"Hitler detestaba Berlín. No era Viena, ni era París, sino una ciudad llena de monstruos vanguardistas construidos por Bruno Taut, Erich Mendelsohn y Walter Gropius", explica Peter Adam, uno de los primeros estudiosos del arte del Tercer Reich (...)
Dispuesto a poner remedio, en 1933 escribió una lista de edificios que deberían ser construidos en Berlín, comenzando por un estadio olímpico gigantesco y el diseño de enormes avenidas axiales, flanqueadas por edificios del partido y apropiadas para los desfiles triunfales. En 1934 habló por primera vez de un gigantesco arco del triunfo y de una sala de congresos capaz de albergar a 180.000 personas. Aquel mismo año dio comienzo la construcción del aeropuerto de Tempelhof (....)
Dispuesto a poner remedio, en 1933 escribió una lista de edificios que deberían ser construidos en Berlín, comenzando por un estadio olímpico gigantesco y el diseño de enormes avenidas axiales, flanqueadas por edificios del partido y apropiadas para los desfiles triunfales. En 1934 habló por primera vez de un gigantesco arco del triunfo y de una sala de congresos capaz de albergar a 180.000 personas. Aquel mismo año dio comienzo la construcción del aeropuerto de Tempelhof....
Maqueta del futuro Berlín |
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Los delirios de grandeza son muy frecuentes entre los dictadores. Acostumbrados a la obediencia sin rechistar y a ser considerados en su entorno como dioses. Caudillos por la gracia de Dios o del destino, padres salvadores de la patria o de la revolución, que llenan calles y plazas de estatuas propagandísticas de su ego y acometen obras faraónicas, expresión de su grandeza como el Valle de los Caídos o el rascacielos que proyectaba Mussolini, o también el “Palacio de los Soviets” de Stalin.
ResponderEliminarO Hitler con su "capital del mundo".
http://www.latinajadediogenes.blogspot.com.es/search/label/Delirios%20de%20grandeza
Un saludo.
Tienes razón, Cayetano. Gracias por tu comentario y por el enlace a tu entrada que es bastante más completa.
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