viernes, 27 de diciembre de 2019

RESEÑA DE "BREVE HISTORIA DE LA NAVIDAD"


GÓMEZ FERNÁNDEZ, F. J. Breve historia de la Navidad. Madrid: Nowtilus,  2019.

La lectura de esta obra, muy apropiada en estas fechas, ayuda a entender muchos aspectos de las festividades de la Navidad, desde la Nochebuena hasta la fiesta de Reyes. Unas antiquísimas fiestas esencialmente religiosas (con su liturgia, ritos y celebraciones), pero también con un fuerte contenido social y unas variadas manifestaciones culturales (arte, literatura, música popular y clásica, gastronomía, etc.). El autor hace un repaso histórico en el que aborda cómo se gestó la Navidad, el papel de sus principales protagonistas y cómo han ido evolucionando hasta la actualidad sus celebraciones litúrgicas  y populares.

Curiosamente, los cristianos del s. I no celebraban la Navidad, estaban más preocupados por la segunda venida de Cristo que creían cercana. Durante el s. II, la cueva de Belén, el lugar del Nacimiento, comenzó a tener un fuerte significado religioso y se llegó a determinar su ubicación. A pesar de ello, a fines de este siglo, los cristianos seguían sin celebrar la Navidad. Es más, las comunidades cristianas, en el s. III, seguían sin fijar la fecha del nacimiento de Jesús, para determinar la fecha del 25 de diciembre hubo que esperar al s. IV. ¿Cómo se llegó a esta fecha? El autor explica algunas teorías como la que sostiene que se eligió este día para sustituir la fiesta pagana dedicada al Sol Invictus que Roma fijó en el 25 de diciembre, o la que señala que el objetivo fue acabar con las Saturnales romanas, incluso la que llegó a esta conclusión partiendo del día de la muerte de Jesús que pudiera haber sucedido un 25 de marzo.

La Edad Media fue una época fundamental para la fijación de las festividades navideñas. He aquí algunos datos que lo avalan: se configuró el Adviento como un periodo de meditación y preparación religiosa; se consolidó la celebración litúrgica de la Misa del Gallo; apareció la devoción al “pesebre” (que se consolidó desde el s. VII) y comenzaron las primeras colocaciones de los mismos; se representaron Autos de Navidad, unos dramas litúrgicos también denominados Autos Sacramentales, que experimentan un fuerte impulso desde el s. XI (en España es de espacial importancia el Auto de los Reyes Magos, una pieza antigua descubierta en 1783 de la que se conservan siete escenas  y que aún se sigue representando); comenzó la elaboración de figuras navideñas en Italia en el s. XIII, es decir apareció el belén  con sus figuras clásicas cargadas de fuerte simbolismo (el niño en la cuna o pesebre, María, José, el buey, la mula, los ángeles anunciantes, los pastores con sus rebaños, los Reyes…); también apareció el culto a los Reyes Magos. Teólogos y exégetas trataron de suplir la escasa información del Nuevo Testamento sobre los Reyes, en primer lugar se apresuraron a fijar su número en tres (lo que cuadraba bien con las tres ofrendas que, según los Evangelios, entregaron al Niño); se extendió de la devoción a San Nicolás (que acabaría transformándose más tarde Santa Claus y Papá Noel), su pusieron los primeros Árboles del Niño Jesús (de Navidad)… En fin, que las raíces de muchas de las celebraciones actuales hay que buscarlas en la Edad Media.

Algunas curiosidades sobre los Reyes Magos. En un mosaico de Rávena del año 520 los tres eran blancos, pero, en el tríptico de Covarrubias del s. XV, Baltasar ya es un hombre  de raza negra. ¿Se quiere simbolizar con este cambio el universalismo del mensaje cristiano? Otra curiosidad más, según la tradición los Reyes Magos fallecieron y fueron enterrados en Sava, cerca de Teherán. El autor explica cómo desde esta primitiva tumba sus restos (reliquias muy valiosas) acabaron reposando en la catedral de Colonia (Federico Barbarroja) después de pasar un tiempo en Constantinopla (Santa Helena) y en Milán (San Ambrosio).



