordos, especies botánicas…) y también en la búsqueda de del
explorador noruego Amundsen en 1928. Tomó muchas fotografías y filmó muchos
metros de película, hoy documentos excepcionales. Sus conocimientos sobre
Groenlandia fueron muy valorados durante la II Guerra Mundial. En 1955 cruzó en
avión privado el Polo Norte, fue la primera mujer en hacerlo.
“Al servicio de los demás” es el título del segundo capítulo en el
que se narran la historia de unas mujeres que participaron en labores
científicas en la Antártida. María Campos que
fue oficial del BIO Sarmiento de Gamboa llegando a ser su capitana en 2016. Dirigió una
navegación difícil, entre icebergs y rocas, para dar apoyo a las bases
españolas en la Antártida. Laura Vidal participó
en expediciones en la Antártida a bordo del buque Hespérides. Jerri Nielsen cuyas ajetreada vida en la Antártida inspiró una
película y un capítulo de la serie House. Esta doctora, que solicitó un puesto
como responsable de la salud del personal de la Base Americana en la Antártida,
se autodiagnosticó un cáncer de mama estando en la base. Ante la imposible
evacuación inmediata tuvo, con ayuda de sus compañeros, que administrarse
quimioterapia “al estilo polar”. Uxua López y Ana
Payo, dos jóvenes científicas investigadoras elegidas para
participar en el Homeward Bound Project que pretende crear en diez años una red
de 1.000 mujeres para que tomen liderazgo y tengan capacidad de decisión en la
lucha contra el cambio climático.
“La llamada de la aventura”, capítulo tres, presenta la historia de
tres mujeres que no se asustaronn ante los retos arriesgados y difíciles. Dominick Arduin que sentía una pasión obsesiva por conquistar el
Polo. En su segundo intento por conquistar el Polo Norte geográfico acabó
perdida en algún punto del Ártico. Chus Lago, alpinista y exploradora que, en
diciembre de 2009, fue la primera mujer de
nacionalidad española en llegar al Polo Sur en solitario tirando de un
pesado pulka en un contexto de frío extremo. Eloisia Wild e Irene Lobo que participaron en la Ice Run, una difícil carrera de 2000 Kms. por Siberia en
una moto rusa con sidecar. Lo hicieron sin GPS, mapas, puntos de reagrupamiento
establecidos, reabastecimientos, sin 4x4 de apoyo… (hoy las condiciones son
bastante menos duras).
En el siguiente capítulo, “Vocación científica” Ana Alemany recoge las
historias de una serie de mujeres que han realizado una enorme labor científica
en las regiones polares, mayoritariamente en la Antártida. Pepita Castelví a la que probablemente debamos que España tenga una
base en la Antártida (Juan Carlos I), condición para su ingreso en el Tratado
Ártico Antártico. Al ser nombrada directora de esta Base se convirtió en la
primera mujer directora de una base en
la Antártida. Cuatro biólogas españolas (Ana Ramos, Carmen Piñeiro, María Giráldez y Milagros Millán)
participantes en la Campaña “Antártida-8611”
para estudiar los fenómenos físico-químicos, la biología y la tectónica de la
zona (también tenía objetivos económicos relacionados con la actividad
pesquera). Henar
Roldán estudiosa de los pingüinos. Cayetana Recio varios años investigando en la base Gabriel de
Castilla en la isla Decepción. Vanessa Jiménez y Belén Rosado cuya labor, por separado, ha sido escuchar y observar
la actividad del volcán de la Isla Decepción y computar los datos obtenidos. Mar Fernández estudiosa del papel de las algas del Ártico en la
fijación de carbono. La bióloga Josabel Belliure que,
en la base Gabriel de Castilla de la Isla Decepción, estudia el pingüino
barbijo, animal del que se confiesa enamorada.
El último capítulo, “Una vida diferente”, se ocupa de mujeres
como Macarena
Villareal y Sara Ulloa que pasaron
dos años con sus familias en Villa las Estrellas, un poblado chileno, único
asentamiento civil en la Antártida. Bárbara Hillary que,
tras una vida dedicada a ayudar al prójimo, sintió la llamada de los Polos,
pisó el Polo Norte en abril de 2007 con 76 años (a pesar de tener reducida su
capacidad pulmonar a causa de un cáncer que había padecido) y en enero de 2011
hizo lo mismo en el Polo Sur (la primera afroamericana en hacerlo). María del Carmen
Domínguez que ha dedicado muchos días
de su vida al estudio del comportamiento de los glaciares y del efecto del
calentamiento global en los mismos. Hha colaborado en la creación de GLACKMA
(Glaciares, Criokarst y Medio Ambiente) para estudiar los efectos del
calentamiento global en los glaciares con estaciones en la Patagonia, la
Antártida, el Ártico, Islandia y al norte de los Urales.
Ficha e índice del libro en
la Web de la Editorial:
Gracias Pedro
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Pilar TEjera