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lunes, 18 de junio de 2018

PASOS HACIA LA II GUERRA MUNDIAL (VII): CRISIS DE LOS SUDETES, CONFERENCIA DE MUNICH, DESMEMBRACIÓN DE CHECOSLOVAQUIA

Checoslovaquia era un estado nuevo, un tanto artificial, que surgió de la descomposición del Imperio Austro-Húngaro en los tratados que pusieron fin a la I Guerra Mundial. Un país poco cohesionado compuesto por cuatro grandes territorios (Bohemia, Moravia, Eslovaquia y Ruteria) y habitado por una gran diversidad de grupos diferentes social y étnicamente (6.000.000 checos, 3.000.000 eslovacos, 3.350.000 alemanes concentrados en la zona de los Sudetes, 750.000 magiares, 500.000 rutenos y 90.000 polacos. Son cifras aproximadas, pueden variar dependiendo de los autores).

Fuente Wikipedia
Tras la anexión de Austria por Alemania, la situación de Checoslovaquia era muy comprometida al estar en el punto de mira de Hitler. En el país existía un movimiento pan-germánico que se convirtió en un movimiento pro-nazi dirigido por Konrad Helein. Hitler se reunió con Helein (marzo, 1938) para pedirle que presentase exigencias a su gobierno más allá de lo que pudiese aceptar, así lo hizo Helein en abril de 1938 que planteó unas peticiones al presidente Benes: autonomía para las zonas de habla alemana, compensaciones a la minoría alemana por lo que habría sufrido desde 1918 y total libertad para que en los Sudetes se pudiera tener la nacionalidad alemana. 

Los Sudetes eran una zona industrial y fortificada que, históricamente nunca había estado unida al Imperio alemán. En Alemania comienza una campaña para la anexión de la zona. En la semana del 20 de mayo de 1938, Checoslovaquia movilizó su ejército sosteniendo que Alemania estaba reuniendo tanques en su frontera. Las declaraciones de Francia, la URSS y Gran Bretaña detuvieron momentáneamente a Hitler. La tensión volvió a aparecer en septiembre, tras un discurso de Hitler el día 12 en Nurembarg. El Gobierno de Praga decretó la Ley Marcial. Francia aceptó la mediación inglesa en esta cuestión, Checoslovaquia también tuvo que aceptarla. La URSS quería ser intransigente con Alemania, pero las potencias occidentales confiaban poco en la fuerza militar rusa, además su situación no era la más idónea para defender Checoslovaquia. Polonia, por su parte, no se mostró partidaria de dejar pasar por su territorio las tropas rusas que fueran a defender a Checoslovaquia.

Se iniciaron negociaciones sobre el tema. Chamberlain acudió a Alemania (15 de septiembre) buscando un arreglo pacífico, allí Hitler le comunicó que la incorporación de los Sudetes era la única salida honorable para el Reich. La URSS recelaba de este encuentro pues creía que Inglaterra alimentaria los deseos alemanes sobre la URSS para así evitar la amenaza germana sobre el continente europeo. Chamberlain convenció al francés Daladier para tener una reunión en la que discutir la cuestión de los Sudetes. Ambas potencias convencieron a Benes para que aceptara. En una nueva reunión (22-23 de septiembre), Hitler anunció al premier inglés que no estaba dispuesto a negociar y le dio un plazo de tres días para que le entregaran los Sudetes.