Dedica el autor tres capítulos a la Navidad en el mundo hispánico en los siglos XVI al XVIII. Algunas novedades en las celebraciones: la cena de Nochebuena deja de ser una noche de ayuno y se convierte en un ágape copioso con viandas similares a las de hoy; hicieron su aparición los villancicos, unas composiciones de origen incierto que adquirieron un gran protagonismo que no han perdido hasta hoy; en el s. XVI, se popularizaron los belenes domésticos, en un ambiente religioso marcado por la Contrarreforma (en la elaboración de sus figuras llegaron a participar los mejores imagineros de la época); se generalizó la costumbre de hacer regalos... En América, la Navidad se celebró desde el primer momento de la llegada de los españoles, la liturgia y demás celebraciones fueron similares a las que se hacían en España con algún elemento de las culturas indígenas.



La llegada de los Borbones en el siglo XVIII no trajo grandes cambios en la celebración de la Navidad en España, aunque hay que señalar dos novedades del reinado de Carlos III: la puesta en marcha de la lotería cuyo principal sorteo pronto se identificó con la Navidad y la gran acogida de los belenes hispano-napolitanos por el impulso del propio monarca.

El último capítulo está dedicado a la Navidad desde comienzos del s. XIX a nuestros días. La importancia de la Navidad no ha decaído a pesar de que en la sociedad hay una creciente presencia de ideas laicas y secularizadoras. Son  unas fiestas de reencuentro familiar lo que viene desde muy antiguo, se cantan villancicos (en 1818, en una pequeña población austriaca, se compuso Noche de Paz, tal vez el villancico más célebre de la Historia), se ponen belenes y el árbol, sigue teniendo su protagonismo el sorteo de la lotería, se organizan cabalgatas de Reyes en multitud de localidades españolas (la primera en Alcoy en 1887),  hace su presencia el cava (la primera botella data de 1879),  se hacen muy populares los mercados navideños en las calles de las ciudades, cobra protagonismo la figura de Papa Noel (una popular figura que es una transformación de San Nicolás), se toman las uvas acompañando a las campanadas de fin de año (en otros lugares hay costumbre diversas como la de comer lentejas en Italia), tienen gran éxito de los conciertos de Año Nuevo (especialmente el de Viena)….

Para acabar, un dato curioso que ilustra hasta donde llegó lo que solemos llamar “espíritu navideño”. En la Navidad de 1914, soldados británicos y alemanes, tras pactar una improvisada tregua, confraternizaron entre las dos líneas de trincheras lo que no gustó nada a los mandos. De modo similar, el 24 de diciembre de 1936, en la Guerra Civil española, soldados de ambos bandos pactaron una tregua en el monte vasco de Kalamua.



Una obra rigurosa, muy documentada y de lectura amena y entretenida que ayuda a descubrir el origen y aspectos relevantes de muchas de las celebraciones de estas fiestas.

La obra en la Web de la Editorial:



martes, 17 de diciembre de 2019

LOS KAMIKAZES

Fuente "La aventura de la Historia"

En la batalla del Golfo de Leyte aparecieron como fuerza organizada los Kamikazes. Kamikaze se ha traducido como “viento divino” que hace referencia a unos ciclones que impidieron entre 1273 y 1279 que Kublai Khan, invadiera Japón. Los japoneses no usan este término, para referirse a los Kamikazes utilizaron «Unidad Especial de Ataque Shinpu».

