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lunes, 19 de febrero de 2018

LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LA ALEMANIA NAZI (I): PRIMERA ETAPA (1933-1936)

Los nazis no tuvieron un programa económico peculiar. Señala Michel que el corporativismo, la autarquía y la planificación sirven sólo para justificar su política " a posteriori". Su política fue una mezcla de intervencionismo y liberalismo manteniendo una buena relación con el gran capital de la que ambos salieron favorecidos.

POLÍTICA, ACTUACIONES Y RESULTADOS ECONÓMICOS DURANTE LOS AÑOS 1.933-1.936

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Schacht

El encargado de dirigir la economía fuer Schacht, hombre del "milagro económico alemán" que había devuelto la credibilidad al marco tras la crisis posterior a la Guerra. Este hombre era un conservador, pero no un nazi, primero Hitler le puso al frente del Reihcbank y desde 1934 se encargó del Ministerio de Economía. Puso en marcha un Plan Cuatrienal en el que el Estado intervenía activamente en la economía buscando su relanzamiento.

Un problema al que se prestó atención especial fue el del paro.  Los seis millones de parados de 1.933 se redujeron a cuatro al finalizar este año y casi se llegó al pleno empleo en 1.936. En los dos primeros años se gastaron 4.000 millones de Reichsmarks, o sea, el 3 % del PIB, en promover empleo. Se redujo el paro por varios métodos:
  • Obras públicas, se construyeron gran cantidad de autopistas y viviendas sociales. Por otra parte, estas obras trajeron un crecimiento enorme de la deuda del Estado. 
  • Aumento del número de miembros del ejército. En 1.935 se decretó el servicio militar obligatorio. Los 100.000 hombres del ejército previstos en Versalles eran 800.000 en 1.935 y 1.500.000 en 1.936. El general Jany llegó a decir que Alemania podría disponer, en caso de guerra, de 13 millones de soldados, de ellos cinco millones movilizados tan solo en 48 horas. 
  • Aumento significativo de la burocracia.
  • Potenciación de las industrias de armamento que absorbieron muchos trabajadores. 
  • Las mujeres dejaron de contabilizarse en las estadísticas oficiales, otro tanto sucedió con los judíos cuando perdieron la ciudadanía.

 Otro problema, el desequilibrio de la balanza de pagos. Para su solución Schcht adoptó una política de cierta autarquía que se consideraba como un medio temporal válido para llegar al equilibrio de los intercambios. Más tarde Göring creería en la autarquía como un fin en sí misma.


Respecto al comercio exterior se adoptaron medidas típicas, empleadas por otros países, para salir de la crisis:

  • Control de la salida de divisas, los importadores sólo obtienen divisas para comprar en el extranjero bajo la autorización del Reichbank. 
  • Acuerdos de trueque, especialmente con Europa Central, Oriente Medio y América Latina. 
  • Dumping: Se exporta a precios por debajo de los de coste, la diferencia con el precio real era abonada a los exportadores por una Caja de Compensación. 
  • Pago de los productos importados (generalmente materias primas) en productos industriales o alimenticios.
El resultado fue que la balanza comercial alemana pasó de déficit a superavit: los 284 millones de Reichmarks de déficit de 1.934 se convirtieron en 550 millones de superávit en 1.936.

Otro problema que tuvo que afrontar fue la deuda exterior que condicionaba la producción y la política monetaria (por ejemplo si se devaluaba el marco aumentaba la deuda). Se llegó a pagar a los acreedores en marcos bloqueados, que sólo servían para comprar en Alemania.

Schaacht quería relanzar la economía y, a lavez, controlar la inflación. Encontró un sistema para aliviarla: las llamadas Letras MEFO. Eran unos documentos, avalados por el banco de Alemania, que se debían aceptar como medio de pago en los intercambios cotidianos y así evitar la acuñación de más marcos. De esta forma se llegó a una circulación pseudomonetaria que NERE llega a calificar de "inflación no visible". En su lucha contra la inflación, Schacht quiso controlar el gasto público, llegó a posicionarse contra el rearme ilimitado. Estas ideas le granjearon enemistades y, a la larga, su destitución y sustitución por Göring.



El Estado potenció las industrias como la pesada, la de armamento, la de automóviles... favoreciendo la concentración indurial (trust, cárteles y Konzern) y bancaria.
Como balance de la recuperación industrial, se puede decir que ya para 1935 los límites de producción industrial estaban casi a la altura de antes de la depresión.


Respecto a la agricultura, señalar que era mucho más una preocupación ideológica que económica. Hitler definía al ario como guerrero y agricultor, así se fue conformando el mito del soldado-campesino. Los campesinos en 1.933 estaban cargados de deudas, para aliviar su situación se organizaron los mercados y se mantuvieron los precios lo que aseguró rentas decentes a los campesinos. Sin embargo el nazismo no abordó la reforma agraria ni el reparto de tierras que había prometido.

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