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martes, 4 de agosto de 2015

PROCESO Y EJECUCIÓN DE LUIS XVI



Decreto de abolición de la monarquía

Desde la constitución  de la Convención se lanzaron duros ataques a la Monarquía. El más combativo fue SAINT JUST: "Luis ha combatido al pueblo... es un bárbaro... no puede reinar de forma inocente".  Sin embargo la monarquía seguía  teniendo respeto en una mayoría de Diputados. La cuestión de la monarquía dio un giro cuando, en un armario de hierro ubicado en las Tullerías, aparecieron documentos altamente comprometedores para el Rey, muchos comenzaron a separarse de la Monarquía. El 21 de septiembre, La Convención abolió la monarquía.

En octubre de 1792, Luis XVI fue detenido. Robespierre, el 3 de diciembre de 1792, proclamaba "Luis debe morir para que la Patria viva". Era curioso porque, en su trayectoria de abogado, siempre había defendido la abolición de la pena de muerte. Él justificó este cambio basándose no en principios jurídicos, sino en la razón de estado. 



DISCURSO DE ROBESPIERRE, DEL 3 DE DICIEMBRE DE 1792, EN LA CONVENCIÓN,
SOBRE EL PROCESO A LUIS XVI
"Aquí no hay posibilidades de hacer un proceso. Luis no es un acusado. Vosotros no sois jueces. Vosotros sois, no podéis más que ser hombres de Estado y representantes de la Nación. No dirigís una sentencia contra un hombre, sino que adoptáis una medida de salvación pública, un acto de providencia nacional... Luis fue rey y la República está ya constituida; la cuestión fundamental que os ocupa está resumida en estas palabras. Luis ha sido destronado por sus crímenes: Luis denunció al pueblo francés como rebelde, llamó, para castigarlo, a los ejércitos de los tiranos, compañeros suyos. La victoria y el pueblo han decidido que él sea el único rebelde. Luis no puede ser juzgado; está ya condenado. 
(...) Todas las hordas feroces del despotismo se disponen a desgarrar de nuevo el seno de uestra patria, en nombre de Luis XVI. ¡ Luis combate todavía contra nosotros desde el fondo de su calabozo !. Personalmente aborrezco la pena de muerte prevista por las Leyes; no tengo por Luis ni amor ni odio... Pero pronuncio esta sentencia fatal: Luis debe morir porque es necesario que la Patria viva... Pido a la Convención Nacional que
lo declare desde este momento traidor a la nación francesa, criminal contra la humanidad..."
ROBESPIERRE: Discurso a la Convención (3-XII-1792), en M. ROBESPIERRE (2005) "Por la felicidad y por la libertad", Barcelona, ed. El Viejo Topo, pp. 165-166


La familia real en el Temple
Los Jacobinos tenían prisa por llevar a cabo el proceso real porque consideraban al Rey el principal enemigo de la Revolución y querían llegar pronto a la República. Los Girondinos no mostraban prisa. Este asunto iba a agudizar la rivalidad entre Girondinos y Jacobinos.

El proceso comenzó el 11 de diciembre de 1792. Se inició con un ACTA DE ACUSACIÓN, leída por LINDET (un diputado no muy relevante), en la que se ponía de relieve la duplicidad en la actuación del Rey. El Rey respondió torpemente en el Proceso a pesar de que fue defendido valientemente por MALESHERBES, RONCHET y SEZE. Malesherbes tenía más de 70 años , tal vez por ello, no le importó mantener sus convicciones y defender al monarca aún sabiendo el peligro que corría (efectivamente en abril de 1794 fue ajusticiado)


Malesherbes

Los Girondinos intentaron salvar al rey, pero la firme posición jacobina fue determinante para su condena, SAINT JUST llegó a afirmar "si el Rey es inocente el Pueblo es culpable".

El 11 de enero de 1793, la Convención hizo a los diputados tres preguntas:

  • 1ª: si el Rey era culpable. Hubo bastante unanimidad (salvo unas pocas abstenciones) para declarar que el Rey era culpable contra la seguridad general del Estado
  • 2ª: Si la sentencia debía ser ratificada por el pueblo. Esto fue rechazado por una amplia mayoría (426 frente a 278).
  • 3º Cúal debía ser la la pena. La votación duró 36 horas, su resultado reflejó  la división de los diputados: 387 votos a favor de la pena de muerte (26 de ellos con indulto) y 334 en contra. El 18 de enero se votó sobre el indulto: fue rechazado por 380 votos frente a 310.


El verdugo Sanson enseña la cabeza del Rey a la multitud
El 21 de enero de 1793, a las 10 horas y 22 minutos, fue ejecutado Luis XVI. El verdugo, Sanson, estaba muy preocupado por cómo debía actuar en el traslado del reo y su ejecución, era normal, pues pequeños detalles podían acarrearle una acusación de trato favorable al monarca. La ejecución se llevó a cabo en medio de un gran despliegue de fuerzas de seguridad




La ejecución de Luis XVI

Por Ricardo Gullón

El Mercure de France (noviembre, 1951), publica un interesante artículo en el que Roger Goulard, basándose en documentos inéditos y particularmente en una carta de Charles-Henri Sanson, verdugo de París y ejecutor de Luis XVI, precisa con dramáticos detalles cómo se desarrollaron los últimos momentos del infortunado monarca.
El rey fue llevado en carroza hasta el lugar en donde se alzaba la guillotina y se negó enérgicamente a dejarse atar las manos a la espalda no cediendo sino ante los ruegos del Abbé Edgeworth, que le asistía en aquel trance. El verdugo le cortó los cabellos, que le caían sobre el cuello, y le llevó hasta la guillotina, haciéndole marchar hacia atrás para que no viera el tremendo aparato.
El príncipe -escribe Roger Goulnard- forzando la voz dijo en ese momento: "Pueblo, muero inocente". Después, volviéndose hacia Sanson y sus ayudantes, añadió: "Señores, soy inocente de cuanto se me imputa- Deseo que mi sangre pueda cimentar la felicidad de los franceses" Tales fueron las «últimas y verdaderas palabras de Luis Capeto», escribió Charles-Henri el 20 de febrero, al director del periódico El Termómetro del día, donde su carta se publicó en la siguiente jornada.
Charles-Henri y su hijo y ayudante tumbaron vivamente al rey boca abajo sobre la báscula, y necesitaron emplear toda su fuerza para sujetarlo, porque se debatía enérgicamente. Aunque sólidamente atado con cuerdas, aún se movía, pese a los consejos del sacerdote, que le recomendaba se calmara.
Unos segundos después, a las diez y veinte exactamente, cayó el cuchillo, «ahogando un gran grito de la desventurada víctima».
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/02461629767713721754491/p0000001.htm#I_0_

"La ejecución del rey, el 21 de enero de 1793, causó una profunda impresión en el país y llenó a Europa de estupor" (...) La muerte del rey hería a la realeza en su prestigio tradicional y casi religioso: Luis XVI había sido ejecutado como un hombre ordinario. La monarquía estaba constituida por derecho divino. La Convención había quemado las naves detrás de ella. Europa desencadenó una guerra implacable contra los regicidas. El conclicto entre la Francia revolucionaria y la Eurpa del Antiguo Régimen, entre los girondinos que habían intentado todo para salvar al rey, y los montañeses llegó al paroxismo" (Soboul)




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