El 14 de octubre de 1944,  el vicealmirante Takijiro Onishi propuso en una reunión  organizar escuadrones de cazas Mitsubishi Zero, equipados con bombas de 250 kg. y pilotados por hombres dispuestos a perder la vida a cambio de causar el mayor daño posible a las embarcaciones enemigas (hundirlas o dejarlas una larga temporada fuera de servicio). Su misión era  estrellar su avión contra  portaaviones (objetivo especial), buques de guerra o de transporte de tropas. El primer ministro Tojo autorizó la creación de esta unidad. El 25 de octubre tuvo lugar el primer ataque kamikaze hundiendo el portaviones USS St. Lo

¿Quiénes fueron los kamikazes. Eran jóvenes pilotos (preferentemente entre 25 y 35 años), procedentes de la Fuerza Aérea (luego se reclutaron otros con menos experiencia), muchos de ellos voluntarios (hubo casos de kamikazes que fueron elegidos de forma más o menos obligada), procedentes de todas las clases sociales, de ideología patriótica ultranacionalista, admiradores del Código Samurai del Bushido,  educados en el culto al emperador y en la idea de la necesidad del sacrificio personal por el bien de la comunidad (conocido en la cultura japonesa como Yamatodashi). Muchos de estos pilotos se sintieron afortunados para llevar a cabo esta misión sin retorno, era un inmenso honor. Recibían una adecuada preparación sicológica en los días anteriores a su misión. No se elegía a los hijos únicos para no acabar con la estirpe familiar. De todas formas se solían tomar precauciones para evitar que un kamikaze intentase desertar o volver sin cumplir con su misión, la más usual era cargar combustible solo para la ida, algunas fuentes señalan también que se soldaban las cabinas para que no se les ocurriese amerizar o que, en un modelo de avión, las ruedas se desprendían después de despegar para impedir un aterrizaje en alguna isla (además, podían ser reutilizadas).

Un momento muy importante era el ritual del adiós:

Kamikaze con el hachimaki
"Varios fueron los rituales de los japoneses cuando partían a una muerte segura, aunque el más común fue recitar una oración justo antes de ingerir un cuenco de sake o vino de arroz durante una ceremonia llamada “Mizu Sakazuki” en la que se brindaba con el jefe de escuadrón. Normalmente se llevaba atado un pañuelo “hachimaki” a la cabeza, siempre con el disco solar “hinomaru” de la bandera de Japón o el círculo brillante “kyokujitsuki” de la Marina Imperial Japonesa, así como el dibujo de un crisantemo o diversos nombres de espíritus “kamis” inscritos, linajes familiares o personajes históricos como el samurái Kusunoki Masashige, famoso durante los años 1294-1336 por haberse convertido en un símbolo de la guerra y el honor. A esta vestimenta solía acompañar una katana, una pistola del modelo Nanbu, una bufanda, un trozo de arroz con tofu y un cinturón “Senninbari” que diseñaban a propósito las madres de los suicidas (las cuales recibían como recuerdo de sus hijos un sobre de papel con un poema, un mechón de sus cabellos y sus uñas cortadas). Por supuesto el grito de guerra empleado para tal fin fue el clásico “¡Banzai, Banzai!”. https://www.eurasia1945.com/protagonistas/ejercitos/kamikazes/



Escolares de Chiran despiden a los kamikazes que van a despegar
Ejemplos de cartas de Kamikaces poco antes de iniciar su misión:

“Queridos padres: Felicitadme. Me han ofrecido una espléndida oportunidad para morir. Este es mi último día. El destino de nuestra madre patria depende de la decisiva batalla en los mares del sur (Okinawa) donde caeré como lo hacen las flores de los cerezos lozanos. Seré un escudo para Su Majestad y moriré limpiamente con el jefe de mi escuadrón y otros amigos. Me gustaría poder nacer siete veces para castigar al enemigo cada una de ellas…”. Última carta del kamikaze Isao Masuo

“Sentía que el momento de transición entre la vida y la muerte se acercaba minuto a minuto. Abandoné mis esfuerzos por dormir y dejé que mis pensamientos divagaran. Mi corta vida de 21 años se mudará al mundo de la muerte mañana. Imágenes de mi alma siendo consagrada en el Templo de Yasukuni, sobre el incomprensible mundo de la muerte y otros pensamientos, venían y se iban. Pensé que había más cosas que quería hacer en mi vida, pero no estaba seguro de lo que quería hacer. No sabía qué, pero estaba seguro de que había mucho más aquí por disfrutar. Me sentí avergonzado al darme cuenta de que aún estaba muy atado a la vida después de tanto tiempo. ¡Qué cobarde! ¡Qué vergüenza de mí mismo!”.
Goro Nagamine la noche anterior a un ataque suicida.


