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martes, 20 de diciembre de 2016

LOS FASCIOS ITALIANOS DE COMBATE Y EL PROGRAMA DEL SANTO SEPULCRO


Los Fascios Italianos de Combate se fundaron en marzo de 1.919, en la convocatoria del acto fundacional se precisaba:

"El 23 de marzo no fundaremos un partido, sino que daremos impulso a un nuevo movimiento... el 23 de marzo crearemos el antipartido".

El 23 de marzo de 1919, se reunieron en la Plaza del Santo Sepulcro apenas unas 150 personas, la mayoría procedían de la izquierda revolucionaria, eran antiguos combatientes, Arditi, viejos anarquistas, ultracionalistas... un grupo heterogéneo al que unía el carácter violento de sus miembros. Elaboraron un Programa (conocido como Programa del Santo Sepulcro) que se autocalificaba de revolucionario e innovador. En realidad era bastante demagógico

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PROGRAMA DE SANTO SEPULCRO
¡Italianos!
He aquí, el programa de un movimiento puramente italiano. Revolucionario por ser anti dogmático y anti demagógico; fuertemente innovador por ser anti-prejuicioso. Nosotros ponemos la valorización de la guerra revolucionaria por encima de todo y de todos. Los otros problemas: burocracia, administración, jurídicos, escolares, coloniales, etc. Los delinearemos cuando organizamos la clase dirigente.

Por esto: NOSOTROS QUEREMOS PARA EL PROBLEMA POLÍTICO:
El sufragio universal con escrutinio de listas regionales con una representación proporcional, el derecho de voto y que puedan ser elegidas las mujeres.
La disminución de la edad mínima a 18 años y la de los diputados, a 25 años.
La abolición del Senado.
La convocatoria de una Asamblea nacional por un plazo de tres años, cuya primera tarea será la de establecer la forma constitucional del Estado.
La formación de un Consejo Nacional de trabajadores técnicos, de la industria, del transporte, la higiene social, de las comunicaciones etc. Electo por la colectividad profesional o por ocupación, con poderes legislativos y derecho de elegir un comisario general con poderes de Ministro.

PARA EL PROBLEMA SOCIAL: NOSOTROS QUEREMOS:
La promulgación de una ley de Estado que dé a todos los trabajadores una jornada legal de ocho horas de trabajo.
Salarios mínimos.
La participación de los representantes de los trabajadores en el funcionamiento técnico de las industrias.
La administración de las industrias y servicios públicos por las mismas organizaciones pro-letarias (cuando éstas sean dignas de ello, moral y técnicamente).
La rápida y completa sistematización de los servicios ferroviarios y todas las compañías del transporte.
Una modificación necesaria del proyecto de ley de seguridad de invalidez y de jubilación, en que se disminuya el límite de edad propuesto de 65 a 55 años.

PARA EL PROBLEMA MILITAR: NOSOTROS QUEREMOS:
La creación de una milicia nacional con breves periodos de instrucción con un rol defensi-vo.
La nacionalización de todas las fábricas de armas o explosivos.
Una política exterior nacional que sea puesta en valorización, en concordancia con la competencia pacífica de las civilizaciones, de la nación italiana en el mundo.

Para EL PROBLEMA FINANCIERO: NOSOTROS QUEREMOS:
Un fuerte impuesto extraordinario sobre el capital con carácter progresivo que tenga la forma de una verdadera expropiación de todas las riquezas.
La confiscación de todos los bienes de las congregaciones religiosas y la abolición de todas las bulas episcopales que constituyen una enorme responsabilidad para la Nación y un privilegio para unos pocos.
La revisión de todos los contratos de suministro en la guerra y el secuestro del 85% de las ganancias por la guerra.
Il Popolo d'Italia, 6 de junio de 1919


Los Fascios Italianos de Combate se fueron consolidando como un grupo paramilitar. Sus miembros lucían uniformes de color negro), de carácter violento y  de ideología ultranacionalista, antimarxista y antiliberal.

Poco a poco, se fueron organizando. El primer secretario de los Fascios fue A. Longoni, un aviador que había sido obrero ferroviario y sindicalista. Desde agosto de 1919 publicaron "Il Fascio", su órgano oficial, cuyo objetivo era ayudar a definir el movimiento.

El primer congreso de los Fascios se celebró en Florencia los días 9 y 10 de octubre de 1919. Se habían creado muchos Fascios por toda la geografía italiana. En el Congreso se prepararon las candidaturas para las próximas elecciones de noviembre. Mussolini estaba lejos de controlar este movimiento.


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