La incorporación de nuevas técnicas y métodos de cultivo y el consiguiente aumento de la productividad en la agricultura favoreció el desarrollo de la industria. P. Bairoch, tras analizar los índices de desarrollo agrícola y desarrollo industrial de once países, ha señalado la intensa relación entre productividad agrícola y desarrollo industrial (ver resultados en Cipolla, C. M.: "Historia económica de Europa (3)". Edit. Ariel, Pág. 484.
También señala este autor la imposibilidad de un crecimiento industrial significativo sin un previo desarrollo de la agricultura. Así pues, para él, la revolución en la agricultura precede a las otras revoluciones.
La revolución agrícola favoreció el desarrollo industrial de varias formas:
- El capital acumulado en la agricultura (originado por el aumento de los excedentes) va a tener un papel relevante en la inversión industrial de los primeros momentos, especialmente en el textil. Muchos de los primeros empresarios de la Revolución Industrial tuvieron orígenes campesinos
- El aumento en la producción de alimentos fue un factor clave para el inicio y sostenimiento del crecimiento demográfico. Esto significa un aumento de la disponibilidad de mano de obra (al ser abundante es más barata) y un aumento de la demanda de productos industriales.
- La mecanización del campo, los nuevos métodos de cultivo y los cambios en la propiedad de la tierra (como los Cercados) ocasionaron un sobrante de mano de obra en el campo que tuvo que desplazarse hacia las ciudades industriales en busca de trabajo (éxodo rural): mano de obra barata.
- La demanda de nuevas máquinas agrícolas (en las que cada vez está más presente el hierro) contribuyó a estimular la industria del hierro y del acero. Dice Bairoch que fue la agricultura y no los ferrocarriles el "elemento esencial en el inicio de la moderna industria del hierro y del acero". Es verdad que el gran desarrollo de esta industria llegaría con el ferrocarril
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