 Dos formas de ataque de los pilotos kamikazes:



https://www.wsj.com/articles/photos-70th-anniversary-of-japans-first-kamikaze-attacks-1413859524


El USS Saratoga norteamericano tras el impacto de un avión kamikaze. Fuente: LA VANGUARDIA


Los kamikazes sembraron el terror entre las tripulaciones, especialmente en los primeros momentos. En su coorta hisyoria, infringieron elevadas pérdidas a la flota aliada: unos 7.000 muertos  y 10.000 heridos entre la tropa y marinería y el hundimiento de unos 50 buques de distinta naturaleza. Las cifras varían mucho según las fuentes, por lo que las señaladas anteriormente hay que tomarlas como aproximadas.

Pudieron morir unos 2.200 pilotos kamikazes.  Todos ellos se ganaron el honor de tener su nombre inscrito en el Santuario Yasukuni. Transcurrido un  tiempo tras la guerra comenzó a rehabilitarse su memoria, se les han ido erigiendo varios monumentos  y en 1975 se abrió  en su honor el Museo Chiran de la Paz.

Museo Chiran de la Paz


Hoy se puede decir que el proyecto kamikaze fue un rotundo fracaso. A pesar de las cifras de daños infringidos al enemigo hay que tener en cuenta  que solo un 18 % de los enviados lograron impactar contra algún barco enemigo. También hay que tener en cuenta que, a medida que pasaba el tiempo, la fuerza norteamericana era más eficaz en derribar los aviones y abortar el impacto y que los pilotos enviados eran más inexpertos, con menos horas de entrenamiento.






lunes, 16 de diciembre de 2019

II GUERRA MUNDIAL: LOS NORTEAMERICANOS RECONQUISTAN FILIPINAS

En el Pacífico, mientras el Alto Mando norteamericano  quería llegar cuanto antes al corazón de Japón, MacArthur quería recuperar Filipinas en primer lugar, quería cumplir la promesa que hizo al ser obligado por los japoneses a abandonar las islas: ¡Volveré! (Ver entrada en este Blog). El Presidente adoptó un camino intermedio y aprobó las dos ofensivas simultáneas.

Mac Arthur planteó dirigirse a Filipinas dominando antes las islas Gilbert, Salomon y Nueva Guinea. La operación de reconquista se planteó como una operación convergente entre las fuerzas de Nimitz y las del propio Mac Arthur. Para esta vasta operación, los norteamericanos prepararon una de las mayores concentraciones navales de todos los tiempos.

El primer obstáculo a salvar era el archipiélago de las Gilbert, sobre todo sus islas más occidentales: Makín y el atolón de Tarawa. Las Gilbert son un grupo de unos pequeños 15 atolones de naturaleza volcánico-coralina situados  mitad del Pacífico que, aunque parecían no tener gran interés militar,  una vez dominadas, sus aeródromos se convertían en una especie de portaviones. Para su toma, los americanos organizaron un gran dispositivo marítimo. Encomendaron la dirección al vicealmirante R. Spruance. Lo denominaron Operación Galvanic.