HITLER Y LA CUESTIÓN DE LOS SUDETES
"Henos aquí ahora en presencia del último problema de debe ser y será resuelto (aplausos prologados en la sala). Es la última reivindicación territorial que tengo que formular en Europa, pero es una reivindicación a la que no renuncio".
(...) "Durante veinte años, los alemanes de Checoslovaquia y el pueblo alemán del Reich han tenido que contemplar este espectáculo. Más bien, han sido forzados a permanecer como espectadores: no es que el pueblo alemán haya aceptado esta si-tuación, es que sin armas, no podía ayudarles contra los que les martirizaban.
¡Y el mundo de las democracias se indigna! Hemos aprendido en estos años a despreciar a las democracias mundiales. En toda Europa, sólo hemos encontrado un único Estado que fuera una gran potencia europea y, a la cabeza de ese Estado, un sólo hombre que ha sido comprensivo con los sufrimientos de nuestro pueblo: ¡mi gran amigo Benito Mussolini! (La gente grita: ¡Heil Duce!)
Benes está en Praga, y está convencido que no le puede ocurrir nada porque tiene detrás de él a Francia e Inglaterra (hilaridad prolongada). Conciudadanos, creo que ha llegado el momento de hablar claro. No se puede negar el título de pacífico a los que han aguantado una vergüenza tal durante veinte años. Benes tiene un pueblo de siete millones de individuos tras él, y aquí hay un pueblo de setenta y cinco millones de hombres". (Aplausos entusiastas)
(...) "Le he asegurado, lo que vuelvo a decir aquí, que una vez que esté este problema resuelto no habrá más problemas territoriales en Europa... Yo declaro al pueblo alemán: en lo que concierne a la cuestión de los Sudetes, mi paciencia está al límite. Benes tiene en su mano la paz o la guerra. O bien acepta este ofrecimiento y da finalmente la libertad a los alemanes, o bien nosotros iremos a bucar esa libertad. Que el monde se de por enterado". Extractos de un discurso de Hitler pronunciado en el Palacio de los Deportes de Berlin, 26.9.1938.

 
La guerra parecía inminente, los ingleses preparan su flota y los franceses completan la línea Maginot. La URSS animó a Benes a resitir prometiendole ayuda militar y, paralelamente  comenzó a presionar en la SDN para actuase para mantener la integridad de Checoslovaquia. Cuando todos esperaban la guerra de un momento a otro, Mussolini (recogiendo una idea de Chamberlain) propuso una conferencia para tratar sobre el tema. Esta idea fue aceptada por Hitler. Se iba a celebrar en Munich.

COMENTARIOS DE CHAMBERLAIN ANTES DE LA CONFERENCIA DE MUNICH
"Es horrible, increíble y fantástico que tengamos que cavar trincheras y preparar las cámaras antigás a causa de una disputa en un país lejano entre pueblos de los que no conocemos nada (...) No titubearía en hacer una tercera visita a Alemania si creyese que ello podía rendir algún bien (...) Soy pacífico hasta lo más hondo de mi alma. Es una pesadilla para mí pensar en un con-flicto armado entre las naciones; más si yo creyese que una nación había resuelto dominar el mundo por el terror y la fuerza, opinaría que había que resistir. Bajo tal dominio, la existencia no merecería la pena vivirla para gentes que creen en la libertad. Pero la guerra es terrible, y antes de entrar en ella necesitamos cerciorarnos de que lo hacemos porque se juega alguna cosa muy grande. Alocución radiada de Chamberlain el 27 de septiembre de 1938.


Participantes en la Conferencia de Munich
La Conferencia de Munich se reunió el 29 de septiembre de 1938. Acudieron Hitler, Mussolini, Daladier y Chambelain. En esta reunión se dio luz verde a Hitler para la ocupación de los Sudetes (unos 16.000 Km cuadrados) comprometiéndose a respetar la soberanía de la Checoslovaquia recortada territorialmente. Los funcionarios checos y muchas familias que ocupaban esta región tuvieron que abandonarla. Francia y Gran Bretaña cedieron para conservar la paz.

EL PACTO DE MUNICH
"Alemania, el Reino Unido de la Gran Bretaña, Francia e Italia han acordado, por lo que respecta la cesión del territorio de los Sudetes:
1. La evacuación deberá empezar el 1 de octubre.
2. El Reino Unido de la Gran Bretaña, Francia e Italia convienen en que la evacuación habrá de ser completada para el 10 de octubre, sin que se haya efectuado el desmantelamiento o destrucción de cualquier clase de instalaciones.
3. Los pormenores relativos a la evacuación serán fijados por una comisión interna-cional (…).
4. La ocupación escalonada comenzará en los días 1 y 2 de octubre.
5. La comisión internacional a la que se hace referencia en el párrafo número 3 visitará los territorios en los calles se deberá efectuar un plebiscito. Dichos territorios serán ocupados por tropas neutrales hasta la terminación de dicho plebiscito (…).
6. La comisión internacional fijará inmediatamente la línea fronteriza entre los territorios anexionados y la potencia que toma posesión de ellos (…).
7. El Gobierno checo, en un plazo de cuatro semanas, licenciará de sus unidades militares y policíacas a todos los Sudetes alemanes que deseen separarse de las mismas (…)."
Hitler, Chamberlain, Daladier y Mussolini. Munich, 29 de Septiembre de 1938

 

En la Conferencia no estuvieron presentes los checos, tampoco  la URSS. Stalin sacó la conclusión de que la URSS no contaba en el juego de las potencias y siguió temiendo que su país fuera una próxima moneda de cambio como lo había sido Checoslovaquia en Munich.

