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martes, 24 de agosto de 2010

El viento derriba el castaño que Ana Frank veía desde su escondite

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En tres lugares del Diario se menciona este castaño:

Querida Kitty:
Desde ayer hace buen tiempo, y me siento completamente cambiada. Cada mañana voy al desván donde trabaja Peter y donde el aire de afuera refresca mis pulmones saturados de moho. Desde mi sitio preferido, en el suelo, miro el cielo azul, el castaño aún desnudo, en cuyas ramas brillan las gotitas de lluvia, las gaviotas que cortan el aire con su vuelo rápido. 23-02-1944

Tras un invierno prolongado estamos teniendo una primavera magnífica: el mes de abril es espléndido, ni demasiado calor ni demasiado frío, con algún pequeño chaparrón de vez en cuando. El verdor de nuestro castaño va desplegándose y, aquí y allá, hasta se ven pequeños frutos. 18-04-1944

Mi muy querida Kitty:
Ayer, por fin, fue el cumpleaños de papá, coincidiendo con sus diecinueve años de matrimonio. La sirvienta no estaba en la oficina, y el sol brillaba como no lo había hecho todavía en 1944. Nuestro castaño está todo florecido, de arriba abajo, sus ramas pesadamente cargadas de hojas, y mucho más hermoso que el año pasado. 13-05-1944

3 comentarios:

  1. Pues sí que es una pena. Lo lamenté mucho cuando lo leí en el periódico ayer. Pero nada dura eternametne, y este árbol creo que tiene "hijos" repartidos por muchas partes, como si sus ramas quisieran recorrer el mundo, como si su espíritu quisiera estar en todas partes, recordando así la figura de Ana.
    Espero que ese tronco vuelva a crecer lleno de fuerza.

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  2. Hola! No sabía de la existencia de este castaño, qué historia tan triste la de Ana Frank. Hay otro relato que he conocido hace poco y también me ha entristecido mucho, la corta vida de Tatiana Savicheva durante el sitio de Leningrado.
    También quedaron unas letras suyas, seis páginas de un cuaderno donde apuntó la muerte de todos sus familiares hasta que sólo quedó ella.
    Son unas historias tristísimas, un saludo :)

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  3. La naturaleza no perdona, jejeee.

    Curiosa esta chica, Ana Frank, que escribió parte de su diario con bolígrafo cuando este aún no era comercializado.

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