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miércoles, 20 de abril de 2016

CAVOUR, UN REFORMISTA CONSERVADOR IMPULSOR DE LA UNIFICACIÓN ITALIANA


Ya he señalado en otras entradas los nulos avances en el proceso de unificación italiana durante las revoluciones  de 1830 y 1848 a pesar de algunos éxitos efímeros. Cavour, un hombre de derechas, iba a tomar el relevo nacionalista y se iba a convertir en el principal artífice de la unificación. 

Cavour era hijo de un terrateniente. Durante algún tiempo se dedicó a introducir mejoras en las tierras de su padre mostrando su faceta de reformador.

Cavour era un monárquico, fiel servidor de la casa de Saboya. Era un liberal y reformador moderado, muy alejado de las ideas revolucionarias de Mazzini. No confiaba en las masas, por ello era partidario del sufragio restringido.

La libertad de prensa de 1.847 hizo posible que Cavour encontrara en la prensa escrita un cauce para expresar sus ideas nacionalistas. Se convirtió en redactor-jefe de la revista-periódico nacionalista “Il Risorgimiento” (su nombre evoca el deseo de Italia de resurgir a momentos de grandeza como el Imperio Romano o el Renacimiento) que se convirtió en portavoz del nacionalismo moderado. El principal objetivo de "Il Risorgimientoera crear una conciencia nacionalista entre la población y preparar el camino a una Italia unificada.

Cavour demostró ser un político que, para conseguir sus fines, no dudaba en emplear los medios necesarios, aunque aparentemente fueran contradictorios; por ejemplo, no quería la república, pero trabajaba solapadamente con los republicanos; tampoco era partidario de la guerra pero estaba dispuesto a hacerla para avanzar en la unificación; utilizaba al Rey para frenar al Parlamento y al Parlamento para frenar al Rey. Del mismo modo pueden interpretarse sus relaciones ambivalentes con Garibaldi.

En 1.850, Cavour era Ministro de Agricultura y Comercio del Reino de Piamonte. En 1852, fue nombrado Primer Ministro sustituyendo a su jefe, D`Azeglio, por medio de una maniobra parlamentaria. Desde el poder, intentó hacer de Piamonte un  Estado moderno, modelo de progreso y eficacia, al que resultara atrayente unirse en el proceso unificador. En este sentido, impulsó la construcción de líneas férreas, mejoró los puertos, procuró atraer  capital extranjero (francés e inglés, sobre todo) para impulsar la industrialización,  construyó canales de riego, potenció el librecambismo, modernizó el ejército y la marina, adoptó una política laica (separación de la iglesia y el estado, medidas desamortizadoras que le valieron el apoyo de los liberales, pero le enemistaron con los católicos...), etc. Estas medidas trajeron un desarrollo económico que, aunque lento, puso a Piamonte a la cabeza del resto de los estados italianos.

Respecto a la unificación, pensó que el primer paso era concienciar y entusiasmar al pueblo. Trató de hacerlo desde "Il Risorgimiento". Con el mismo objetivo creó La Sociedad Nacional Italiana para difundir y coordinar las labores en pro de la unificación. Concibió la obra unificadora como una operación matemática, con un programa rígido que había que ir cumpliendo poco a poco.

Consciente de la propia debilidad para conseguir sus fines, no dudó en buscar apoyo exterior. Pensó en la Francia de Napoleón III y en Inglaterra. Con este fin, introdujo a Piamonte en la Guerra de Crimea pensando poner sobre la mesa negociadora de la paz la "cuestión italiana". Tras esta Guerra, en el Congreso de París (1856), Piamonte no obtuvo compensaciones territoriales debido a su escasa participación en la lucha (es verdad que perdió 18.000 hombres, pero la mayoría fueron víctimas de la epidemia de 1.855), sin embargo destacó que su movilización impidió el ataque de Austria en los Balcanes y planteó que la situación pre-rrevolucionaria que se vivía en Italia se debía a la presencia y opresión austriaca.

En otra entrada, me ocuparé de sus realizaciones concretas en la primera fase de la unificación italiana.

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