Chamberlain a su llegada a Londres
Chamberlain regresó triunfalmente a Londres, presentó el documento del acuerdo con la firma de Hitler como garantía de paz (“Es la paz para nuestra época”). ¿Pensaba realmente que era la última oportunidad para la paz? 

"El acuerdo sobre el problema checoslovaco, que acaba de ser conseguido es, desde mi punto de vista, únicamente el preludio de un acuerdo más amplio en el que toda Europa podrá encontrar la paz. Esta mañana he tenido otra charla con el canciller alemán, el señor Hitler, y aquí está el documento, que porta su hombre y el mío. Algunos de ustedes, quizás, ya han oído qué contiene, pero me gustaría leérselo: ‘Consideramos el acuerdo firmado anoche y el acuerdo naval anglo-germánico como un símbolo del deseo de nuestros pueblos de no volver a entrar en guerra entre ellos". Palabras de Chamberlain nada más aterrizar en el aeropuerto (30 de septiembre de 1938)

Daladier, cuando regresó a París, fue recibido con entusiasmo, él pensaba que lo sería a pedradas.  

Churchill calificó la Conferencia de desastre y de preludios de Guerra y pronunció una frase profética: "os han dado a elegir entre la indignidad y la guerra. Habéis elegido la indignidad y ahora tendréis la guerra".

 
DOS VISIONES DE LA CONFERENCIA DE MUNICH
"En Francia, no hay un hombre ni una mujer que niegue a N. Chamberlain y a E. Daladier su justo tributo de gratitud. La guerra ha sido descartada. El fantasma se aleja. Se puede recuperar el trabajo y recobrar el sueño. Se puede gozar de la belleza del sol de otoño". Leon Blum: Le Populaire, 1 de octubre de 1938

"Estamos frente a una catástrofe de primera magnitud, que acaba de sorprender a Gran Bretaña y a Francia. No cerremos los ojos ante este espectáculo. Ahora debemos hacernos a la idea de que todos los países de Europa Central y Oriental se arreglarán con Alemania lo mejor que puedan. Se ha arruinado el sistema de alianzas de Europa Central sobre el que Francia fundaba su seguridad." Discurso de Churchill tras el acuerdo de Munich.


Estos dos periódicos del 30 de septiembre son un ejemplo de las dos posturas frente a la Conferencia

Praga: una mujer llorando hace el saludo 
nazi al paso de las tropas alemanas

Churchill tenía razón. El presidente checo Hacha fue llamado a Berlín, en una tensa reunión, Hitler le exigió la libre entrada de tropas alemanas en el país con la amenaza de bombardera Praga. Hacha, que sufrió un ataque de corazón durante la entrevista, accedió para evitar una masacre El 15 de marzo de 1939, las tropas alemanas ocuparon Praga. Acto seguido, Hitler desmembró Checoslovaquia: estableció un protectorado en Bohemia y Moravia y, para contentar al  nacionalismo eslovaco, declaró a Eslovaquia independiente bajo un régimen pro-nazi. Checoslovaquia fue desmembrada en más partes: Polonia ocupó Teschen y  Hungría ocupó la zona sur de Eslovaquia y luego Rutenia.

 

Fuente: Historia dels. XX de Hª 16. Tomo 14


Hitler no se contentó con esto: se anexionó Memel (marzo, 1939) y anunció sus exigencias sobre Danzig y el pasillo polaco.

Editorial Santillana

Ante tanta exigencia y violaciones de los acuerdos, Gran Bretaña anunció que estaba dispuesta a ir a la Guerra ante la próxima agresión. Chamberlain declaró que la política de apaciguamiento había pasado, en un discurso el 17 de marzo reconoció haber sido engañado sistemáticamente por Hitler.



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