https://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?t=10569
El 20 de noviembre de 1943, unos 7.000 americanos iniciaron el ataque a Makin defendida por 800 japoneses que resistieron 4 días. Los norteamericanos ataron el atolón de Tarawa el  20 de noviembre de 1943, el combate duró hasta el 23. Los japoneses habían concentrado sus fuerzas en Betio, un pequeño islote de este atolón. El bombardeo de Betio fue de tal magnitud que dejó a la isla envuelta en una nube de humo que impedía la visibilidad de atacantes y defensores. La resistencia de los japoneses en el atolón ante un enemigo claramente superior fue intensa rozando casi lo irracional, causaron muchas bajas a los atacantes aunque ellos fueron aniquilados en casi su totalidad. Los japoneses tuvieron 4.690 muertos, sólo sobrevivieron un oficial, 16 soldados y 129 coreanos (muchos prefirieron la muerte a caer prisioneros). Los atacantes tuvieron 985 muertos en tierra y casi 700 en las dotaciones de los buques. Tantos muertos para conquistar un diminuto islote, alarmaron a la opinión pública norteamericana por lo que Nimitz, para evitar estas matanzas, decidió controlar solo las islas más importantes dejando las demás.

Una amplia información sobre la Operación Galvanic en Tarawa-Betio se puede encontrar en:
http://armada.mde.es/archivo/rgm/2017/07/rgm072017cap01.pdf


http://armada.mde.es/archivo/rgm/2017/07/rgm072017cap01.pdf


El siguiente objetivo importante fue Nueva Guinea.  La guarnición japonesa estaba muy debilitada porque se habían trasladado efectivos al Pacífico Central. Mac Arthur, con  la lección aprendida de las Gilbert,  empleó la táctica de “saltos de rana” en la costa (marzo-abril del 44). Tras un fuerte bombardeo, el 22 de abril del 44 desembarcaron en Hollandia y Aitape tomando los aeropuertos. El siguiente objetivo norteamericano fue Wakde que se conquistó en mayo. Las guarniciones japonesas quedaron muy mermadas, pero no todo iban a ser operaciones sencilla, por ejemplo en la cercana isla de Biak los defensores japoneses se habían fortificado en las zonas montañosas del interior lo que dificultó mucho el avance norteamericano. La toma de los tres últimos aeródromos japoneses en la isla de Noemfoor y dejó a los japoneses sin aviación y sin la posibilidad de recibir apoyo aéreo. El 15 de septiembre de 1944, los americanos tomaron Morota, isla al oeste de Nueva Guinea, que debía servir de base aérea. El camino a Filipinas quedaba despejado.



El General McArthur en Layte, 20-10-44. WIKIPEDIA
El primer gran combate por Filipinas tuvo lugar en la isla de Leyte que estaba en la mitad del archipiélago y su dominio podía dividir la resistencia japonesa. El día 20 de octubre de 1944, tras establecer una cabeza de playa, el general MacArthur desembarco en tierra de Filipinas: “¡He regresado!”. 

Los japoneses trataron de impedir el desembarco. Entre los días 23 y 26 de octubre de 1944 se libró la denominada   Batalla del Golfo de Leyteque en realidad furon cuatro batallas: del mar de Sibuyán, del estrecho de Surigao, del cano Engaño y de Sámar.  La superioridad del material americano se impuso pese a los errores de sus mandos, esto sumado a la pérdida del factor sorpresa japonés y diversos errores de losmandos determinó la suerte de estos enfrentamientos. El resultado fue desastroso para los japoneses que tuvieron unos 12.500 muertos y perdieron 4 portaviones, 3 acorazados, 9 cruceros, 9 destructores y unos 300 aviones. Un golpe muy duro para la Armada Imperial japonesa. Nada podía impedir la invasión de Filipinas. También fueron importantes las perdidas norteamericanas: 2800 muertos, tres portaviones, 3 destructores y unos 200 aviones. Para los americanos era más fácil reponer este material.

El portaviones japonés IJN Zuikaku, uno de los que acabaría hundido en la batalla


Algunos consideran a esta batalla como la mayor batalla naval de la II Guerra Mundial. En la batalla del Golfo de Leyte aparecieron como fuerza organizada los kamikazes (a ellos dedicaré la próxima entrada de este Blog) 

Tras la victoria en la Batalla del Golfo de Leyte, a los norteamericanos aún les quedaba un duro camino hasta llegar a Manila. El siguiente gran objetivo era la isla de Mindoro, al sur de Luzón, paso previo a la conquista de Luzón. El objetivo era dominar la isla y construirr un aeropuerto. El desembarco norteamericano (15.12.44) pilló por sorpresa a los japoneses que esperan el ataque en Negros o Panay. La toma de la isla fue una gran victoria norteamericana cuyas fuerzas sufrieron fuertes ataques de los kamikazes.


