En esta carta (que permaneció oculta setenta años) vierte opiniones que luego llevaría a la práctica en los años que gobernó Alemania, por ejemplo:
“el antisemitismo que se alimenta de razones puramente emocionales siempre encontrará su expresión en la forma de pogroms
(ataques violentos contra judíos). Pero el antisemitismo basado en la
razón debe llevar al combate y a la suspensión sistemática de los
privilegios de los judíos… Su objetivo final, sin embargo, debe ser la
eliminación sin compromisos de los judíos como tal”.
Normal. Hitler no estaba loco, pero era un paranoico, tenia perfectamente delimitados sus intereses y ello incluia acabar sistemáticamente con todos los arquetipos de personas, razas o estratos sociales que él consideraba habían contribuido a hundirle para evitar conseguir sus objetivos.
ResponderEliminarLo que si es evidente y viendo lo que organizó después es que la voluntad lo puede todo.
Si Hitler fue un loco lo dejo a los especialistas. Lo peor que que hubo otros "locos" que le acompañaron en su misión criminal, algunos de ellos líderes políticos como von Pappen y una parte importante de la sociedad alemana que se dejó cegar por el nacionalismo (chauvinismo díría un francés) y se entregó a alguien que no quería redimir a Alemania, sino hundir al mundo.
ResponderEliminar