El 9 de enero de 1945, los marines norteamericanos desembarcaron en la costa sur de Luzón e iniciaron el avance hacia Manila. Un nuevo desembarco en la peninsula de Bataan permitió avanzar hacia Manila desde el norte. El general japonés Yamashita ofreció una fuerte resistencia que dificultó y retrasó el avance norteamericano. El 3 de febrero comienzó la Batalla de Manila, que se prolongará durante un mes. Se sucedieron una serie de intensos combates callejeros que se habían visto en ciudades europeas como Stalingrado pero no en el Pacífico. Más de 100.000 civiles filipinos murieron víctimas de los bombardeos norteamericanos y de las matanzas de soldados japoneses, una auténtica masacre. La ciudad intramuros quedó arrasada.

https://www.abc.es/historia/20131026/abci-manila-segunda-guerra-mundial-201310260933.html







viernes, 13 de diciembre de 2019

RESEÑA DE "LA MUJER QUE VISITABA SU PROPIA TUMBA. UNA HISTORIA DEL MANCHUKUO"

MOREJÓN, N. (con SUGAGUCHI, G.). La mujer que visitaba su propia tumba. Una historia del Manchukuo. Sevilla: Triskel, 2019

En esta obra se  narra la azarosa vida de un grupo de japoneses, personificados en Suzuko y su familia, que, en unas circunstancias históricas concretas, se vieron impulsados a abandonar su residencia en el Japón rural para trasladarse al Manchukuo, un estado títere creado por el imperialismo japonés en Manchuria. Una historia digna de ser el tema de una novela dramática.  Pero, el libro ofrece mucho más, sitúa en todo momento estas biografías en los principales acontecimientos de la historia de Japón, del Manchukuo y de China. La obra, fruto de una larga labor investigadora, es pues una conexión de una biografía “sin licencias creativas” y una exposición histórica de unos años cruciales del s. XX.

De una parte, lo biográfico. La vida de Suzuko es la de una mujer fuerte que supo imponerse a una serie de circunstancias a veces muy dolorosas. Personifica la vida de muchos japoneses que pasaron por las mismas circunstancias. Suzuko nació en 1921 en el seno de una humilde familia de agricultores. Ante la precariedad de la vida en el campo, fue una joven que, como otras muchas,  tuvo que abandonar su pueblo para ir a trabajar a una fábrica textil cuyas condiciones laborales recordaban a las de las fábricas europeas de la primera fase de la industrialización. Dejó la fábrica en 1939 al casarse, un matrimonio concertado como era costumbre. 

En 1940, Suzuko con su marido, su madre y otros familiares, emigró al Manchukuo dentro del programa “Millones a Manchuria” alentado por el gobierno japonés para aliviar la presión demográfica especialmente de las áreas rurales. En Manchuria, estos colonos recibieron casa (a veces con algo de retraso) y lotes de tierras (expropiadas a sus anteriores propietarios lo que generó lógicas tensiones) y trataron de poner en funcionamiento pueblos que recordaban a los de su origen en Japón. La vida de los colonos cambió totalmente cuando, ya era patente la derrota de Japón, tropas rusas comenzaron a invadir Manchuria en agosto de 1945, muchos fueron llamados a filas entre ellos el marido de Suzuko. 

Tras una primera evacuación abortada, el ejército  ordenó a los colonos evacuar definitivamente. El 16 de agosto, Suzuko y otros 3000 colonos comenzaron una huida a pie en medio de grandes dificultades: falta de comida y agua, enfermedades, cansancio, ataques, etc. Se vivieron escenas dramáticas: abandono de los que no podían seguir, suicidios colectivos antes de caer en manos soviéticas… El 3 de septiembre, el ejército soviético les hizo prisioneros, el trato fue vejatorio y cruel. Con la retirada de las tropas rusas el control pasó a las tropas de Mao que  trataron mejor a los colonos. Ante las difíciles condiciones de supervivencia en un invierno tan duro que ni siquiera permitía enterrar a los cadáveres porque la tierra estaba helada, algunas mujeres se casaron con chinos o dieron sus hijos a familias chinas, ambas cosas eran consideradas una vergüenza. Suzuko también se casó con un campesino chino y tuvo un hijo con él.

Japón no mostró mucho interés por repatriar a los colonos, no obstante hubo varias repatriaciones entre 1946 y 1958. Suzuko decidió quedarse con su nueva familia china. En marzo de 1959 Japón emitió un  Decreto por el que declaraba fallecidos a aquellos de los no se hubiera tenido noticia durante 7 años. Fue el caso de Suzuko y de otros muchos. Los familiares de Suzuko organizaron su funeral y entierro. El primer marido de Suzuko fue repatriado y rehízo su vida en Japón. En 1972, decidió casarse, para ello obtuvo de un juzgado la certificación de la muerte de Suzuko. Tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre China y Japón, Suzuko pudo ponerse en contacto con su familia. El tribunal que había firmado su defunción hubo de “resucitarla” en julio de 1974. 

Suzuko visitó temporalmente Japón en dos ocasiones, en 1975 y en 1982 (ya había muerto su marido chino). Aparte de a su familia y convecinos, visitó su propia tumba. En 1986, Suzuko y cinco miembros de su familia regresaron a Japón para quedarse definitivamente hasta su muerte ocurrida en 1917.

Estas biografías se encuadran dentro de una serie de acontecimientos históricos que trajeron grandes cambios para Japón: la obligada salida de su tradicional aislamiento tras la acción del comodoro Perry y la firma de “Tratados Desiguales”; la Revolución Meijí de 1968 que supuso una total transformación de Japón, tanto en lo político como en lo económico; el nacimiento de un fuerte militarismo y un impulso colonial que apunta en un primer momento a Corea península “vasallo” de China; las dos importantes victorias japonesas primero sobre China (1894-5) y luego sobre Rusia zarista (1904-1905) con grandes consecuencias territoriales; los efectos de la Gran Depresión que alentaron  aún más el expansionismo; la ocupación de Manchuria en 1931 y la creación del estado títere del Manchukuo a cuyo frente, buscando legitimidad, pusieron al último emperador de China (Puyi) sometido totalmente a los militares japoneses; la nueva guerra contra China en 1937; la entrada en la guerra tras el bombardeo de Pearl Harbor; la derrota  en 1945 que, entre otras cosas, supuso el fin del Manchukuo; la entrada de las tropas soviéticas en Manchuria y la posterior ocupación por China. También se referencias importantes momentos de la historia china como la lucha nacionalistas-comunistas, la proclamación de la República Popular, el Gran Salto Adelante y sus funestas consecuencias o la Revolución Cultural durante la que hubo una auténtica caza de brujas contra posibles espías extranjeros lo que situó a los japoneses en el ojo del huracán.

En un interesante capítulo final, el autor hace un repaso a los lugares de Manchuria donde transcurre la vida de Suzuko. ¿Qué queda del Manchukuo? ¿Es visible hoy la huella japonesa? 

Hacen mucho más comprensible si cabe la lectura del libro las interesantes notas a pie de página, los apéndice (imágenes, mapas, términos japoneses…) y la bibliografía (obras, artículos online, vídeos y documentales).

Una obra muy interesante, de lectura muy recomendada, que rescata y hace visible uno de los muchos episodios de la historia del siglo XX que aparecen eclipsados por otros de mayor renombre. 

La obra en la Web de la Editorial:
 



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